viernes, 30 de abril de 2010

El primer supermercado en Cádiz, año 1959

Abierta la primera gran tienda de comestibles. El Comisario General de Abastecimientos inauguró el pasado día 9 de noviembre el primer supermercado de la ciudad. Se trata de una gran tienda de comestibles y otros productos, entre los que se encuentra todo lo que un ama de casa pueda apetecer.

El supermercado está instalado en unos bajos de la calle García de Sola, cedidos por el Ayuntamiento a la Comisaría de Abastecimientos.

La novedad, aparte del tamaño de la tienda, es que los productos se encuentran colocados en las diferentes estanterías, previamente envasados. Las amas de casa pueden examinar los artículos y llevarlos juntos hasta la salida, donde una señorita se encarga de cobrar. Los precios son ligeramente inferiores a los que habitualmente se encuentran en el mercado y la higiene y la limpieza están garantizadas”. Año 1959.




(Artículo aparecido en la publicación Diario de Cádiz, Un siglo en papel 1901-2000)

miércoles, 28 de abril de 2010

'Las Grandes Superficies' de Téllez

Éste es el título del libro de poemas con el que mi amigo Juan José Téllez ha sido merecedor del XXIV Premio de Poesía de Unicaja y que recogió la semana pasada en Cádiz. Natural de Algeciras, dónde nació en 1958, Téllez es periodista, poeta, novelista, ensayista y gran flamencólogo; colabora activamente en los medios radiofónicos, televisivos y en la prensa escrita. Creo que es de los mayores conocedores en España del fenómeno de la inmigración.
Téllez ha declarado que su libro premiado “es una parábola del mundo contemporáneo, del hecho de que desde finales del siglo XX y principios del XXI se están liquidando por fardos las últimas utopías”. Más de 200 obras han optado a este prestigioso premio literario, procedentes de toda España, Sudamérica e Italia.
Tengo en mi pequeña biblioteca algunas novelas de Téllez como “Moros en la Costa” de 2001, (prologado por José Saramago) sobre el drama de las pateras, ‘Main Street’, 2001 (prólogo de Rosa Regas), sobre la cuestión del peñón, ‘Gibraltar en el tiempo de los espías’ (2005) y editado por la Fundación Lara, y ‘Teoría y Praxis del Gadita’ (2008). Casi todos los tengo con su firma.

Al recoger su galardón, Téllez hizo varias dedicatorias; entre ellas, a la familia Barrios, la mía. Y es que Juan José Téllez –hijo único- era y es gran amigo de mis hermanos y mío; con nosotros vivió la transición política, escribió para sus primeras revistas contraculturales y alguna que otra letra para canciones que luego cantó una servidora en aquellos festivales de carteles modestos para principiantes que entonces tenían lugar en Cádiz.

Aún recuerdo las tardes de merienda de leche caliente con galletas en aquella humilde mesa camilla de nuestra casa, con Juan José, en las que discutía de política con mi padre, funcionario, de pensamiento conservador pero que no tuvo objeción alguna en salir a buscar las nuevas corrientes políticas (mi padre era único) que Téllez le adelantaba. Al final, todos acabábamos jugando al Monopoly. Luego venía la tortillita francesa de la cena con el vaso de Coca-Cola, o el simple bocadillo de mortadela.

Juan José Téllez, hoy un conocido escritor y más conocido poeta, sigue siendo nuestro amigo de la segunda adolescencia, testigo de nuestras inquietudes políticas y sociales, pero aún nos sigue conquistando cada vez que leemos o recitamos sus poemas. Es como si no hubiese pasado el tiempo, y nuestras conversaciones y discusiones aún no hubieran terminado del todo en el salón de la mesita camilla. Juan José animó nuestras tertulias caseras, acompañándonos en la observación y análisis de noticias recién estrenadas sobre elecciones, huelgas, conferencias, mítines, encierros, legalizaciones de partidos, nuevos planteamientos, nuevas aperturas, pancartas, nuevas siglas y en suma, las grandes ilusiones y retos de un pueblo que empezaba en aquellos años setenta a hablar después de mucho de tenerlo prohibido. Con él aprendimos a votar.

Aquí va un fragmento de la poesía que da título a su libro premiado, “Las Grandes Superficies”, su propia interpretación de un nuevo estilo de vida, de compra y de filosofía, no siempre positivo, porque sin duda ha significado la pérdida de muchos valores ganados a fuerza de sacrificios. ¡Enhorabuena por otro premio merecido!

Allí donde pastaban antaño los centauros
Y una selva virgen hablaba al horizonte
Se levantan ahora escaparates y precios
Las hileras de víveres bajos en calorías.
………………………………
Vino pues a domarnos la gente de orden,
A ceñirnos la brida de un empleo honrado
Y enseñarnos el rumbo de las compras a plazos,
De las ideas baratas y las horas extraordinarias,
Mientras el alma se llenaba de grandes superficies.


Rollitos de pavo

Es un plato sano y rico, que puede dejarse hecho el día antes. Ésta es la ficha técnica en cuanto a su composición:
Calorías por ración: 135. Proteínas: 14 g; Grasas: 8 g y azúcares: 4 g. La receta la saqué del libro “La salud en la mesa”, de Lorena Bolesina (editorial Everest).

Ingredientes para 4 personas: 8 filetitos de pechuga de pavo de unos 50 g., 2 zanahorias, 1 cucharadita de alcaparras en vinagre, 1 manojo de perejil, 1 vaso de vino blanco seco (yo utilicé manzanilla), 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y algo de sal, e hilo de cocina. Y para cocer, un vaso de salsa de tomate casera.

Lavamos las zanahorias, las pelamos y las cortamos en julianas; aunque yo lo que hice fue rallarlas en un rallador convencional. Luego las distribuimos sobre cada pechuga de pavo junto con unas cuantas alcaparras previamente escurridas. A continuación, enrollamos las pechugas de pavo y las atamos con un poco de hilo de cocina.

Ponemos el aceite en una sartén antiadherente y cuando esté caliente, colocamos los rollitos encima y vamos dorándolos bien por todos los lados, girándolos con una cuchara de madera.

Añadimos el vino a la carne y lo dejamos evaporar como unos diez minutos; luego salar ligeramente y cocer durante 5-8 minutos más con la salsa de tomate frito, pero a fuego suave.

Por último, cortar los rollitos en rodajas, disponerlos en un plato de presentación y servirlo bien caliente. Está riquísimo, muy jugoso.

