domingo, 13 de abril de 2008

Los garbanzos, un mito gastronómico

Sobre todo si nos hemos quedado sin la acostumbrada carne de ternera con la que compartir el potaje. De este modo, no habrá proteína que les haga sombra, y serán el centro de la receta con todo su atractivo, calorías y su gran contenido en fibras. Y para conseguir un buen sabor en este potaje, tendremos que comernos el coco con medios naturales para conseguirlo.

Dado su historial, los garbanzos se merecen un papel protagonista. A pesar de su imagen “provinciana”, familiar y típica de economato, esta legumbre ha sabido alimentar a muchas familias como producto base. Para nosotros los garbanzos son auténtica leyenda, mereciéndose la admiración y el “Óscar” a toda su carrera, por innumerables títulos o preparaciones, en diferentes escenarios o cacerolas y por compartir papeles con productos de todos los niveles.

Este fin de semana en la tienda Miña Terra de Cádiz me recordaron que los garbanzos tienen sexo. Garbanzos y garbanzas se diferencian solo en el tamaño que adquieren al ser remojados, operación que debe durar 8 horas como mínimo. No soy muy partidaria de comprar los garbanzos remojados, pues así no sé lo que estoy consumiendo.
(Y no olvidéis dejarlos en remojo por la noche, a ser posible antes de poner en marcha el lavavajillas o de recoger la cocina, que luego se olvida, y tengo que estar en todo)

No hay comentarios: