martes, 29 de abril de 2008

Pastel de coliflores

Ingredientes:
1 coliflor mediana, ¾ de carne picada(ternera, jugosa), 400 g. de tomate frito (del que tenemos casero y congelado porfa), 1 paquete de queso rallado, Bechamel (con harina, leche y mantequilla), mantequilla para untar el fondo de la fuente y aceite.
Hervir la coliflor (troceada). Refreír la carne picada en un perol (con sal, pimienta opcional). Preparar la bechamel. (ahora no tengo tiempo de explicarlo, los que tengan termomix lo tienen fácil). Coger el molde del horno y untar la base con mantequilla. A continuación, comenzamos a extender las diferentes capas en el molde:
1ª capa de coliflor picada
2ª capa de tomate frito
3ª capa de queso rallado
4ª capa de carne picada refrita
5ª capa de bechamel
6ª capa de tomate frito
7ª capa de queso rallado

Luego, meter en el horno media hora tapado con papel de aluminio, luego destapar y gratinar, dejándolo reposar quince minutos. A ver qué os parece….

La coliflor debe actualizar su imagen

Creo que ella misma se ha quedado atrás y no ha avanzado con los tiempos, por no haber reivindicado sus derechos en base a sus propios valores. En tanto sus compañeras las hortalizas de color verde han desempeñado papeles notables en la alta cocina, asomándose a los diferentes medios de comunicación, ella ha estado relegada a los mercados de barrio. Tampoco los niños la encuentran simpática, de hecho la aborrecen. Recuerdo que fue la única verdura que mi hijo de pequeño se negaba a tomar, y que solo conseguí que lo hiciera añadiéndole tomate frito. (¡Vamos que si se la tomaba, estaría bueno…!.)


Pero estoy dispuesta a rehabilitar la coliflor, creo que se lo merece. Contiene gran cantidad de vitaminas y dicen los entendidos que es un potente antioxidante. Tiene múltiples preparaciones. Cocida y salteada con ajitos, y luego limón en el plato, está genial. Os la recomiendo.


Poned una coliflor en vuestra dieta, es una verdura tan importante o más que las otras, y solo es cuestión de añadirle complementos más actuales, un simple pret-á-porter, que actualice su look. Hasta aquí la campaña en favor de la coliflor. A continuación os doy una receta chulísima que probé hace muchos años, para que los niños la coman. (¡Qué lucha con que coman los niños!).

Encuesta: ¿qué piensas hacer para adelgazar este verano?

Si te empieza a apretar el vaquero y temes el momento de ponerte el bañador, supongo que ya habrás sacado tus propias conclusiones sobre cuantos kilos te sobran. Otra cosa es que lo asumas así de sopetón, o bien tengas prevista alguna decisión heroica para eliminarlos.

Comeencasa está siempre ávido de información (que es lo mismo que decir cotilla bloguero), y lanza otra encuesta entre sus lectores, como la que preguntaba sobre el lugar dónde se prefería almorzar. En esta ocasión, nos gustaría conocer de primera mano la profundidad de vuestro problema con el peso y las posibles acciones que vaís a realizar.

Ésta es la pregunta: ¿qué piensas hacer para adelgazar este verano?. Y éstas son las respuestas que te proponemos y que encontrarás arriba a la derecha del blog:

Nada: Estoy como un alambre
Me pondré a dieta por mi cuenta
Haré dieta con control médico
Haré mas deporte que Sergio Ramos
Veré las olimpiadas después de comer

Como veis, todo es posible entre los lectores de comeencasa. Porque lo importante es estar contento con uno mismo. Hombre, si de paso se come sano, algo habremos adelantado, y os recuerdo que ésta es la filosofía del blog: que aprendamos a comer bien todos los días, o al menos de lunes a viernes.

Aparte de vuestras respuestas, me interesaría mucho conocer distintas opiniones sobre el tema, consejos, trucos, etc., así que os ruego que hagáis comentarios con lo que pensáis sobre las dietas de adelgazamiento, sus ventajas e inconvenientes, etc. Estaré al tanto de vuestras declaraciones.

domingo, 27 de abril de 2008

Tomates aliñados

Ingredientes:

1-2 tomates (aconsejo la variedad Raff o el tomate de la huerta de tu primo, que seguro que también estará genial). Sal, vinagre, aceite y orégano molido.

Aquí no hay secreto, simplemente cortar los tomates muy finitos para su mejor presentación, y luego añadir sal, vinagre de Jerez u otro (poco) y aceite de oliva virgen extra. El orégano le dará un toque especial.