En realidad, al llevar la salsa de tomate, el vino no es imprescindible. No obstante, ambas cosas le van muy bien. Y no olvidéis quitar el hilo antes de llevarlo a la mesa.

lunes, 26 de abril de 2010

Apuntes para compartir

Sobre la cocción del marisco.- El tiempo de cocción del marisco dependerá siempre de la cantidad y del tamaño del mismo. Se habla de 50 g. de sal por cada litro de agua, pero lo cierto es que el marisco toma la sal que necesita. En cualquier caso, el tiempo máximo debe ser de un minuto.
La cabeza del marisco da la información, pues si el coral se pone rojo o si flota, nos indica que nos hemos pasado de tiempo. Tras la cocción del marisco, conviene introducirlo en salmuera.
Las cañaillas son la excepción, pues necesitan unos diez-veinte minutos de hervor, según el tamaño.
(He rectificado, tras el comentario de Antonio).
El marisco necesita mucha atención y mimo para cocerse.
(Según indicaciones de Manuela, Cervecería del Puerto, El Pto. De Santa María).



Sobre el uso del tenedor.- Esta herramienta no se utilizó en la mesa hasta bien entrado el siglo XI y parece que su origen es veneciano
No somos tan modernos.- Cereales, aceites, vino, legumbres y hortalizas constituían la dieta básica en Roma. Más de 2000 años después se pretende promocionar la dieta mediterránea, que no constituye ninguna novedad.

"Educar a un niño en hábitos alimentarios no consiste en que haya de todo en la nevera o en darle unas monedas para que tome algo. Tampoco consiste en reirle las gracias cuando come con las manos o usa la manga como servilleta. Incluso tampoco en dejarle que se levante de la mesa mil y una veces para molestar a otros comensales. Educar es otra cosa y según se haga, los niños serán educados o asilvestrados".
(Del volumen "El Pequeño Gran libro de la Alimentación", de Ignacio Jáuregui)

Sobre las verduras ecológicas.- Tienen una gran ventaja, y es que no necesitan ser peladas. Por ejemplo, en las berenjenas y calabacines pueden aprovecharse las pieles, ya que no han sufrido la aplicación de plaguicidas. Igualmente, puede aprovecharse el agua que resulte de cocerlas al vapor, ya que contienen sabor y aroma naturales.
No obstante, estas verduras son más recias y duras que las convencionales y necesitan más tiempo de cocción. Eso hay que tenerlo en cuenta, por ejemplo en las lasañas.
En cuanto a los sabores, no tienen comparación con el resto.
(Según propias experiencias de Comeencasa)


Desahogo cocinero

Día difícilillo en la oficina. Las cosas más tontas se hacen complicadas y revientan la confianza que supuestamente tenemos unos en otros. Al final, para nada. Pero cada uno lo vive a su manera, libertad que se llama eso.

La cocina me espera con un pisto para mañana martes. Demasiada verdura sobrante del fin de semana y hay que aprovecharla como sea. El blog me mira de reojo, no está muy tranquilo con lo que hoy voy a escribir, porque me ve algo melancólica.

Esta tarde nos ha visitado un joven comercial en nombre de una gran suministradora eléctrica, de ésas que tienen una letra pequeña insufrible en sus pólizas. Era su segundo día de trabajo, y por su edad podía ser nuestro hijo, que aunque todavía estudiante, a veces reparte folletos de publicidad.

El caso es que la oferta del joven no era demasiado atractiva y no nos ha convencido. Pero nos ha dado pena del muchacho, son duros sus comienzos, llamada de puerta en puerta, gente que no contesta, gente que no está, gente que no quiere atenderle, y gente que no va a dejarse convencer.

Muchos de nuestros hijos, pasados ya los veinte, están empezando bien como repartidores de pizzas, de diarios gratuitos, como vendedores principiantes o simplemente explotados en alguna gran firma multinacional. Tal vez ya no nos acordamos de nuestros comienzos, o tal vez no fueron tan duros, o tal vez sí. Ya olvidé todo eso. Se trata de iniciarse, de madurar, de coger experiencia en el mercado de trabajo. Ése ha sido mi pensamiento positivo. Pero eso no nos quita de pararnos a pensar y preocuparnos por el futuro de nuestros hijos, sobre todo cuando tienen auténtica voluntad de trabajar. Respeto para ellos.

Me alegro de tener un blog que escuche mis tonterías. Los peroles también me soportan. Mañana tal vez todos estemos de acuerdo en la oficina, porque el alma necesita serenarse de vez en cuando. El pisto, al menos, ha salido estupendo.

jueves, 22 de abril de 2010

Dos ensaladas con rábanos

Ingredientes de la primera: un manojo de rábanos, ½ lata de alcaparras, una zanahoria picada, perejil, una cebolleta, sal, vinagre y aceite de oliva virgen extra.
Los rábanos los pelamos y cortamos en láminas. Las zanahorias se rallan con un rallador, operación sencilla y rápida, se pica el perejil y la cebolleta. A continuación, se le añade el aliño.



Ingredientes de la segunda: un manojo de rábanos, aceitunas rellenas de anchoas, tomates Raff, cebolleta, sal, vinagre y buen aceite.
Pelamos y troceamos los rábanos en láminas, añadimos las aceitunas, los tomates Raff troceados y la cebolleta también troceada. A continuación, se aliña. Esta ensalada nos ha gustado tanto o más que la otra.
Ambas se dejan a temperatura ambiente, para que conserve mejor el sabor.


Entrevista a una ensalada cualquiera

Se queja de haberse convertido en un plato genérico, sin marca, como los nuevos medicamentos. Tal vez porque suele estar en casi todas las mesas, en casi todos los menús de platos del día, en casi todos los restaurantes, y desde hace ya muchos años y siempre en un papel secundario. Pero Doña ensalada es polivalente, multiusos y todoterreno. Es de justicia que se le dedique una entrevista en Comeencasa, un blog de comida casera y sostenible, como dicen ahora, porque la ensalada es un símbolo de la alimentación sana.

P.- ¿Es usted el plato más famoso de la historia moderna?Bueno, tal vez. Pero yo no busco notoriedad, solo deseo añadir salud a los menús, ser una fuente de vitaminas. Trabajar de ensalada es muy importante, aunque seas una más, sin especificar variedad. Yo puedo presumir de que tengo miles de posibilidades de preparación, sin dejar de ser yo misma. Tengo mucho mérito, porque puedo acoger no solo verduras, sino también frutas, legumbres, pescados y carnes para tomar en frío. Está claro que soy de mente abierta y progresista. Participé en el mayo francés del 68 y en el concierto de la isla de Wight en 1970.  Por entonces fui muy popular. Pero con la calidad no juego, soy muy clásica.

