jueves, 31 de julio de 2008

Pez espada encebollado

Ingredientes: un filete de pez espada por persona (FRESCO SI ES POSIBLE), 1 cebolla grande, zumo de limón, dos-tres ajitos, un tomate maduro, caldo de pescado, sal, perejil y orégano.

Cortamos la cebolla grande en aros finos y la pochamos en un sartén. Cuando esté lista ponemos solo la mitad en una fuente de horno, y el pez espada encima, cubriéndolo con el resto de la cebolla, y un chorro de zumo de limón y ajo muy picadito.

Una vez hecho todo esto lo metemos en la nevera por espacio de una hora aproximadamente. Luego pelamos y cortamos un tomate a dados muy pequeñitos y se pone encima del pez espada que tenemos en la fuente, y se le añade un chorrito de caldo de pescado, solo un poco, para que el pescado no quede seco, y se añade sal, perejil muy picadito y un poco de orégano también picado. Se mete esta bandeja en el horno por espacio de 10 minutos a 180º y luego serviremos.
(Está divino de la muerte).

El Pez espada encebollado y las cenas con broncas

El pez espada (llamado emperador en el norte, según creo), es una excelente propuesta para las cenas, junto con una buena ensalada. Pero, su versión más sencilla que es el filete a la plancha, presenta el inconveniente de la sincronización de los horarios, sobre todo en el caso de los adolescentes, que empiezan a llegar a cenar a la hora que les da la real gana. Y además, cuando ellos se preparan el pescado dejan la vitrocerámica hecha una pena, una vez recogida la cocina, con lo cual, se asegura la bronca familiar y se van a comer el pez espada pringoso a su cuarto, previo portazo.

De ahí que sea una buena idea preparar estos filetes con una salsa cuyo sabor realce el del pescado y que permita ser calentado por el comensal rezagado. Por ello os propongo el pez espada encebollao, porque facilita la paz familiar y porque fue testado clínicamente por mi hijo, el mejor probador de sabores del mundo mundial.

Esta mañana al cerrar la puerta de casa hacia el trabajo salía de mi cocina un agradable aroma a guiso de patatas con calamares. Y es que aunque este plato lo preparo por la tarde-noche, dejo para el día siguiente a primera hora lo de añadir y cocer las patatas, pues así llega en mejores condiciones al almuerzo, en que solo hay que calentar el plato en el microondas. Son costumbres que vengo manteniendo desde hace mucho tiempo y que consiguen que nos sentemos a comer lo antes posible; después, como siempre, hablamos del trabajo y de otras tonterías por el estilo.

lunes, 28 de julio de 2008

Aquellas pequeñas cosas…

Porque su tren vendió boleto de ida y vuelta, y porque han sobrevivido a sus dueños. Y hoy, gracias a ellas, la cocina nos va transmitiendo recuerdos, memorias del trabajo hecho para los demás entre cacharros y durante muchos años. Pero eso solo lo percibe y lo valora el que quiere.

Entre mi hermano y yo conservamos –entre otros- estos dos humildes objetos, reliquias de la cocina de nuestros padres: una fuente alargada de aluminio y un pelador de patatas. La fuente albergó muchas y muchas ensaladillas, cuando aún eran un plato novedoso en el menú familiar. Recuerdo que entonces la marca de la mayonesa de bote era Musa. Mi madre preparaba los ingredientes con mimo, sin prisa y sin pausa, mientras nosotros entrábamos en la cocina de vez en cuando a curiosear y a celebrar el plato elegido. La ensaladilla se remataba con una decoración de aceitunas y pimientos morrones. El caso es que su sabor aún no se me ha olvidado del todo.


En cuanto al pelador de patatas, objeto intransferible de mi padre, venía a apurar el mediocre mondado (según él) que los demás hacíamos de aquellos tubérculos, cuyo sabor era bueno sin excepciones (no como hoy). Así, mi padre, que solo aspiró a ser pinche de cocina con mi madre, se sentaba, cansado del trabajo, en una de las sillas de la cocina, y mientras conseguía cáscaras transparentes, daba conversación a mi madre sobre las pequeñas (o grandes cosas del día). En aquella pequeña cocina, sin encimera, de cacharros sencillos, se mantenía la ilusión de vivir cada día, gracias al plan de comida diario para cuatro hijos. Y cada plato, en aquellas difíciles economías, tenía su mérito.