El tomate, una verdura de guardia

Siempre estamos insistiendo en este blog en la necesidad de consumir verduras diariamente, en almuerzo y cena si es posible, para acompañar tanto al guiso de legumbres como al estofado o al plato de proteína. La verdura es imprescindible para alimentarnos correctamente y sobre todo para no ganar peso.

El único problema es que cuando esta verdura se prepara como salteado, (judías verdes, coliflores, espárragos verdes, etc.) hay que acordarse de la cocción previa a su preparación. Y si al llegar a casa a comer resulta que se nos olvidó hervir la verdura, pues ya no tenemos ni tiempo ni ganas de ponernos, y los pobres espárragos, coliflores o judías verdes se quedarán aburridos en la nevera.

Pero, siempre nos quedará el tomate para desempeñar el papel de la verdura partenaire de nuestro primer plato. La variedad rama, para freír y sofreír, da paso al tomate Raff, auténtica pata negra del tomate, con origen en Mazarrón y que resulta exquisito para tomar crudo, además de tener una mayor duración.

Éste último es bastante más caro, pero bueno, es cuestión de consumirlo en pocas unidades. Lo dicho: siempre hay que tener tomates en la nevera, porque tras un breve lavado debajo del grifo, se aliñan y se consumen sobre la marcha.

Aceites de primera y de segunda división

El tema del aceite de girasol, y su consumo desaconsejado desde el Ministerio de Sanidad, ante la sospecha de marcas contaminadas, suscita nuevamente alarma y desconfianza en el consumidor, en un producto básico para la alimentación, trayendo a la actualidad el siniestro recuerdo del tema del aceite de colza.


Supongo que el usuario que se decanta por el aceite de girasol lo hace movido por su precio, mucho más bajo que el del aceite de oliva, a sabiendas de que no es comparable ni de lejos con las cualidades del néctar del olivo. Está claro que en el capítulo de la alimentación familiar, hay presupuestos de primera y de segunda, (en productos básicos y necesarios), según las rentas disponibles.


Produce preocupación esta circunstancia en uno de los países con mayor producción de aceite de oliva del mundo. Este elemento siempre nos acompañó en las cocinas pobres y ricas, por ser considerado de primera necesidad en la alimentación humana. Hoy su elevado precio hace que muchos españoles lo sustituyan por otros aceites, con el agravante de que la seguridad de su consumo esté en entredicho.


¿Quién tiene la culpa?: ¿El mercado? ¿Las autoridades sanitarias? ¿Las autoridades económicas? ¿La cultura de considerar secundario el gasto en alimentación? ¿O simplemente la necesidad de llegar a fin de mes? Pero con la salud no se debe jugar en un país como el nuestro.

jueves, 24 de abril de 2008

Pollito corralero en salsa

Porque en la bandeja eso es lo que dice al menos. Los ingredientes para tres-cuatro personas: bandeja de pollo de corral de 600-700 gr, 3-4 zanahorias, una cebolla grande, dos pimientos verdes, uno o dos tomatitos maduros, aceite (oliva virgen extra), vino blanco, laurel y sal.

En el perol hacemos el sofrito con la cebolla, el pimiento y los tomates pelados, todo ello troceado, pochándolo lentamente. Es muy importante el gusto que le añade el tomate.

Las pechugas de pollo se limpian (se quitan los pequeños trozos de grasa que puedan tener), se trocean (yo lo hago con las tijeras de cocina)
y se sazonan.

A continuación, en una cacerola con una pizca de aceite para cubrir el fondo, se ponen a dorar los trozos de pollo a fuego lento, junto con las zanahorias a rodajas. El dorar el pollo le mejora la textura y la vista. Cuando estén dorados, se le añade el sofrito ya pasado por la minipymer, se le añade un vaso de vino blanco, el laurel y la sal. Y entonces, comienza la cocción, que será de una hora a fuego medio-bajo, más o menos.

La señal de que va saliendo bien es que la casa debe oler estupendamente a guiso, y eso hará que mejore nuestro ánimo, seguro. Ya me contaréis.

El pollo y su circunstancia

La carne de ave es una de las más digestivas y ligeras, y viene al caso ahora porque en breve trataremos de las dietas de adelgazamiento. Pero en lo relativo a este simpático y cercano animalito confieso que soy bastante o demasiado selectiva. Lejos de la época en la que los pollos camperos “campeaban” por las cocinas, hoy los producen en serie, sin personalidad alguna, y con una calidad cuestionable.

Por eso, únicamente compro bandejas de pollo de corral en El Corte Inglés, pues no tengo otro lugar de momento que me ofrezca más garantías. (Esto traerá a colación hablar sobre los prejuicios y reservas del cocinero/a, un día de éstos). Mientras tanto, solo cocino el pollo presentado en pechugas, pues su manipulación es muy sencilla y más fácil de comer para los niños de esta manera.