P.- ¿Qué tal la acogen hoy en la mesa?
Pues antes, cuando yo era mucho más simple, de lechuga y tomate, nadie me ponía pegas. Entre otras cosas porque mi aspecto y mi sabor eran acordes, debido sobre todo a la categoría de los aceites y vinagres, y de que el tomate sabía a tomate. Hoy hay muchas más cosas que aliñar, y a veces son productos mediocres y los sabores no existen. Y tengo que aguantar además la cara de asco que ponen los niños cuando me colocan delante. Eso lo llevo fatal. Yo no quiero tener fama de 'saboría'.

P.- ¿No le preocupa tanta polémica?
¡Qué va! Tengo muchos años y ya estoy curada de espanto. Hoy me preparan con cantidad de hierbas raras que dicen que son comestibles y yo disimulo y no digo ni pío, me limito a quejarme en los blogs decentes, como éste. Pero dónde estén una buena lechuga y un buen tomate aliñado que se quite lo demás. Y vuelvo a decir que me llevo estupendamente con las cebolletas, porque sigo cultivando con ella una buena amistad, una especie de acuerdo de colaboración mutua. Pero hay gente muy cateta que no sabe aliñar, que aún no ha aprendido….

P.- ¿Es Vd. el icono de los que quieren adelgazar?
Bueno, a veces sí. Precisamente por ello, me gustaría subrayar que hay ingredientes riquísimos que apenas tienen calorías, como las aceitunas, y que van estupendamente en mi estructura. Es decir, que hay que enriquecerme siempre que se me pongan cosas buenas. Yo soy un plato muy español, pero también muy mediterráneo, pues tengo además nacionalidad francesa. En ese país también entienden mucho de ensaladas…allí siempre me han tratado muy bien. De Estados Unidos no quiero ni hablar…

P.- ¿Qué pediría para el futuro?
Pues sobre todo difundir la cultura de las buenas ensaladas siempre en las dietas, junto a los platos de proteínas, es fundamental. Y para ello es imprescindible continuar la costumbre de utilizar buenos aceites, -sin pasarnos, pues aportan muchas calorías- vinagres y ajos ó cebollas. Y para rematar, una buena sal de salina, como la de antes. Solo de ese modo puedo dar el máximo sabor. Y sobre todo, quiero seguir viviendo en España y no tener que emigrar en busca de trabajo, pues a pesar de todo es aquí donde tengo más porvenir laboral. Ayer mismo me convertí en ensalada de garbanzos, que estaba riquísima y aporté muchísimo sabor y propiedades alimenticias. Es cuestión de ponerse en la cocina, a ver si entre todos lo logramos….

Oiga: ¿puedo saludar?... es para enviar desde aquí un abrazo a las papas aliñas, que al fin y al cabo son una especie de república independiente de las ensaladas, con un estatus ganado a pulso. Y es que de papas y de aliños entienden mucho en Cádiz.

miércoles, 21 de abril de 2010

Creo que lleva razón

De nuevo el caldo de apio

La feria es un desastre alimenticio, no tanto por el mucho comer como por el desorden de horarios, y por el abuso de fritos y la escasez de frutas y verduras, cosas que hasta cierto punto son inevitables. Se impone –al regreso a casa- tomar un buen caldo, que nos entone el cuerpo y nos arregle el estado general. Por eso me he permitido repetir una receta, de propiedades curativas y preventivas. El caldo de apio es un remedio eficaz en estos días de feria.

Aquí tenéis el caldo en el tazón con plato, que compré en número de diez en las últimas rebajas, y que van a juego con los platos blancos que usamos en casa a diario. Estos tazones acogerán también los gazpachos, que ya pronto estarán en nuestra mesa.

El caldo es fácil de preparar y tiene múltiples propiedades: limpia el hígado, mejora las funciones renales, previene resfriados y alivia las vías respiratorias. A razón de tres tazas diarias, durante diez días, realiza una función depurativa.

Ingredientes: 2 litros de agua, 3 ramas de apio, 2 cebollas medianas, 3 hojas de col verde y un puñado de perejil, y al final regar jugo de limón al servir y algo de sal.

Todo ello, debe hervirse como cuarenta minutos en una olla mediana. Puede tomarse frío o caliente, y antes de las tres comidas principales. Tiene un sabor agradable.

Cocinas en la Feria de Sevilla

Hace 31 años fue mi iniciación. Tiempos en los que mi flamante Seat-600 blanco (de segunda o tercera mano) podía aparcar fácilmente junto al recinto ferial. Este año de nuevo he pasado bajo la portada, símbolo de la ciudad semanal sevillana, capaz de acoger a un millón de personas en sus más de mil casetas ruidosas. De la cocina de cada una de ellas, saldrán estos días muchas tortillas, pescado frito y embutidos cortados sobre platos.

La portada de la Feria de Sevilla 2010, inaugurada a las 0.00 horas del martes 20, es un diseño del joven artista José Manuel Peña Jiménez, presentado bajo el lema “Blériot XI”, avión militar que realizó el primer vuelo hace ahora cien años, partiendo de la base sevillana de Tablada. Y en el cuerpo principal de la estructura, figura el NO&DO, símbolo de la ciudad, con el escudo municipal y presidido por el rey San Fernando.

Y digo que me inicié en esto de las ferias porque entonces tuve que afanarme en aprender las cuatro sevillanas cuatro por mí misma, consiguiendo salir más o menos airosa del trance inevitable de bailar en la caseta.
A pesar del tiempo transcurrido, yo sigo viendo la Feria igual que antes, y, por supuesto, siempre bajo mi óptica femenina. Los trajes de flamenca son cada vez más bonitos al igual que los complementos, que se superan en diseño y belleza, para un vestido regional sujeto siempre a la moda, y que consigue favorecer a todas las mujeres, sin distinción de edad o peso.

Las casetas son hogares provisionales con derecho de admisión, porque cada uno invita a su casa a quien le da la gana. En ellas se desarrolla una intensa vida social, con encuentros de amigos, familiares y compañeros de trabajo. Allí -mientras se come y sobre todo se bebe- se repasan novedades laborales, sentimentales o simplemente sociales, reafirmándose la complicidad del grupo hasta en los mismos saludos. La Feria de Sevilla es la fiesta de la seducción femenina. Es ella la que se luce, la que protagoniza el baile y la que es sin duda el alma de la fiesta.