Como la canción de Serrat, aquellas, estas pequeñas cosas nos tienen a su merced, y nos acechan detrás de la puerta o en un cajón. Herencias de cariño materializados en perfectos guisos sin desmayo por una pareja –mis padres- que se amaron y se respetaron hasta la muerte. Hoy, estos viejos utensilios decadentes entre tanto adelanto, traen a nuestro presente el trabajo en equipo para los demás, en el marco incomparable de una de tantas cocinas del mundo. Y por supuesto, nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve…

Pamplinas del blog

Un aceite para aliñar muy independiente: para los tomates en rama o tipo Raff, hay un aliño de aceite de oliva, orégano (a ser posible fresco), vinagre de vino blanco y dos dientes de ajo prensado.Todo ello se deja en una botellita de cristal unos días macerando, y luego solo hay que moverlo y bañar los tomates partidos por la mitad con sal, y si se desea, acompañarlos con unas lascas de queso de Burgos con sal.

Para endurecer las patatas: añadiendo bastante sal a la cocción de las patatas se evitará que se desmoronen al manipularlas para aliños o ensaladas.


Botellas olvidadas: todos tenemos botellas de vino oloroso, brandy o whisky a la mitad, que se quedan realmente arrinconadas, porque se degustaron en alguna ocasión especial y luego no son consumidas en el día a día. Estas botellas vienen estupendamente para dar sabor a los filetes a la plancha, tal como muestra la foto, que lleva un chorrito de Pedro Jiménez, unos minutos antes de quitarlo del fuego, para dar tiempo a que se evapore el alcohol.

domingo, 27 de julio de 2008

Comeencasa en Cantabria

L. Javier del Valle, sabio en gastronomía de Cantabria, y miembro de la Cofradía de Amigos de los Quesos del Principado me remitió en su día información sobre el concurso de pinchos, que tuvo mucho éxito cuando se publicó en Comeencasa.org. Ahora me envía el texto de su colaboración en una columna en el periódico La Voz de Asturias. Está claro que este envío me obliga a abrir una nueva sección llamada “Corresponsales”.

Es un honor para comeencasa.org recibir aportaciones de alguien tan culto y experto en cuestiones culinarias como Luis Javier del Valle, que además procede y vive en una comunidad tan rica en historia y cultura gastronómica. Y, por último, quiero enviarle mis disculpas por la tardanza en publicar su artículo. Espero que haya muchos más.

jueves, 24 de julio de 2008

Arroz con remolacha

Esta receta me la soplaron hace más de veinte años, y la verdad es que es muy adecuada para estos días de calor, además de que cunde mucho. Es de lo más simplona pero gusta a todo el mundo.

Ingredientes : una taza de arroz, un bote de remolacha cocida (o comprarla cruda y cocerla con sal), un bote de mayonesa grande y sal.

Se cuece el arroz (quince minutos hirviendo a fuego medio); a continuación, se cuela y se enjuaga muy bien en agua fría y se reserva. La remolacha se trocea pequeñita. Luego, en una fuente redonda, vamos colocando una capa de arroz, sobre ella una capa de trozos de remolacha y encima una capa de mayonesa, y luego otra vez a empezar, hasta finalizar con mayonesa. Este plato debe tomarse frío.

A veces las recetas más sencillas también tienen éxito, pero es estupendo encontrarse la comida hecha en el frigorífico, lista para servir. De segundo, lo ideal un buen gazpacho.
Por cierto: aprovecho para promocionar mi arroz favorito: el arroz perfecto de verduras, pues veo que no es muy requerido por mis lectores del archivo de recetas, y fue el que inauguró este blog.

Para no engordar, al séptimo descansar

Me lo ha dicho la doctora Cruz, y es un consejo unánime de expertos: comer sólo fruta un día a la semana, sirve para mantener el peso, sobre todo ahora en verano, que apetece por el calor y porque además podemos hacerlo estando de vacaciones.

Eso quiere decir, que el día elegido para este “régimen” efímero no puede tomarse ningún otro alimento, ni incluso café o pan. Solo hay una excepción al mediodía: un huevo duro (que no tortilla francesa) y gazpacho.