El pollo, guisado con un buen sofrito, es un plato magnífico para introducir en el menú semanal, al tiempo que se pone en valor su salsita. Sabemos que la carne de pollo está muy devaluada, y hay que procurar utilizar la menos mala de las que hay en el mercado, ante la dificultad de encontrar o de criar nosotros mismos un pollo de corral decente.

En otros tiempos, no era necesario seleccionar tanto la mercancía, pues todo lo que llegaba al mercado era bueno; ahora, nos tenemos que meter a gourmets improvisados para intentar que nos vendan los mejores productos con qué cocinar. Algunos pensarán que actuamos como nuevos ricos, pero lo único que buscamos es disfrutar con la comida, como antes, y mantener la salud de nuestra familia.

lunes, 21 de abril de 2008

Sopa de almejas (versión original)

Se ponen a cocer las almejas con unos cascos de cebolla, un tomate y la sal. Cuando están abiertas se pasa el tomate y la cebolla por el pasa-salsas y se les quita la cáscara a las almejas, se tuesta con aceite y un poquito de pimentón, y todo ya junto con el pan se pone a cocer un rato.

Las aportaciones de mis amigos

No sé cómo tuve la osadía de meterme a escribir este blog, -que es una cosa muy seria-, sobre un tema (la cocina), del que yo no tengo demasiados conocimientos. Pero el caso es que cada vez son más las recetas que me van llegando, procedentes de mis amigos y familiares, y que yo voy reservando para publicar en esta bitácora poco a poco.

Y hoy, que ha tocado hablar de las chirlas o almejas, se me ocurre traeros una receta antigua, copiada a máquina de escribir hace muchos años (unos cuarenta), y reunida en un pequeño librito que me envió por e-mail mi amigo Agustín. El mecanógrafo en cuestión (su tío), preparaba entonces unas oposiciones y practicaba tecleando las recetas que su madre le iba dictando en voz alta mientras cocinaba.

Eso sí que es cocina histórica pero viva y humana, escrita con toque coloquial, tal como se ha ido transmitiendo de generación en generación. Tras esas recetas resumidas en su descripción, hay una voluntad de perpetuar un conocimiento valioso para transmitir cariño en platos calientes y sin ollas rápidas ni robots de cocina. Gracias Agustín por esta muestra exclusiva de la alta cocina familiar y sobre todo del recuerdo sentimental.


Muestra de la Chirla en Punta Umbría

Y la lluvia no pudo con nosotros. En la plaza 26 de abril (se llama así porque ese mismo día de 1962 se constituyó como Ayuntamiento), tuvo lugar ayer domingo (día 20) un año más la “Muestra de la chirla de Punta Umbría, un evento que ya cuenta con catorce ediciones. Tuvimos la oportunidad de degustar unas chirlas salteadas con ajitos, muy buenas por cierto, pero también un queso de la provincia. Además, adquirimos un libro de la cocina marinera onubense, y una mousse de castañas al roquefort, producto artesanal hecho en el pueblecito serrano de Castaño del Robledo. (Creo que merece la pena conocerlo por su especial encanto); ¡ah! y dos cervecitas frescas imprescindibles. Todo ello, lo tomamos en una de las mesas de tamaño familiar instaladas al efecto.

La chirla, bivalvo parecido a la almeja, tiene muchas maneras de prepararse y de acompañarse. Nosotros tenemos una receta fija para chirlas y coquinas, que ya dimos en su día, y que es mi marido quien la domina, al ser de Huelva (ver coquinas inolvidables). En ella lo más importante es el aroma que aporta el vino (blanco afrutado, y mejor todavía un Tío Pepe).

Huelva, en su amplia gastronomía, incluye los dos productos de lujo universalmente aceptados: el jamón y la gamba. Pero creo que aún le queda mucho por hacer en la difusión de sus excelencias alimenticias; ahí están, el aceite (Beas, Gibraleón, etc), quesos, conservas (Isla Cristina), confituras (Castaño del Robledo), pescados y mariscos (en toda su costa), y el jamón, producto estrella con denominación de origen.

