Sobre todo si nos hemos quedado sin la acostumbrada carne de ternera con la que compartir el potaje. De este modo, no habrá proteína que les haga sombra, y serán el centro de la receta con todo su atractivo, calorías y su gran contenido en fibras. Y para conseguir un buen sabor en este potaje, tendremos que comernos el coco con medios naturales para conseguirlo.
Dado su historial, los garbanzos se merecen un papel protagonista. A pesar de su imagen “provinciana”, familiar y típica de economato, esta legumbre ha sabido alimentar a muchas familias como producto base. Para nosotros los garbanzos son auténtica leyenda, mereciéndose la admiración y el “Óscar” a toda su carrera, por innumerables títulos o preparaciones, en diferentes escenarios o cacerolas y por compartir papeles con productos de todos los niveles.
Este fin de semana en la tienda Miña Terra de Cádiz me recordaron que los garbanzos tienen sexo. Garbanzos y garbanzas se diferencian solo en el tamaño que adquieren al ser remojados, operación que debe durar 8 horas como mínimo. No soy muy partidaria de comprar los garbanzos remojados, pues así no sé lo que estoy consumiendo.
(Y no olvidéis dejarlos en remojo por la noche, a ser posible antes de poner en marcha el lavavajillas o de recoger la cocina, que luego se olvida, y tengo que estar en todo)
Dado su historial, los garbanzos se merecen un papel protagonista. A pesar de su imagen “provinciana”, familiar y típica de economato, esta legumbre ha sabido alimentar a muchas familias como producto base. Para nosotros los garbanzos son auténtica leyenda, mereciéndose la admiración y el “Óscar” a toda su carrera, por innumerables títulos o preparaciones, en diferentes escenarios o cacerolas y por compartir papeles con productos de todos los niveles.
Este fin de semana en la tienda Miña Terra de Cádiz me recordaron que los garbanzos tienen sexo. Garbanzos y garbanzas se diferencian solo en el tamaño que adquieren al ser remojados, operación que debe durar 8 horas como mínimo. No soy muy partidaria de comprar los garbanzos remojados, pues así no sé lo que estoy consumiendo.
(Y no olvidéis dejarlos en remojo por la noche, a ser posible antes de poner en marcha el lavavajillas o de recoger la cocina, que luego se olvida, y tengo que estar en todo)
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