Espero que os sirva de algo. Yo pienso hacerlo, sobre todo en aquellas semanas veraniegas en las que aunque uno quiere ser bueno, le es imposible no pecar, porque tiene cada día distintos compromisos con amigos con los que además te apetece estar y compartir cerveza y más de una tapita. Ya me contaréis.

lunes, 21 de julio de 2008

Atún al comino importante

Tengo muchas recetas por publicar sobre el atún, cuya campaña acaba más o menos sobre este mes. Y resulta que mi compañero Juan Pedro Tocino, residente en Barbate, había encontrado la edición moderna del antiguo librito de “Cocina Barbateña con pescado azul”, toda una reliquia. De las muchas propuestas, me decidí por una sencillísima y cuyos resultados fueron espectaculares, eso dijeron en mi casa.

Ingredientes: - ½ Kilo ó 1 kg. de lomo de atún fresco, 1 cebolla, comino, medio vaso de vino blanco, aceite, laurel, sal y agua. (Prescindo de la harina, pues no es necesaria).
Se corta el atún en trozos no muy pequeños. En una sartén con un poco de aceite se dora la cebolla picada. Se añaden los trozos de atún, el comino, el laurel y el vino blanco. Luego se cubre de agua y se deja cocer tapado hasta que se reduzca el caldo y se quede en una salsa. Por último, rectificar de sal.

Con este platito, declaro cerrada la temporada del atún 2008, sin perjuicio de emprender otras aventuras gastronómicas atuneras que iré contando más adelante. Hay otros pescados, arroces y legumbres impacientes por salir en la portada de comeencasa.

Pero no quiero olvidar a mi proveedor del mejor atún, el puesto de Fernando Coucheiro, en la plaza central de Cádiz, con más de sesenta años de experiencia: sin duda, todo un profesional de confianza en la venta del atún fresco. Gracias a él, mis platos han triunfado.

domingo, 20 de julio de 2008

Cinco importantes pamplinas gaditanas

Dentro de la Ruta del Tapeo de Cádiz, del que ya hablé hace poco, probamos la Tapacai presentada al concurso por el Hotel Barceló. Se trata de representar a la ciudad en una tapa: salmorejo (en un tubo de ensayo), cartuchos de tortilla de camarones rellenos de papas aliñás, frituras de ortiguillas y cazón en adobo y la guarnición del gazpacho en una brocheta. Me parece muy buena idea no solo por la originalidad de la tapa en sí, sino porque de alguna manera acerca la cocina de los establecimientos hoteleros al público de la calle, que de ese modo los incluyen en sus rutas tapeadoras. La Tapacai incluye una copa.

Este pasado fin de semana pude contemplar la I Jornada del Mercado Romano de Gades. La empresa Monumentos a la Vista y el Ayuntamiento de Cádiz han organizado este evento tan especial, del 18 al 20 de julio, con 25 tenderetes instalados en las Plazas Fray Felix y Silos Moreno. Además, se han llevado a cabo visitas teatralizadas al yacimiento arqueológico de la Casa del Obispo, y exhibiciones de las bailarinas de la que fue famosa Puellae Gaditanae. Pero sin duda lo más llamativo del programa fue el desfile de las legiones romanas y cartaginesas, por grupos llegados de Cartagena, que añadieron colorido y animación al evento. Podéis consultar más información en su página http://www.cartaginesesyromanos.es/ . Desde aquí un beso a Inma, la Suma Sacerdotisa que me informó de esta fiesta que se celebra en esta ciudad mediterránea a finales de septiembre.

Tras la vista y alguna comprilla gastronómica al mercado romano, dimos con el bar-restaurante Sopranis que nos encantó por la buena relación calidad-precio y por la amabilidad de sus propietarios, Ramón y Adela. Muy conseguida la decoración del local, en el barrio de Santa María, recuperando la fachada de piedra ostionera característica propia de la ciudad. A mí personalmente, me conquistó la tapa de cazón en adobo, (pero no frito). Su cocinero, Dani Baturone, es sin duda de alta escuela. Además, organizan periódicamente cursos de cata entre sus clientes.

Como suscriptora del boletín Cosas de Comé , esta vez me han regalado una botella de fino Faluka. Se trata del primer chardonnay que se elabora en la provincia de Cádiz, gracias a la Bodega Paez Morilla. Aquí teneis más información:
http://www.laalacena.net/




Ya hemos pasado por el primer chiringuito de la temporada. Se trata de El Barco, situado al final de la playa gaditana de Cortadura, muy cercano a Torregorda. Nos agradó que en su menú tuvieran entre
otras cosas un exquisito salmorejo, y como somos defensore
s de la verdura, por eso lo citamos aquí.