Desde aquí un abrazo a los choqueros que me lean; siempre disfrutamos mucho con las cosas de Huelva, y concretamente en Punta Umbría. Y yo, como gaditana, tengo que recordar que Huelva y Cádiz están hermanadas desde hace muchos años. ¡Viva Huelva, viva Huelva!

jueves, 17 de abril de 2008

Dorada a la sal: con y sin termomix

Esta receta es obligatoria después del tema tratado. El pescado a la sal es muy fácil de preparar, rápido e ideal para los locos del pescado fresco, que gustan de su sabor sin acompañamientos. Pueden hacerse a la sal pescados como la dorada, la lubina, el sargo o el pargo, etc. Venden una sal especial para esta preparación, aunque por supuesto puede utilizarse la sal “gorda” de la salina. ¡Ojo! al pescado no se le hace nada, es decir, no se abre para esta preparación, sino tal como se compra.

En este caso, preparé una dorada a la sal, mediante la famosa termomix. Es muy fácil: primero pongo a calentar el agua en el vaso, unos 10 minutos, temperatura varoma, velocidad 1. Mientras tanto, preparo una cama de sal en la varoma, coloco la dorada y sobre ella pongo más sal hasta cubrirla. Y monto la varoma sobre el vaso ya con agua hirviendo, y programo 40 minutos, temperatura varoma y velocidad 1. El único inconveniente es que en este cacharro solo caben los pescados pequeños.

Para los que no tienen termomix es todavía más fácil: Se calienta el horno a fuego alto; mientras, la bandeja del horno se cubre de sal gorda, y sobre ella se coloca el pescado, que a su vez vuelve a cubrirse de sal. A continuación, a fuego alto, se deja en el horno el tiempo equivalente a media hora por cada kilo de pescado. La señal para saber que está listo es que la sal se convierta en costra dura.

El pescado así preparado está delicioso, y se le puede añadir cualquier otra salsa. Yo suelo acompañarlo de unas “papas aliñas”. (Ver archivo de recetas).

Con el pescado a la sal, el único secreto es la frescura del pescado, y podéis quedar estupendamente en una cena para amigos. (Lo único, eso sí, que luego hay que tirar a la basura toda la sal utilizada en esta preparación, que es bastante, pero seguro que merecerá la pena, bueno a ver si alguien se anima y me cuenta algo en esta ocasión)

Un reportaje: visita a una salina

No solo de recetas vive la cocina, también de conocimientos. Por eso, mi marido y yo hicimos de intrépidos corresponsales y fuimos a visitar una de las cuatro salinas que aún sobreviven al tiempo en la provincia de Cádiz, desde la época romana: la Salina de San Vicente, situada en la Carretera de la Carraca en San Fernando (Cádiz). La excusa fue que había que comprar sal, pues solo consumimos la de allí, presentada en sacos de 25 kilos, con el que surtimos a toda nuestra familia por un precio irrisorio y durante casi un año.

Ni que decir tiene que esta sal, al ser obtenida por el método tradicional tiene muchas más propiedades que la sal que se encuentra en el mercado, ya que además del cloruro sódico en su mayor pureza, contiene prácticamente la totalidad de los elementos presentes en la tabla periódica. En los procesos industriales de obtención de sal se pierden esos otros elementos tan necesarios, y que aportan un sabor que es infinitamente mejor. Allí se obtiene sal gorda (sobre todo para usos industriales y para limpieza de lavavajillas y lavadora), sal fina (que es nuestra sal gorda de siempre) y también una especial llamada Sal de hielo, que es la
“pata negra de la sal”.

Solo comentaros que una de las actividades de una salina como ésta es la realización de “despesques”, o despesca tradicional del pescado criado en los esteros mediante red, que luego podrán degustarse cocinándolos de manera tradicional sobre ascuas de leña. Se trata de una actividad de ocio para visitantes.

Espero que este tema os parezca interesante. Para mí visitar la salina es un placer, porque me permite respirar de otra manera, y disfrutar de un olor natural a marisma. Creo que una excursión para escolares es muy aconsejable puesto que pueden aprender procesos que perviven en el tiempo, como es la obtención de la sal, tan necesaria en nuestra alimentación.


Por último, agradecemos al personal de la salina su amabilidad en atendernos, mostrarnos sus instalaciones e informarnos de todas sus actividades. Gracias a ellos, nuestro blog ha adquirido un poco más de cultura.