Serán 675 millones de euros los que, según estimaciones municipales, dejará la Feria en la ciudad. Pero durante esta semana muchos vendedores ambulantes ofrecerán flores, tabaco o lotería. Menos mal que ya no se ven niños gitanos junto a sus padres en la fría madrugada, en algo vamos progresando. En las cocinas de las casetas no habrá tregua desde las doce del mediodía hasta las seis de la mañana; serán jornadas maratonianas, con calor, malos olores e incomodidad para los que allí trabajan, y habrá también algo o mucho de economía sumergida, aunque todo esté suavizado con la música de las cuatro sevillanas.

lunes, 19 de abril de 2010

Visitamos los grandes monumentos de El Puerto y luego….

Nos los comemos. Este sábado 17 fuimos otra vez un grupo de locos gastronómicos federados el que se fue a El Puerto, y el resto del mundo en Cádiz se quedó solo. Veinte exploradores, guiados por Compuertas Parque Natural, S.L. y Cosas de Comé de Pepe Monforte, realizamos una especie de viaje astral al mundo del buen hacer en la cocina, en la ciudad del otro lado de la bahía. Lo que que el vaporcito ha unido que no lo separe el hambre. El Puerto de Santa María, nos desveló la calidad de sus deberes turísticos en gastronomía: vamos, que allí se bebe y se tapea de lujo….

Al llegar, confundimos el atraque del catamarán con el del Adriano ('Catetos en tierra' diría el poeta Rafael Alberti). El punto de encuentro: Bodegas Gutierrez Colosía, en la ribera del río. De allí, sin rechistar, a desayunar a la megacafetería La Ponderosa. Chocolate y churros selectos, es decir, masa fina, que no hacen daño después, y por eso están catalogados como monumento 1.

Curro nos señala los palacetes que aún conserva El Puerto, de los nuevos ricos del siglo XVIII, que compraron sin hipotecas, a comercio descubierto. Y en esto misteriosamente se abren las puertas del castillo de San Marcos, construido en el siglo XIII, excelentemente conservado; los niños del grupo exclaman ¡que guay! Y empiezan a subir las escaleras –sin protección- hacia las almenas….¡cuidado!.

El castillo pertenece a las Bodegas Caballero desde 1962 y cuenta con una capilla y caballerizas (hoy Bodegas). En uno de sus patios, se dan conciertos de música antigua en verano. Otro, está solado con ladrillo árabe, y ofrece recogimiento y silencio al visitante. La capilla, conserva tras lo que fue el altar mayor, una mihrab orientada hacia la meca. Alfonso X el Sabio respetaba los rincones sagrados árabes, a pesar de construir sobre lo que fue una mezquita.

No hay tiempo para contemplaciones: allí mismo, en el castillo, comienza un curso acelerado de cómo venenciar, mientras degustamos la calidad del Fino Pavón. Junto a él, evocamos recuerdos navideños con el Ponche Caballero de toda la vida. Parece que escuchamos "Las Cantigas de Santa María", compuestas por el rey ajedrecista en aquel recinto medieval. Y vamos rindiendo honores al Fino Pavón monumentos 2, y el Ponche Caballero, el monumento 3.

Continúa nuestro paseo por El Puerto, en un día de nubes, lluvias y sol; la siguiente parada, en La Cervecería del Puerto, nos ofrece una “Mariscada minimalista”, con mucho fundamento, pues tenemos una pregunta para usted, Manuela, hija del dueño y fundador, sobre cómo cocer el marisco. 50 gramos de sal por cada litro de agua…aunque el marisco sabe la que debe tomar. La cerveza está genial; una representación de gambas blancas, langostinos, cigalas y cañaillas, hacen una declaración de principios sobre lo que es el marisco más cuidado y selecto, para que a nadie se le olviden los auténticos y buenos sabores a pesar de las adulteraciones marisqueras de nuestros días. Monumento 4.

Las gloriosas pavías de merluza de Paco Ceballos son otro monumento que nos estaba esperando. Hechas a base de buena merluza congelada del cantábrico (en la congelación sigue habiendo clases), llevan un rebozado de categoría, en cuyo interior se observa un pescado blanco y terso. Las pavías llevan haciéndose desde muchos años atrás y siguen ofreciéndose al público con la misma calidad, por eso son monumentos, el Número 5.

Ahora llega la hora del bar Er Beti, en una alegre calle peatonal portuense. En el establecimiento, con la barra llena de público, nos atiende el dueño y fundador, poniéndonos tapitas de ajo caliente, una especie de migas andaluzas, sopa contundente con tomate y otras verduras y un pan de pueblo del día anterior. Su responsable, Pepe Garrido, nos invita a que presenciemos la preparación de este ajo caliente, por ejemplo, un sábado a las 10 de la mañana. Creo que me apuntaré. La cuchara es un pimiento verde por la mitad. Otra prueba superada, pues con esta reliquia gastronómica, ya va el monumento número 6.

Siguiente etapa en la Bodeguilla del Bar Jamón, instalado en una casa de cargadores de Indias, rodeados de gente guapa de El Puerto. En el pequeño patio junto a la estancia de la barra, observados por los que allí hicieron las Américas hace más de 200 años, vemos llegar una tabla con el pan de la casa, donde el jamón se saborea pero no chorrea ni molesta. Hay que saber prepararlo. Esta tabla lleva el sentido de la vida, y el grupo comienza ya con los cantos regionales…. Monumento número 7.

Pero quedaban los inevitables fideos con lenguao, plato insignia del restaurante Eugenio Guadalete. La degustación, con mantel blanco de hilo, en mesa redonda, acoge los versos del poeta portuense José Luis Tejada: “Nadie se eche a nadar por propia cuenta/nadie una tabla agarre/ La tormenta nos quiere divididos y difuntos….” Carmen, hija de Antonia Butrón (ya hablaremos de esta firma chiclanera), los recita apresurada. Este plato es una joya, tiene lenguado de verdad. Visitado el monumento número 8.

Dos productos de primera nos esperan en las Bodegas Gutierrez Colosía: las Tejas y el Cacao Pico, ambos productos artesanales, como antes, y se presentan como los monumentos 9 y 10. Allí, Ángel León, nuestro cocinero ya casi estrella Michelín, nos tiene preparado un postre sorpresa. Mientras lo ponen a punto sus empleados, nos explican cómo se obtiene el Brandy Gran Reserva Elcano, monumento protegido con solo mil quinientas botellas al año. Monumentos 11 y 12. Los aplausos a ambos son inevitables.

La llamada “Ciudad de los Cien Palacios” tiene un muestrario de buena gastronomía, en la que muchos actores han luchado por conservar lo antiguo y bueno, a base de hacerlo todos los días, con la misma ilusión y perfección. ¡qué buen ejemplo para todos!. Pero también los nuevos, los innovadores están trabajando por esos descubrimientos. Hay que viajar en la gastronomía aunque sea al otro lado de la bahía, para aprender, comparar y si estamos satisfechos, contarlo aunque sea en este blog.