Reconozco que este fin de semana este blog ha estado un poco callejero gastronómicamente hablando, en contra de su propia filosofía. Pero ahora mismo me pongo a cocinar caliente, fotografiarlo y contarlo. Y aquí no ha pasado nada, seguiremos fieles a nuestros principios.

lunes, 14 de julio de 2008

Café pamplinoso

En vista del panorama, hace tiempo que en casa decidimos comprar el café en grano (y a granel), mezclando a discreción varios tipos según origen, de modo que procedemos a molerlo cuando va a ser consumido en siete o quince días, y así se conserva mejor.

Sí es importante para la conservación del aroma, guardar el tarro, con el café molido o no, en el frigorífico en la parte más baja, por ejemplo en el verdulero. Con esa temperatura su aroma durará mucho más.

Ésta es nuestra fórmula al comprar café, sobre un kilo o proporción: 60% de Colombia, 20% de Brasil y 20% de libre elección. El café de Colombia es riquísimo pero demasiado suave y apenas tiñe la leche. El de Brasil le añade cuerpo y el último vendría a reforzar el aroma de nuestra mezcla.

Para mi segundo desayuno, ya en la calle, los bares que frecuento tienen ya aprendida mi fórmula: en taza, poco café, mucha leche y nada de azúcar, ni sacarina tampoco. Lo cierto es que una vez que lo explico, son bastante atentos a mis deseos, y me sirven el café como me gusta. Todo esto ocurre a las 9,30 aproximadamente, en que salgo corriendo desesperadamente de la oficina (mi reino por un café, o sucedáneo incluso), y cuando vuelvo ya soy otra persona.

Siempre digo que en lo referente a Andalucía (no tengo información de otros sitios), es en Málaga donde cada proporción de café tiene un nombre. Recuerdo que cuando viajaba a esta capital, pedía un sombra y ése era mi café. En resumen, muchas pamplinas para cafetear, pero mi estómago lo agradece y mis nervios también.

El café, factor individual y colectivo

No sé cuando tomé café por primera vez; creo que coincidió con mi bachillerato. Recuerdo que cuando tenía un examen mi madre me lo preparaba hecho en la leche, como una crema, riquísimo, pasándolo luego por una manga-colador. El caso es que entonces, igual que hoy, el café me entonaba el cuerpo y me daba una cierta seguridad mental.

En el desayuno nos despierta, a media mañana fomenta la negociación y la información social y laboral; a media tarde consigue el reencuentro, el consuelo y la confidencia, y, de noche, busca centrarse en el amor.

Sí recuerdo que el café que tomábamos en casa y que molíamos con el molinillo manual y más tarde eléctrico, olía más allá de la puerta de entrada, y sugería un hogar acogedor, pues siempre reunía a grupos más o menos numerosos. Y es que el producto de los cafetales tiene la virtud de beneficiar tanto a uno mismo como al grupo que comparte unas tazas, en casa o en la calle.

Otra cosa es la sensación que tengo hace ya algunos años de que el café, sobre todo el molido que se vende, tiene cada vez menos calidad, (lo cierto es que desconfío de su composición), con un sabor más fuerte y menos definido.

Me preocupa el comercio mundial del café, por cuanto dependen de él infinidad de familias en los países productores y no tengo muy claro cual es la distribución de la renta que origina su comercialización. Es un elemento imprescindible en la mayoría de los hogares españoles, y está claro que para disfrutarlo hay que buscar sus variedades: Costa Rica, Kenya, Somalia, Brasil, Colombia, Guatemala…

Caliente, amargo, fuerte y espeso, palabras cuyas primeras letras definen lo que debe ser un buen café, algo que los hipotensos valoramos eternamente. Y que contribuye a que la cultura del café sea el deporte nacional privado y público.

viernes, 11 de julio de 2008

Boquerones en vinagre de la tasca

Creo que se trata de un plato ligado a nuestra cultura tasqueril. De hecho, existen multitud de tabernas más o menos cutres, pero que son famosas por lo bien que preparan estos boquerones.


El modo es muy parecido a lo que hay publicado, pero esta receta contiene una pequeña modificación, relativa a introducirlos en sal. Mi primo José María de Huelva me los preparó y recomendó, y yo tuve el placer de probarlos tomando con ellos la cervecita.No cabe duda de que se trata de un clásico del verano. Ahí van:

Ingredientes: 1 kg. De boquerones, aceite, vinagre, sal y ajos.