De interés para pijos (como yo): la sal de hielo

La flor de sal es el producto más valioso de las salinas. También se le conoce con el nombre de Sal de Hielo, ya que se produce en la superficie de las salinas formando una fina capa de sal. Se recoge manualmente (con un cazamariposas) a finales del verano. Húmeda al tacto, totalmente natural, tiene muchos más matices que la sal normal, por lo que es muy apreciada por los gourmets. Está formada por pequeños cristales húmedos que no crujen en la boca, se disuelve con facilidad y aporta sabores diferentes. Es idónea para rectificar los platos en la mesa, combina con cualquier alimento y es muy recomendada para ensaladas y alimentos pocos cocinados, como a la plancha o al grill. Además, no favorece la retención de líquido. Se extrae de forma ecológica en las salinas de San Vicente, situadas en San Fernando, una población de gran tradición salinera. Se presenta en tarros de cristal de 100 gramos y 500 gramos.

martes, 15 de abril de 2008

Arroz con habas piripis

Ingredientes:(cuatro personas)

1 vaso de arroz tipo bomba, ½ kg. De habas frescas, aceite, una cebolla, sal, vino y azafrán y caldo de verduras. (yo aproveché caldo de hervir alcachofas que tenía en reserva).

Se pocha la cebolla troceada en el aceite, y se le añade vino y azafrán, y enseguida las habas ya peladas, que se refríen y se dejan cocer hasta estar tiernas (unos 10 minutos). (Todo ello en una paellera).

A continuación, se añade el arroz, y como siempre, el doble de caldo y su sal correspondiente. El tiempo del arroz, el de siempre (10 minutos fuerte, 10 suaves y 10 de reposo).



Tengo que insistir en la importancia de contar con un buen caldo de verduras, como en este caso.

Los riesgos del directo en la cocina

Se supone que un blog o bitácora como éste, que tiene su corazoncito gastronómico, debería transmitir en directo las noticias ocurridas en la cocina, incluidos éxitos, fracasos, dudas e investigaciones culinarias. Pero claro, se trata de un blog modesto y con pocos medios técnicos, y a veces el cocinero se arriesga en una receta propia, añadiendo productos sin haberlos experimentado todavía. Y ahí está el riesgo.

Por ello, este plato se preparó con la misma ilusión de siempre, aunque con la inquietud de no saber cómo resultaría. Se trata de un arroz hecho con habas y vino, que es necesario cocinar antes de que pase la temporada. Pero ahí está, con un sabor original y riquísimo. Os recuerdo que el vino que suelo emplear es un blanco afrutado. En la cocina ocurre como en el trabajo, en el amor o en la moda: quien no se arriesga, siempre será un “papafrita”. Por eso, ayer se grabó el programa de la preparación del arroz y hoy se transmite por la cadena bloguera comeencasa, en vista del éxito. (Por lo visto los chinos también retransmitirán en diferido las olimpiadas….)

domingo, 13 de abril de 2008

Potaje de garbanzos protagonistas

(Por ejemplo, para seis platos o quizá algo más)
Este potaje de garbanzos tiene mucha verdura, buen aceite, poca grasa y buen sabor, y podéis congelarlo en envases individuales (es decir con la medida de un plato), y ya tenéis comida para un día de la semana próxima. Solo será necesario realizar una descongelación lenta, a su amor, como suele decirse. Ya sé que no he descubierto nada nuevo sobre los garbanzos, pero me encanta poderlo contar y admirarlos con todo su elenco en el plato: un potaje de cine, vaya.

Ingredientes: garbanzos de calidad,-un puñado por persona-, aceite, ½ kg. De judías verdes, ¼ kg. de calabaza, ½ kg de zanahorias, cebolla mediana, 1 tomate maduro mediano, 2 yemas de huevo duro, chorizo casero, pimentón, 6 dientes de ajo, comino y sal, y un hueso de jamón ibérico. El reparto es muy amplio.

Los garbanzos ya remojados, los ponemos a cocer con el hueso de jamón y algo de verdura que nos sobre. Esta operación durará una hora. A continuación, tiramos el hueso y la verdura, y comenzamos el potaje puro y duro.

Añadimos entonces las verduras troceadas: judías verdes, calabaza y zanahorias, todas limpias y troceadas, y dejamos cocer a fuego medio. Hacemos un sofrito con cebolla, tomate y zanahoria (una pequeña) y pochamos. Lo añadimos a los garbanzos en su cocción. Hacemos un majadito con las dos yemas de huevo duro, ajo y comino y lo añadimos también.

Acabaremos el potaje con el chorizo (una rodajita por persona), el pimentón y la sal. Tras la hora de cocción para ablandar los garbanzos, esta segunda parte con la verdura durará unos cuarenta y cinco minutos.

Al día siguiente, reservar para la comida del día los platos necesarios, y congelar el resto en dosis individuales. Este potaje es compatible con dietas de adelgazamiento, si se toma como plato único o bien junto a una buena ensalada, y por la noche, fruta.

Los garbanzos, un mito gastronómico

Sobre todo si nos hemos quedado sin la acostumbrada carne de ternera con la que compartir el potaje. De este modo, no habrá proteína que les haga sombra, y serán el centro de la receta con todo su atractivo, calorías y su gran contenido en fibras. Y para conseguir un buen sabor en este potaje, tendremos que comernos el coco con medios naturales para conseguirlo.