Inolvidable excursión, marcada por la excelencia, término algo pijo que expresa el sobresaliente, el dar más que recibir, filosofía propia de la grandeza de la cocina y del vino.

jueves, 15 de abril de 2010

Arroz con gurumelos

Para esta receta me guié por el libro “La Cocina de Huelva”, de Bernardo Romero, que tiene algunas propuestas de arroz con gurumelos, y de la página del Grupo Gastronómico Gaditano, que tiene publicada una receta muy buena.

Ingredientes para 4 personas: 1 vaso de agua de arroz bomba, 1/2 cebolla, 1 puerro,  2-3 ajitos en láminas, 1 pimiento rojo, 2-3 clavos, medio vasito de vino oloroso. ¼ de gurumelos, caldo de verduras, aceite y sal.

Mientras se hacía el caldo, puse a pochar en aceite los ajitos, la cebolla y el puerro troceados, así como el pimiento rojo con los clavos. Cuando estuvieron listos, añadí el vasito de vino y dejé que se evaporara el alcohol (10 minutos aprox). A continuación, puse los gurumelos troceados en láminas, los salteé, y ya solo quedaba el arroz y el caldo, corrigiendo de sal. (diez minutos fuerte, diez minutos suave y diez minutos de reposo).

El arroz está riquísimo, y esta preparación sirve también para otro tipo de seta.

El caldo lo preparé -como en otras ocasiones-, poniendo a cocer agua con un buen hueso de jamón ibérico, restos de cebolletas, de pimientos, de zanahorias, etc. Merece la pena cocinar a base de productos naturales.

El arroz, variedad bomba, puede tardarse en consumir hasta cuatro o cinco días y sigue estando exquisito.



PD: con mi recuerdo a Susana, de Huelva, que también se asoma por aquí de vez en cuando.

Tortilla de gurumelos

Ingredientes para tres personas: 3 huevos, 2 patatas medianas, 2-3 ajitos, aceite de oliva virgen extra y ¼ kilo de gurumelos.

Los gurumelos se lavan con esmero, se les quita la piel dura que pueda quedarles y se trocea en láminas. A continuación pelamos y troceamos las patatas y las freímos en abundante aceite, pero evitando que se doren, y se reservan.

En un perol con aceite ponemos a pochar los ajitos en láminas. Cuando estén, añadimos los gurumelos y los salteamos durante cinco minutos. Los sacamos y reservamos también.

Batimos los huevos y les añadimos las patatas fritas y los gurumelos salteados y corregimos de sal. Y ya solo queda hacer la tortilla, a fuego fuerte al principio y luego a fuego medio.

Está riquísima. Los gurumelos le dan un sabor muy especial.

Potajito en tierras onubenses


Celebramos la I Semana de Huelva en Comeencasa. Y después de la visita efectuada al nuevo mercado de Huelva, necesitábamos un hombre de confianza que, como corresponsal, ampliara la información gastronómica de esta provincia onubense.

Por eso, durante siete días hemos tenido destacado a Potajito en Huelva con la unidad móvil de Comeencasa. Su labor ha sido investigar los productos de la tierra y, por supuesto, sugerir recetas apetitosas.

Le hemos pagado alojamiento y kilometraje; pero Potajito está como loco, entusiasmado con lo que está viendo por allí, con la calidad y variedad de los productos del campo y del mar. El caso es que esperamos con impaciencia su crónica de cada día, su reportaje, sus informes y fotografías. Potajito se nos está onubizando a toda velocidad.

Aquí nos envía su foto con algunos de los símbolos de Huelva, como su ayuntamiento y el monumento a Colón. Y por su fácil adaptación a la zona, sospechamos que piensa quedarse para hacer el camino del Rocío.

Los primeros platos recomendados por nuestro informador son los más fáciles, y que ya hemos hecho en casa con nota: habas enzapatás, habas con chocos, arroz con gurumelos y también tortilla de gurumelos. Todo estaba riquísimo, lo ratificamos. Potajito está haciendo sin duda un buen trabajo. Y las habas de Huelva son magníficas.

martes, 13 de abril de 2010

Incunables

Este juego de fuente y platos –de los que falta uno- me los regaló mi tía Adela. Dice que a ella se lo obsequió -siendo joven- una anciana octogenaria vecina suya, y que procedía de su ajuar de bodas. Se trata de un bello conjunto, como adorno por supuesto o para utilizar como panera o fruteros. porque su superficie está calada. Pueden tener tal vez unos ciento treinta años…


Aquí va una licorera labrada que lleva un original tapón en forma de pájaro. Perteneció a los padres de mi marido no sé desde cuando, si con motivo de su boda o fue anteriormente. Pero es preciosa. Tiene sus seis vasitos a juego. Actualmente está llena de Pedro Jiménez, un vino muy adecuado a su estilo. Las licoreras evocan reuniones de tertulias relajadas y hoy se ven poco.

Y por último, hemos fotografiado  estos vasos serigrafiados con dibujos decimonónicos los rescató de la basura mi cuñado allá por la Costa del Sol. Al parecer procedían de unos ingleses que se mudaban de casa, y que los dejaron perfectamente embalados y colocados en sus cajas, tal vez sin estrenar aún; el caso es que no pudo resistir la tentación de cogerlos, y luego me los dió a mí.. Eran cuatro y ya se han roto dos. No creo que tengan muchos años, pero me encantan. Los utilizo para el zumo de naranja del desayuno.

A veces me pueden. Me enamoro de ellos fácilmente. Los observo, los vuelvo a mirar y parece que me están contando cosas; su pasado, su vida social, sus disgustos junto a los dueños que los utilizaron, luces y sombras de la vida humana, pobrezas y riquezas económicas y espirituales. Con nosotros vuelven a tener otra vida, una oportunidad de segunda vida, o tercera, en la que sus vibraciones se reactivan y vuelven a hablarnos. Ya no son piezas de museo, ahora intervienen en los movimientos culinarios, tan vinculados a las personas. Los admiro, los valoro, les pregunto cosas, les doy conversación. Aunque es cierto que no les pregunté si deseaban reciclarse o pasar directamente a la jubilación. Tendré que negociar con ellos.

Un simple fregado les ha devuelto la pureza de otro tiempo. Y aquí están de nuevo, aportando glamour a nuestro ajuar moderno y funcional de finales del siglo XX y principio del XXI, sirviendo de puente entre dos o quizás tres generaciones. Ya son únicos, como también las personas lo son y lo fueron y lo serán.