Se limpian los boquerones, quitándoles las tripas y espinas, se abren por la mitad (como un libro) y se enjuagan bien. Se cubren de sal y se dejan 5-6 horas. Al cabo del tiempo se enjuagan nuevamente y se meten en vinagre otras 5-6 horas más. Enjuagamos otra vez y aliñamos con aceite de oliva virgen extra, ajitos picados y perejil.

En los taxis se habla de cocina

Por motivos de trabajo y o prisa extrema, soy asidua usuaria del taxi. Es muy normal, por lo menos aquí en Sevilla, “pegar la hebra”, es decir, desarrollar una pequeña conversación, normalmente sin profundidad entre taxista y cliente.


El caso es que llevo muchos años compartiendo el monotema del descontento ciudadano generalizado; nos quejamos del alcalde, y le imputamos lo mal que están el tráfico, las eternas obras, la mugre del suelo….. y así constantemente. Pero en tres ocasiones el claro objeto de conversación ha sido la cocina.


El primer taxista, un joven de Dos Hermanas, localidad pegada a Sevilla me contó que tenía un huerto propio y que disfrutaba sembrando y contemplando cómo mes a mes crecían sus patatas, sus pimientos o sus cebollas. Y decía que era como el crecimiento de nuestros hijos, que siempre te mantienen ilusionado.

El segundo, contaba que pasaba muchas horas sentado en el taxi, y que para él la cocina era un auténtico relax. Por eso, se ocupaba siempre de preparar las cenas en casa. Y además, estaba siempre abierto a descubrir nuevas recetas y a probar nuevos sabores.

Y el último, un inmigrante peruano, ya residente en España, bien afeitado y con el taxi super limpio, me contó que su hijo de 10 años, buen estudiante, no paraba de decirle que de mayor quería ser cocinero, y constantemente buscaba información sobre gastronomía.

Total, que a estos tres señores taxistas les di mi dirección de blog. Y espero que me visiten alguna vez, sobre todo, el hijo del señor peruano, futuro gran chef.

Está claro, que tal como están las cosas con los políticos, lo mejor es no sofocarse, y dedicarse a algo tan hermoso como la cocina, que solo trae cosas positivas, y si es con un vasito de cerveza o tinto sobre la encimera mucho mejor, como decía mi amigo del otro día.

martes, 8 de julio de 2008

Échale guisantes al pollo

Que yo le echaré el resto: ½ kilo de pechugas de pollo, 1 cebolla mediana, 1 tomate maduro, 1 pimiento verde de freír, aceite, sal, medio vaso de vino blanco, y …. 300 gr. de guisantes frescos.

Tenemos las pechugas limpias y troceadas a taquitos. En un perol, sofreímos la cebolla picada, el tomate pelado, el pimiento picado. Una vez pochado lo pasamos todo por la minipymer.

Mientras tanto, doramos el pollo con un poco de sal, en poco aceite en la cacerola, y cuando esté, le añadimos el sofrito pasado, para continuar en la misma cacerola. A continuación, añadimos el vino y los guisantes ya desgranados, y lo dejamos todo a fuego medio como tres cuartos de hora. Estará riquísimo. Además eran los últimos guisantes de la temporada.

Hoy me ha comentado un amigo que a él no le importa meterse en la cocina, siempre que tenga al lado una cervecita o un buen tinto. Dice que así se enrolla mejor, y que no se le hace la cocina tan cuesta arriba. Creo que merece la pena coger un buen puntito, si ello nos da valor para preparar la cena o la comida del día siguiente. Todo sea por la causa.

Gluten en fármacos y cosméticos (I)

La FDA (1) no exige que se haga referencia al contenido de gluten en las etiquetas de los fármacos. La mayor parte del gluten de los fármacos proviene de ingredientes inactivos que se obtienen de granos integrales, harina integral o granos de almidón. Los ingredientes inactivos como los almidones derivados del maíz o la patata deberían ser aceptables (a menos que estén contaminados con gluten); el almidón no especificado o “pregelatinizado”, el polvo secante o la harina pueden ser derivados del trigo. La fuente de un ingrediente inactivo puede modificarse sin indicarlo en el prospecto.