Dado su historial, los garbanzos se merecen un papel protagonista. A pesar de su imagen “provinciana”, familiar y típica de economato, esta legumbre ha sabido alimentar a muchas familias como producto base. Para nosotros los garbanzos son auténtica leyenda, mereciéndose la admiración y el “Óscar” a toda su carrera, por innumerables títulos o preparaciones, en diferentes escenarios o cacerolas y por compartir papeles con productos de todos los niveles.

Este fin de semana en la tienda Miña Terra de Cádiz me recordaron que los garbanzos tienen sexo. Garbanzos y garbanzas se diferencian solo en el tamaño que adquieren al ser remojados, operación que debe durar 8 horas como mínimo. No soy muy partidaria de comprar los garbanzos remojados, pues así no sé lo que estoy consumiendo.
(Y no olvidéis dejarlos en remojo por la noche, a ser posible antes de poner en marcha el lavavajillas o de recoger la cocina, que luego se olvida, y tengo que estar en todo)

Pamplinas importantes sobre los garbanzos:

Los garbanzos deben remojarse la noche anterior a ser cocinados, en un bol con mucha agua fría y sal, pues irán aumentando de tamaño durante el remojo. No obstante, si más allá del mediodía no fuera posible su elaboración, debemos cambiar el agua, para que no se nos estropeen hasta que llegue el momento de guisarlos. El agua del remojo siempre debe tirarse.

Un potaje de garbanzos siempre comienza con agua fría, pero si hubiera que añadir más agua durante su preparación, ésta debe ser caliente, pues el agua fría los endurece.

Suelo usar garbanzos de la Cooperativa de Escacena en Huelva, de la variedad blanco-lechoso, y su cocción, en olla convencional, me lleva una hora o algo más.

jueves, 10 de abril de 2008

Pizza versión española

Con esta receta Comeencasa quiere crear una línea de comidas rápidas, buscando competir con la multinacional que se le ponga por delante. Pa chulo este blog donde los haya. Gracias a mi amigo Pepe Monforte, que me la sopló, ayudándome no solo a ampliar nuestro recetario sino también a compatibilizar nuestros horizontes comerciales con nuestra filosofía de dieta sana y equilibrada (lo que se llama un desarrollo sostenible o algo así). Desde luego estamos alcanzando un altísimo nivel de I+D+I.

Ingredientes: pan de mollete auténtico redondito, (1 por persona), pisto (marca responsable, ver archivo de recetas), y un huevo por persona para freir.

Se tuesta bien cada mollete, y una vez tostado se le añade el pisto, cuanto más jugoso mejor y sobre él un huevo frito.

Y ahora, a disfrutar. Con esta pizza española de mollete ofrecemos rapidez pero también salud, sobre todo a nuestros niños, que muchos de ellos no tienen ni pajolera idea de lo que es el pisto manchego. ¡Ah! y esta pizza autóctona también se sirve a domicilio, faltaría más.

Cuando comeencasa está de Feria

Creo que debo reflejar la actualidad en mis noticias. En esta semana que concluye hemos tenido la feria de abril de Sevilla, y lógicamente esto debe publicarse, porque entre otras cosas repercute en un desorden gastronómico en casa. Mi cocina la pobre está hecha un lío, no sabe cómo planificarse, pues nunca estamos seguros de comer o no en la feria, y sobre todo este año que nos ha caído una lluvia tan copiosa y agresiva. Y por otro lado, hay que evitar que se nos estropee la comida que tengamos hecha, pues las existencias de la nevera apenas han bajado estos días.

En estos casos, creo que hay solo dos consejos para sobrevivir lo más dignamente a la feria, aparte de no beber demasiado, claro. Y son, al llegar a casa, tener caldo disponible, hirviéndolo previamente, y por otro lado, abundante fruta, para tomar en la cena, en 3-4 piezas por ejemplo, junto con un yogur. El primer remedio está indicado para cuando bajan las temperaturas (como en este año) y el segundo para cuando suben y el ambiente está más seco y caluroso que de costumbre.

Os acompaño una pequeña imagen de mi caseta de feria (la más premiada del siglo XX). En ella hemos almorzado de momento dos veces esta semana. El menú que elegimos, de lo más vulgar: croquetas caseras (estaban estupendas), pan de la casa (con jamón y salmorejo), la tradicional tortilla de patatas, y algún plato de pescaíto frito. Todo ello, con tanques de cerveza. En feria no probamos ni la manzanilla ni el famoso rebujito.