Un bordado antiguo, un vaso, un plato, una licorera se vuelven mágicos a nuestra vista. Tal vez por valorar que presenciaron una época de la que ya no tenemos información, porque no queda nadie vivo. Para eso están, para ser testigos de otro modo de vida y otra forma de pensar. Al contemplarlos estoy conversando con ellos y conversando conmigo misma. Por eso les sigo interrogando. Por eso me pueden.

lunes, 12 de abril de 2010

Patatas viudas de Huelva

Ingredientes: buen aceite de oliva, 2 cebollas, 2 ajos, 2 tomates, laurel, 1/2 kg. de patatas nuevas, vasito de vino blanco (tipo manzanilla) y pimentón.



En el aceite de oliva freir la cebolla, los ajos y los tomates pelados. Agregar unas hojas de laurel, y una cucharadita de pimentón. Cuando esté todo dorado, echar las patatas troceadas y un vasito de vino blanco, dejándolas cocer hasta que estén tiernas.
Están riquísimas. No quedó ni la muestra.Hay que calcular bien el sofrito y el vino, pues necesitan tener mucho caldo para cocer correctamente.





(La receta la tomé del libro: "La Huelva de ayer", escrita por el Club de Pensionistas Lazareto.

El nuevo mercado de Huelva

La aventura de comprar, de disfrutar eligiendo productos, de cambiar impresiones con los vendedores, de encontrarnos con familiares y viejos amigos, tiene su encanto. Pero poder elegir lo que uno come es además un privilegio. En esta ocasión todo esto lo hemos vivido en Huelva, en su nuevo mercado, amplio, moderno, con facilidad para acceder, con aparcamiento público, y con una gran variedad de mercancías en todos sus puestos. Un regalo para la vista.
El recorrido comenzó con el puesto de chocos, dónde los precios varían solo en función del tamaño del bicho. En esta ocasión, el pescadero me indica honradamente que hoy no vienen de Huelva, sino de Marruecos. Es un pescadero de fiar, lo conocíamos del viejo mercado. Compramos dos choquitos de 1 kilo más o menos cada uno, y ya tenemos un pescadero cómplice y de confianza para otro encargo en otra ocasión. Hay que tener amigos hasta en las pescaderías.
Continúa el safari por las verdulerías. Los ojos se nos van hacia las habas, únicas por su tamaño éstas de Huelva, ideales para hacerlas “enzapatás” o guisadas con chocos. Decidido, pónganos dos kilitos….y también los avíos para hacerlas (ajos frescos, hierbabuena y poleo). Seguimos recorriendo el mercado, llenísimo de gente, y mientras nos aprovisionábamos de fruta (magníficas fresas del lugar y naranjas clemenmiel (una pasada), nos topamos con la joya de la corona onubense: “los gurumelos”. ¡qué buena oportunidad!. El precio a estas alturas es más asequible al menos, pues llegó a estar a 48 euros a principio de temporada. Hoy no llega a la cuarta parte. La compra de estas maravillosas setas lleva consigo recetas y consejos para su preparación. La vendedora me indica: “con arroz, judías, en revueltos… pero no le pongas nada que le quite su sabor”. Así lo haré.
La vuelta a Huelva en más de ochenta puestos nos hace descubrir productos del Condado: vinagres reserva, aceitunas de mesa, aceites, frutos secos, alimentos ecológicos, etc. Como ya dije alguna vez, éste es el maravilloso mundo de los mercados de abastos.
El nuevo mercado del Carmen es un referente comercial para la ciudad de Huelva por su excelente situación, con modernas y amplias instalaciones, puestos muy espaciosos, productos variados, frescos, de calidad y de todos los precios, y sobre todo una disposición interna que facilita mucho el recorrido al visitante. Gente como nosotros disfruta comprando aquí.
Chocos, habas, gurumelos y fresas resumen la rica gastronomía de Huelva, una de las más completas de España y creo que poco difundida. Sin olvidarnos de gambas y jamón, símbolo del elitismo en la gastronomía clásica, también de Huelva. Por fin esta ciudad tiene un mercado a la altura del siglo XXI.

Más información sobre el mercado, en el diario Huelva Información.

(Post dedicado a mi amigas Dolo (poetisa onubense) y a Mari, que fríe el pescado como nadie en el Bar Antonio de Punta Umbría).

domingo, 11 de abril de 2010

El antiguo mercado de Huelva

Huelva –como muchas ciudades españolas- no llegó a tener un edificio específico para mercado hasta finales del siglo XIX. Anteriormente, los onubenses se proveían de alimentos en un mercado al aire libre organizado diariamente en La Placeta y en las calles aledañas (las actuales José Nogales, Las Bocas y Plus Ultra). De ahí las alusiones documentales a La “Placeta de los Mercaderes”. No obstante, según Diego Díaz Hierro, en su libro Historia de las calles y plazas de Huelva (1983), hubo un primer mercado en la zona de asentamiento primitivo de la villa, es decir, en la zona alta, junto al castillo e iglesia mayor de San Pedro.

Parece ser que también existió un mercado efímero en la Plaza de las Monjas durante el año 1825-26, lugar escogido por el Ayuntamiento por su mayor amplitud, pero que a la postre no satisfizo a vendedores ni a clientes, que reclamaron al ayuntamiento la vuelta al emplazamiento anterior, en La Placeta.
Durante el año 1861, en diferentes sesiones capitulares, se estudiaron algunas propuestas de construcción de mercado público, sin decidirse por ninguna. Fue el 26 de agosto de 1864, cuando el entonces alcalde de Huelva Fernando de la Cueva y Cáceres, firma un documento público ante notario por el que el contratista Antonio Cortina Bustamante procederá a la construcción de un mercado de abastos en Huelva, convertida en capital de la provincia desde 1833. El valor de las obras: 423.122 reales, con un plazo de ejecución comprometido de nueve meses. El 6 de septiembre de 1864 se colocó la primera piedra, bendiciéndose el 19 de enero de 1866 y abriéndose al día siguiente al público, festividad del patrón de la ciudad, San Sebastián, el Mercado de El Carmen.

No obstante, este mercado pronto dio pruebas de sus deficiencias higiénico-sanitarias. Además, debido a la zona en que se encontraba, sufría inundaciones en momentos de temporal. De ahí que se realizaran diversas obras de mejora y ampliación, como la que tuvo lugar en el año 1884, para dotar de puestos de pescado. Ya en 1913 se describía así el mercado: “Tenía cinco grandes puertas, tres naves y cuatro cuarteles. En éstos van los puestos de carne, y en los patios las legumbres. En otros puestos exteriores, se vendían carne de lidia, masa frita, quincalla, bisutería y lozas. Teniendo en cuenta que entonces la carga y descarga la realizaban los caballos, hubo que colocar un atajo para impedir la entrada de las bestias al interior del recinto.