Los edulcorantes utilizados en productos farmacéuticos también pueden ser fuentes de gluten. La sacarosa, la miel, la dextrosa, la fructosa y los sólidos de jarabe de maíz no contaminados no deberían ser problemáticos.
Los rellenos, espesantes y polímeros utilizados para las presentaciones líquidas y sólidas, como las gomas (por ejemplo acacia, agar, alginatos, carragenina, goma gelán, goma guar, goma xantana), la celulosa y sus derivados (como hidroxipropilcelulosa, metilcelulosa, celulosa microcristalina, carboximetilcelulosa sódica), y otros polímeros (polivinilpirrolidona, crospovidona, croscarmelosa sódica), deberían ser aceptables si no están contaminados con gluten.

Es posible que los jabones, los champús y las lociones también contengan gluten y sean ingeridos accidentalmente. Se debe evaluar la fuente de solventes o vehículos; el alcohol, el polietilénglicol, Trerp Topirengticot y la glicerina generalmente no causan problemas en los pacientes sensibles al gluten (2).

-----------------------------------------------------------------------------------------

(1) La FDA o Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Fármacos, por sus siglas en inglés) es la Agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales), suplementos alimenticios, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y productos hemáticos.
(2) JL Cacace. Formulating for the gluten-sensitive individual. International Journal of Pharmaceutical Compounding 2005; 9;357

domingo, 6 de julio de 2008

Atún aliñado: buenísimo y poco conocido

Es la opción de saborear el atún frío, al llegar a casa.
Ingredientes: (3-4 personas). ½ kg de atún de almadraba, sal, vinagre, aceite de oliva virgen y cebolleta.

Cocemos el trozo de atún, entero, con agua a medio fuego durante unos veinte-veinticinco minutos. Luego lo troceamos a taquitos y lo pasamos a una fuente redonda; añadimos la cebolleta pelada y picada, la sal, el vinagre (de Jerez)- 1 cucharada sopera máximo- y el aceite de oliva a discreción. Dejamos enfriar bien cubierto de aceite.

Os lo recomiendo. Es cuestión solo de que el atún sea de calidad. Igualmente puede aliñarse el bonito, de textura más fina.

En rebajas no se come

Hace ya varios años que lo noto: en enero y julio, poquísima gente comprando en los supermercados de los centros comerciales, con los aparcamientos a rebosar. Y es que el público prefiere gastar en moda más que en alimentación. Y claro, la comida no se rebaja. (Yo desconfiaría si bajaran los precios de los productos frescos).


El periódico La Voz de Cádiz –sección Economía- titulaba hace mes y medio: “los españoles gastan más en teléfono que en pescado, y más en cuidados personales que en salud”. Y es que la estructura del gasto familiar ha dado un giro total: antes 8 de cada 10 pesetas se dedicaban a alimentarse, vestirse y pagar los gastos asociados a la vivienda. Pero hoy, que la mayoría de los españoles tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas, el gasto crece en otros apartados más vinculados al ocio y la calidad de vida.
Si antes gastábamos en comer el 43,20%, hoy solo el 17,4%, consecuencia lógica del aumento de la riqueza tanto social como personal. Cuanto más dinero se tiene menos se gasta proporcionalmente en comer.

Sin embargo, lo que ocurre en los periodos rebajiles, me deja muy preocupada, pues da la sensación de que comer es algo secundario, flexible ante cualquier otra necesidad, incluso producida por emociones compulsivas. Y sospecho que a la gente le da por comer productos precocinados o hacerlo fuera de casa, todo ello afectando a la calidad y el orden de la alimentación diaria familiar.

Creo que estamos jugando con algo muy serio: se trata de no atender la necesidad básica de comer y comer bien, cuando nuestra capacidad adquisitiva lo permite. No me refiero a sueldos y pensiones de pena, (ya hablaré de este asunto), sino a rentas más que decentes. Antes teníamos menos y comíamos mejor. Estamos malgastando un patrimonio: la cultura de comer sano y en casa, y esa es una mala noticia.

miércoles, 2 de julio de 2008

Pamplinas propias y ajenas

Entre el 1 de julio y el 31 de agosto se celebra la VII Edición de la Ruta del Tapeo en Cádiz. Esta edición trae seis promociones: Menú de tapas, la Tapa Cai, Tortillas de Camarones, Papas Aliñás, el Gazpacho y la Tapa Postre. Son 60 los establecimientos participantes. El público premiará al mejor bar, y un jurado a la mejor promoción, cuyo cocinero será el maestro tapeador del año. Y quien consiga visitar 36 de los 60 establecimientos, se llevará el título de tapeador de oro. Estoy deseando empezar esta ruta, ya os contaré.