Verdaderamente la feria es una magnífica oportunidad para romper la rutina y disfrutar durante unos días con nuestros amigos, compañeros de trabajo e incluso jefes, que también ellos beben, pero es cierto que descompone horarios y dietas incluso a los más disciplinados, y da pesadez a todos los estómagos. Pero eso sí, la cocina se mantiene en perfecto estado de revista, que ya es difícil. Y, como curiosidad, confesaros que la primera sevillana de la temporada la bailo siempre en mi cocina, mientras hago alguno de mis sofritos. (¡Qué vulgaridad!)

martes, 8 de abril de 2008

Tarta de Anita

Ingredientes:
Galletas María (1 paquete y medio aprox, unas 25-30 galletas
Mantequilla (100 g aprox)
• 1 litro de Nata para montar
1/2 vaso de azúcar
1 vaso de leche
3 sobres de cuajada Royal (un envase trae cuatro)

Para la base:
• Galletas
• Mantequilla
Triturar las galletas junto a la mantequilla hasta que la mezcla sea homogénea (en la minipymer, con la mantequilla fundida)

Calentar el litro de nata a fuego lento (en el hervidor de leche). Añadirle medio vaso de azúcar y el vaso de leche, en el que previamente hemos disuelto los tres sobres de cuajada. Remover constantemente y cuando esté a punto de ebullición, retirar del fuego. Verter sobre la base y dejar enfriar.Luego, a la nevera para tomar fresquito.

Decorar al gusto:
• Ralladura de galleta (nuestra elección), mermelada de fresa, fideos de sabores...

Un postre invitado: tarta de Anita

Ana José es hija de mis primos de Huelva. Y cuando comemos con ellos, Ana se encarga de prepararnos este riquísimo postre de nata. El momento de traerlo a la mesa tiene un encanto especial, pues al disponer la fuente en el centro de la mesa, ella lo hace con la tranquilidad y elegancia de sus movimientos y eso parece que le añade a la tarta un factor más de admiración.

Lleváis tiempo pidiendo un postre en comeencasa.org. Y aquí está, uno sencillo y rápido, aunque hecho a fuego lento, dando oportunidad a la reflexión y a la relajación en la cocina. Las cosas buenas necesitan su tiempo. El postre de Anita, con un irresistible sabor a nata que se prolonga con el de la galleta de toda la vida, lleva sin duda las buenas vibraciones de su autora. Os lo recomiendo. Si alguien lo hace, por favor que lo diga, que echo de menos vuestros comentarios en este blog.

domingo, 6 de abril de 2008

Huevos a la flamenca y olé

Ingredientes: un huevo por persona, guisantes frescos (100 gramos para 3 raciones), chorizo casero, salchichón, alguna loncha de jamon, aceite de oliva virgen extra, salsa de tomate y sal (tó mu bueno). También algunas patatas fritas pequeñitas. Y platitos individuales de barro para preparar y servir.

Ponemos a calentar el horno lo primero. Los guisantes se pelan y se cuecen como veinte minutos en agua con sal. Freímos las patatas. A continuación, vamos disponiendo en cada platito de barro por este orden: aceite, los embutidos en rodajitas, las patatas fritas, los guisantes, el tomate frito y el huevo estrellado.

Los platitos se introducen en el horno, sobre la bandeja, a fuego medio-alto y no más de cinco-seis minutos, para que no se resequen los ingredientes y los huevos se cuajen.

Un plato con lunares: huevos a la flamenca

Estamos en feria en Sevilla y hay que celebrarlo volviendo a lo cañí. Resulta que tenía de todo: guisantes frescos, un buen tomate frito casero y alguna chacina ya abierta. No es que esta receta sea muy light, pero sí es de elaboración artesanal y de buen paladar.

Al investigar por internet, encontré recetas de huevos a la flamenca que incluían un sofrito previo de tomate y cebolla. Esto se elimina al tener ya hecho el tomate frito. Esta receta, que ya tiene sus añitos, se elabora como sabéis en los mismos platitos de barro en donde se sirven, conservando mejor el calor.

Os lo recomiendo, no para adelgazar pero sí para disfrutar como antes con este plato. Solo es cuestión, como siempre, de ponerle buenos ingredientes. Ya sé que los huevos a la flamenca están muy vistos, pero creo que se habla poco de ellos en la sofisticada gastronomía actual. Comeencasa los recomienda para una cena con pretensiones típicas autóctonas, y por supuesto, con un buen bollo de pan, que eso también es cultura.