En 1919 el Consistorio aprobó una ordenanza para fijar precios máximos, impedir la instalación de puestos ambulantes en las zonas exteriores del mercado y poner freno a los pregones de los vendedores, al parecer bastante groseros y de mal gusto.

A finales de los años 50 y principios de los 60, el mercado se encontraba en una clara situación de decadencia, según describe la prensa de aquellas fechas, produciéndose numerosas denuncias por la pésima situación de conservación del edificio del mercado. Entonces éste albergaba 88 puestos de frutas y verduras, 83 de carne y 70 de pescado.

Huelva seguía creciendo, y el 18 de julio de 1952 se inauguraba allí un nuevo mercado en la barriada de Las Colonias. También abrió sus puertas otro mercado en el barrio de San Sebastián allá por 1957. Pocos años después comienzan a funcionar los primeros supermercados modernos.

Coincidiendo con la urbanización de la zona de Pescaderías, el Ayuntamiento proyecta el traslado del mercado de El Carmen a estos nuevos terrenos, lo que se ha visto cumplido a finales del año 2009. Se cierra así una etapa de más de 140 años de historia y actividad comercial cotidiana de los habitantes de Huelva.

No podemos olvidar algunos nombres de los vendedores más conocidos: María “La Catalana”, con 81 años hoy, puesto de fruta y verdura; Miguel Izquierdo, Churrería Miguel, con 140 años de antigüedad, Aquilino Vidal, cuchillería y ferretería, hace 60 ya años, Pepe “El pescadero”, desde hace 40 años ó Manuel el del Puro. Han sido varias generaciones las que han trabajado y dado vida a este viejo mercado, cuyas instalaciones ya no estaban a la altura del siglo XX y en la ciudad de Huelva.

Los datos están resumidos del libro: “La Plaza….1866-2007”, editado por la Diputación de Huelva, la Fundación El Monte y el Puerto de Huelva, una joya.

viernes, 9 de abril de 2010

Cómo conservar las frutas crudas

Hoy he comprado el libro “Saber comprar, conservar y congelar nuestros alimentos”, escrito por Cristina Galiano. Después de echarle un vistazo, me parece un manual de consulta imprescindible para los que estamos preocupados por la gestión integral (como se dice ahora) de todo lo relativo a la cocina. Hoy he extraído los consejos sobre cómo conservar la fruta.

Las frutas más delicadas (albaricoques, dátiles frescos, frambuesas, fresas, grosellas, moras, zarzamoras y arándanos, caquis, cerezas, picotas, ciruelas, higos y brevas, melocotones y sus derivados como paraguayas o nectarinas y las uvas, pueden durarnos muy bien una semana o incluso más. Para ello, las conservaremos en cajas de polietileno forradas con papel absorbente de cocina, cuidando además de colocar papel también en la parte superior del envase. Por supuesto, que es necesario que estén en buen estado en el momento de su compra.

Para las frutas más duras: aguacates, chirimoyas, granadas, kiwis, mangos, manzanas, membrillos, nísperos o peras, lo suyo es conservarlas en frío, encima de bandejitas, fuentes o platos y al descubiertos, ya que su piel les sirve de protección.

Los cítricos –dice Galiano en su libro- , que lucen tanto en los fruteros, durarán allí unos cuantos días, pero aguantarán mucho más en la nevera. Los limones fuera del frío se van deteriorando lentamente. Por ello, si se consumen poco a poco, lo ideal, para tenerlos siempre disponibles, es hacerlos zumo el mismo día de su compra y envasarlos en pequeños recipientes herméticos o en las mismas cubiteras de hielo. Estos “cubitos” de zumo de limón pueden congelarse perfectamente. Si lo que usamos es la piel, ésta también puede congelarse, lavándola previamente en agua caliente y jabón, y secándola previo pelado con un cuchillo pequeño.

Un caso especial son los plátanos, que deben comprarse verdes y enteros; mientras que estén verdes pueden estar a temperatura ambiente. No obstante, para detener su maduración es conveniente envolverlos por separado en papel film. De ese modo, aunque estén feos por fuera, por dentro seguirán enteros y riquísimos.

Melón y sandía se conservan en la nevera encima de cualquier bandeja, pero para guardar trozos que se consuman poco a poco, hay que guardarlos en papel film y luego introducirlos en una caja hermética o en una bolsa de conservación. Si el corte no se aísla convenientemente, estas frutas se pondrán agrias rápidamente. Cuanto más llenos estén los recipientes, más fácil será la conservación, ya que habrá menos aire y menos oxidación.

Con las piñas, hay que hacer lo mismo. Y en cuanto a las castañas y los cocos enteros, deben conservarse en un sitio fresco encima de una bandeja o en la nevera. Las batatas y boniatos, como las patatas, a 8-10º, en algún sitio seco y oscuro.

martes, 6 de abril de 2010

Brazo de gitano de Ana

(La obligué a que soltara la receta. Dice que es facilísima, y que la hizo con thermomix. Aún no la he hecho, pero sí la hemos probado en casa, por gentileza de Ana y de su hermana Alba). Y aquí os dejo las instrucciones para elaborar este riquísimo brazo de gitano:

Para el bizcocho



INGREDIENTES: 4 huevos, 130 g. azúcar, 170 harina y 2 cucharaditas de levadura y pizca de sal.



ELABORACIÖN: poner la mariposa en la cuchilla y añadir los huevos y el azúcar; poner a 40º velocidad 3 y 2 minutos de tiempo. A continuación, poner otros 2 minutos a la misma velocidad pero sin temperatura. Una vez pasados los 2 minutos añadir la harina con la levadura y la sal y mezclar unos segundos. A continuació poner la mezcla en el horno en la bandeja (yo utilizo un molde de silicona que es como una "bandeja" planita) y ahí lo extiendo muy bien, que no tenga mas de 1/2 cm de altura; y lo introduzco en el horno precalentado a 180º unos 10-15 minutos. Cuando ya esté horneado se desmolda y se enrolla en un paño húmedo y se espera a que se enfríe. (yo lo dejo enfriar mientras hago la mezcla)

Relleno



INGREDIENTES: 500 ml de leche, 2 huevos, 30 gr de maizena, 70 gr de azucar, 2 cucharaditas de azucar vainillada, 2 cucharadas soperas de cacao.