Regala gastronomía: a veces no sabe una qué comprarle al marido que tiene de todo cuando llega su santo. Así que, por esta vez creo que acerté al aparecer con un queso Payoyo curado, que compré en el establecimiento gaditano Miña Terra, recién hecho y que está dando muchas satisfacciones en mi casa por su sabor y calidad.




Ya os conté que en la Feria de la Gamba de Punta Umbría probamos un vino semidulce llamado Villalúa. Por lo visto este caldo, natural de Villalba del Alcor, en el Condado de Huelva, procede de una bodega propiedad de los restauradores de Villalba, que tienen establecimientos en Sevilla, donde lo sirven como vino de la casa.


Gastronomía arqueológica: cenas en el Gades Romano: podéis rememorar los banquetes en honor a los dioses Apolo, Higia y Asklepio, famosos en la Gades del siglo I, disfrutando entre otras, de los sensuales bailes de las Puellae Gaditane y degustando los placeres de la mesa romana. Se trata de una original propuesta para las noches de verano en Cádiz, en el mismo yacimiento arqueológico, conocido como Casa del Obispo. Creo que puede ser una experiencia original. Más información en http://www.monumentosalavista.com y http://www.descubreelsur.es/



Y para terminar, no sé si habréis notado que hemos retocado un poco el logo de comeencasa.org, que ahora lleva incluso un mantelito a cuadros, detalle importante que nos faltaba, y que hará esta web más acogedora.

Arroz a la selección española (y campeona)

Lo último aún no se sabía, porque fue el jueves pasado. Era casi la hora del partido, y había que comer al día siguiente –arroz según la agenda-, así que me puse manos a la obra, aunque algo más tarde que de costumbre. ¡Qué difícil es trabajar en la cocina mientras en el salón los tuyos están viendo el partido de fútbol (de semifinales) cada vez más interesante!
Y para darme ánimos, llamé a este arroz a la selección, porque mientras lo hacía, escuchaba los ¡¡¡uy!!!! Y los ¡gooooooool!. Y además, porque en él predominó el color rojo del pimiento y el amarillo del fumet de pescado que teñía el arroz. Éste, como siempre, de la variedad bomba, que permite consumirlo dos o tres días después y sigue estando igual de bueno o incluso mejor.

Ingredientes (3-4 personas): un buen choco choquero, 1 vaso de arroz, tomate frito (del mío, como siempre), cebolla, un pimiento rojo, ¼ de zanahorias, caldo de pescado (casero), sal, aceite, vino blanco y pimiento asado rojo.

En una paellera con aceite pochamos la cebolla, el pimiento rojo, las zanahorias troceadas y el tomate frito. Una vez pochado todo, añadimos el choco limpio y troceado y rehogamos con el vino, y dejamos como tres cuartos de hora para que el pescado se ponga tierno y se evapore el vino. Mientras, vamos calentando el caldo o fumet de pescado.

En este instante, ponemos el reloj de la cocina, y huimos al salón a preguntar a los hinchas caseros cómo va la cosa y cómo está jugando España. Ellos no te hacen mucho caso, pendientes como están de la tele y entonces, procuras adivinar quien lleva la pelota en ese momento…..


Suena el timbre de la cocina, ya terminó el sofrito , y hay que echar el arroz, rehogar y añadir, como siempre, el doble más un poco más de caldo, al tiempo que corregimos de sal. Los tiempos, diez minutos fuerte, diez minutos suave y diez minutos de descanso. Estos tiempos se quedan programados también, pues de nuevo corremos al salón televisivo. Mientras tanto el arroz juega solito su propio partido….Y al final, colocamos los pimientos asados rojos por encima.

(¿A que es difícil cocinar mientras está jugando España?. Pues este arroz, que salió riquísimo lo tomamos el viernes y el domingo, y solo me quedó este plato tan pequeño para poder mostrarlo en las fotos…. ¡pedazo de selección! (Bueno, lo del nombre genera algo de pitorreo familiar por oportunista)
P.D. La final me cogió ya con las lentejas hechas para el lunes, en plan señora, sin moverme del sofá durante el partido.