Dietas y amistades peligrosas

Para mantener la seguridad en los encuentros de fútbol, desde hace años se dispone la separación de las aficiones de uno y otro equipo. De esa manera, y salvo casos extraordinarios, las “hordas” futboleras (con perdón) no se mezclan entre sí, minimizando posibles incidentes. Está claro, que los seguidores “sueltos” no representan peligro.

Eso mismo ocurre con los alimentos en el partido interno de nuestra asimilación, donde algunos de ellos se llevan a matar, haciéndose patente al ingerirlos en la misma cantidad (lo dicen los expertos en nutrición), pues bloquean una correcta asimilación que impide la deseada pérdida de peso. Esta teoría lleva a la llamada tabla de Hay/Walb, que establece que una dieta exige una desproporción entre alimentos que tienen mal rollo químico entre sí, aunque no social-gastronómico, (pues mezclados están riquísimos), pero en el mismo menú pueden provocar incidentes que no nos dejen adelgazar.

Así, carbohidratos y proteínas no deben ir nunca a partes iguales. Es el caso del guiso de las deseadas patatas con carne, que para hacerlas compatibles con nuestra dieta es necesario comer más carne que patatas, o viceversa. La proporción se establece en 4-1 aproximadamente.

Cereales, harinas, pan, pastas, arroz, y legumbres (tan necesarios) por ejemplo, deben separarse o consumirse desproporcionadamente con respecto a carnes, pescados, leches, quesos y huevos, so pena de no conseguir el efecto de su correcta asimilación sin dejar grasas. Por supuesto, hay alimentos neutros, como aceites, nata, yema de huevo y todas las verduras y hortalizas, que son tan pacíficos que se llevan bien incluso con los dos conflictivos grupos anteriores, contribuyendo a que podamos perder peso mientras comemos.

Ésta es la regla número uno para comenzar una dieta. La información me la facilitó la doctora Cruz, (Clínica Roch), quien también subrayó, refiriéndose a los productos industriales o precocinados, que ésos no hay protocolo de seguridad que pueda con ellos, porque son los auténticos “hooligans” de la dieta, alteran la convivencia y siembran la discordia allá donde van. Está claro que hay que restringir e impedir el acceso de estos alimentos a los partidos de liga si queremos perder peso, ¡hala!, ya lo he dicho!.

miércoles, 2 de abril de 2008

Alcachofas milagrosas

Ingredientes: 2-3 alcachofas por persona, una cabeza de ajos, aceite, sal, y agua o caldo.

Las alcachofas se pelan y se les corta el rabo en trozos, que también se guisan. Hay que procurar quitarles las hojas duras. Pochamos en aceite los ajos pelados y cortados a trocitos, y este refrito se añade a la cacerola , donde estarán las alcachofas ya arregladas con el agua o caldo. Solo queda la sal, y dejar cocer hasta que estén tiernas, como una media hora a fuego medio.

(Lo cierto es que este guiso de verduras light no está mal del todo, sobre todo el caldo que suelta, de gran propiedad diurética).

Si queréis adelgazar, no olvidéis comer bien, aunque con pocas calorías.

Dietas: primeros auxilios

Los vaqueros nos aprietan y empezamos a tener remordimientos con el peso. Pero claro, esto de adelgazar no es dicho y hecho, sino que necesita su tiempo, una buena combinación de dieta y ejercicio, y lo más importante de todo, un convencimiento mental que nos eduque en la mesa, y nos haga sentirnos héroes de la disciplina y la perseverancia, a la vez que mucho más atractivos para nosotros mismos.

Son muchos factores los necesarios para adelgazar y adelgazar bien, sin poner en peligro la salud. Para eso están los médicos, que nos marcarán las dietas ya organizadas. Hoy solo quiero llamar la atención sobre una verdura que sirve para desencadenar el adelgazamiento: la alcachofa. Y por eso, os daré la dieta del primer día, del régimen que hice hará unos cinco años, dirigido por mi médico de nutrición, con un gran resultado.

Espero poder publicar las recomendaciones sobre cómo adelgazar comiendo, y bien, de la mano de la autora, la doctora Cruz, de la Clínica Roch, que me lo tiene prometido.

Así, el almuerzo consistió en alcachofas guisadas y pescado a la plancha, y de cena, sopa de verduras y yogur desnatado. No he mencionado el desayuno (ver mi desayuno ejemplar en la sección de cuestiones con mucho tomate) y la merienda (con un vaso de leche o un yogur).

Solo pretendo subrayar el valor diurético de las alcachofas, hecho que vosotros mismos podéis comprobar. Y, sobre todo, acudid al médico cuando queráis adelgazar más kilos de la cuenta, porque además, os enseñarán a comer para manteneros.