(yo no le pongo azucar vainillada porque sé que se puede hacer con azúcar normal y con una barrita de vainilla que se vende en los super y que se pica; entonces sustituyo el azúcar por 2 cucharaditas de sobre de flan El Niño, que se utiliza para hacer natillas y flanes y le da también muy buen sabor)



ELABORACIÓN: poner todos los ingredientes menos el cacao a Tº 85, velocidad 4 y 6 minutos. Una vez pasado este tiempo se le añade el cacao y se mezcla unos segundos, 5-10 segundos, no más. Y ya dejarla enfriar para rellenar el brazo de gitano. (esta mezcla tambien se puede utilizar para más cosas, yo la suelo poner cuando hago los crepes)

Para decorar le puse cacao en polvo, y tambien se le puede poner azucar glass... eso ya va a gusto; cuando lo hago con crema pastelera me gusta ponerle azúcar glass con canela.


Humor positivo, o sea, cachondeo serio

Es cierto lo que dijo Oscar Wilde: “La vida es demasiado importante para tomársela en serio”. Y el trabajo, por supuesto, también lo es. El próximo 8 de abril será el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, y me parece una de las celebraciones más acertadas de entre tantas conmemoraciones que aparecen últimamente en las agendas de los medios de comunicación.

Hace unas dos semanas asistí a una conferencia titulada “El sentido del humor: un paraguas ante la adversidad”, impartida por los doctores Eduardo Jaúregui y Jesús Damián, fundadores de la consultora de formación “Humor Positivo”. En la ponencia se facilitaban claves para afrontar con buen humor los momentos difíciles de la vida, concretamente en las jornadas laborales, en las que pasamos gran parte de nuestra existencia.

Como ejemplo, los conferenciantes –siempre de pie- contaron la experiencia de un barco encallado en el Polo Norte y con muchos tripulantes, cuyo capitán los mantuvo jugando y haciendo ejercicio físico para evitar congelaciones. Pero más tarde el barco se rompe y entonces el capitán pide a sus hombres que conserven solo un kilo de equipaje. Entre los objetos conservados estaba un banjo, instrumento con el que todos y cada uno tenían que componen e interpretar una canción semanal, con una letra en la que se reía de alguno de sus compañeros. La actividad cómico-musical les salvó la vida.

Se trata de la necesidad de desarrollar el sentido del humor, sobre todo para el grupo con el que se trabaja, y reírse de los demás, pero con la participación de ellos. Y una palabra clave, cuando recibimos una mala noticia, responder: “Pero afortunadamente……”, pues a continuación iría una frase optimista que arreglaría de un plumazo la contrariedad anunciada.

Afortunadamente, en mis muchos años de trabajo he tenido la suerte de reírme mucho, muchísimo. Primero, porque las dos primeras empresas dónde trabajé eran gaditanas, con lo que la chispa de la gente de la plantilla era genial, dándose situaciones surrealistas de risa espontánea, que hacían pasar mucho mejor los malos ratos, porque redefinían las circunstancias con un enfoque cómico y de autocrítica. Además, fue en esos tiempos en los que más y mejor he trabajado. Aún hoy me sigo acordando de muchas de esas anécdotas, y con ellas podría escribir un libro, o tal vez un blog.

Y la risa, o el simple buen humor, debería estar con nosotros a diario, porque facilita nuestro trabajo, suaviza nuestro estrés y, lo más importante, une a las personas, lo mismo que el dolor. Hay compañeros de trabajo que son capaces de crear humor y de compartirlo, tan importante es lo uno como lo otro. Apreciar dónde está el sentido del humor es un trabajito fino, pero de lo más útil en la vida.

Y como imprescindible guiño gastronómico, ya he dicho en alguna ocasión lo importante que es llevar algo de comer al trabajo: dulces, bizcochos, pastelillos, etc.; el compartir estas pequeñeces fomenta el buen rollo laboral, lo digo por experiencia.

Dicen que no hay pruebas fehacientes de que el humor tenga efectos analgésicos, reduzca el estrés y las emociones negativas y se asocie con mejor salud mental, pero yo sí lo tengo clarísimo. Y lo primero es aprender a reírse de uno mismo, para conservar nuestro equilibrio frente a tantos avatares más o menos crueles derivados de organigramas, traslados, defenestraciones, fracasos, desmotivaciones, etc. en el trabajo. Pero es difícil divertirse mientras se está en el paro; para eso sería necesarias muchas ponencias.




domingo, 4 de abril de 2010

Un editorial para las catas

Tras haber participado en varias catas de platos y vinos gaditanos, la mayoría en el restaurante Sopranis y a iniciativa de La Alacena de Pepe Monforte, son varias las ideas que me gustaría comentar:

a) El aspecto didáctico de estas catas es fundamental, aprendiendo de la mano de un enólogo la degustación y valoración de nuestro vino, que sin llegar a convertirnos en expertos, consiguen dotarnos de unos conocimientos e inquietudes mínimas.

b) La información recibida sobre los productos de nuestra provincia es valiosísima. Vinos ya conocidos o recién llegados al mercado son presentados en sociedad, concediéndoles el tiempo que se merecen para contar su historia, curriculum y proyección futura.

c) Igualmente, en lo relativo a productos típicos de alimentación, ya sea en su estado primitivo o en platos elaborados, la provincia de Cádiz se nos ofrece en toda su variedad. Esta información nos alienta a mejorar nuestras técnicas culinarias en casa, pues los ingredientes lo merecen.

d) Se nos enseña a disfrutar de la gastronomía en general, ya que cortas porciones de alimentos y justas copas adquieren todo el protagonismo ante el consumidor, aprendiéndose a valorar las pequeñas cosas, filosofía muy útil en la vida.

e) Hay un gran componente social. A través de estas sesiones hemos ido intimando con el resto de los asistentes, compartiendo una amable conversación y un rico cambio de impresiones; en resumen, haciendo amigos.

f) Y por último, resaltar la cuidada organización de estas jornadas, en la que priman los productos de calidad y su selección y maridaje. En lo que a nosotros respecta, el boca a boca está siempre garantizado.

Es cierto que este blog pregona la comida en casa ante todo. Pero las catas sirven -a mi por lo menos- como referencia de la cocina bien hecha, a la que hay que aspirar siempre. Y en cuanto a los vinos, son sin duda propuestas que podríamos llevar a nuestra mesa, aportando calidad de vida y de alimentación. Ahí están los buenos productos gaditanos y es nuestra obligación conocerlos y saborearlos. He dicho.