martes, 30 de junio de 2009

Los lunes, lentejas

Como alguien definió –o al menos creo haberlo leído en cierta ocasión- a la felicidad como la continuidad de la rutina, estuve googleando en busca del autor de esta afortunada sentencia, pero solo encontré las frases excluyentes, es decir, que la rutina es precisamente la enemiga de la felicidad. Pues no estoy de acuerdo; partiendo de que ayer fue lunes, y de que en casa volvimos a comer el correspondiente plato de lentejas, tal como venimos haciendo hace muchos años.

Estas legumbres recurrentes para el primer día de la semana, esperadas por ello en nuestra mesa al volver del trabajo tras el fin de semana, casi siempre con el mismo sabor y el repetitivo aspecto, son la prueba evidente de que seguimos siendo los mismos, de que continuamos teniendo apetito tras una jornada más o menos dura y de que seguimos creyendo en nuestras propias ideas a pesar de las agresiones externas, de las mentiras que nos rodean y de las estupideces en las que a veces participamos.

Las lentejas, inamovibles, humildes y altaneras, son el término medio de la calidad de vida humana: no valen las opulencias, pero tampoco se admite la indignidad del hambre y la pobreza. El plato de lentejas nos recuerda que debemos dejar de lado las tonterías a las que a veces nos vemos obligados a seguir, las soberbias que quieren atraernos y las muchas mezquindades para con los demás. Las lentejas son la medida de nosotros mismos, sin aditivos, colorantes, ni conservantes.

Lentejas con denominación de origen, con el mejor aceite de oliva, tomate frito autóctono, chorizo artesano, y no sé cuantas pamplinas más, no dejan de ser las mismas lentejas de toda la vida, de las que hablaron, hablan y hablarán todos los hombres, mujeres y niños, cocineros o no. Las lentejas nos devuelven a la realidad más realista, gestionada en estado puro en la oficina de nuestro estómago, como decía Don Quijote. A ellas tenemos que aferrarnos para no perder el poco espíritu casero que nos queda para luchar contra los molinos de viento.

Quiero para siempre en mis lunes la rutina de las lentejas, y en ellas recordaré –para nuestra vergüenza- que ni siquiera un plato tan básico existe en muchos millones de mesas del mundo. Por eso aquí nos traerá un recuerdo solidario y compartido de otras mesas, y sobre todo, nos apremiará a trabajar durante la semana que comienza, a agradecer lo que tenemos y a valorar el dulce momento de reponer nutrientes. Mis días o mejor dicho mis semanas, se miden por platos de lentejas en el almanaque. Nosotros con una cacerola de lentejas y un poquito de pan hemos sido felices, por suerte, un lunes más.



Hoy hace 75 años (29 de junio)

Encontré esta noticia en las efemérides del Diario de Cádiz. Tal día como el 29 de junio de 1934, se produjo en esta ciudad una “tremenda explosión del almacén de cereales de González de Peredo”. “Todos creyeron que se trataba de una bomba” decía la noticia. Esta pequeña columna conmemorativa de sucesos pasados y publicados, me traía recuerdos y entonces pregunté a una superviviente: mi tía.

Las naves almacenes de cereales González de Peredo estaban situadas en la gaditana calle Argantonio, pero la entrada de carruajes daba a la de Corneta Soto Guerrero (entonces llamada de la Manzana); y en medio de esa vía pública quedó abatida la enorme puerta, arrancada de cuajo a causa de la explosión, permitiendo rescatar a los obreros que estaban trabajando en el interior del almacén a las 10,30 de aquella mañana del 29 de junio.

Por razones desconocidas, el material dedicado a la conservación de los garbanzos allí almacenados se inflamó y produjo un gran estallido seguido de un terrible incendio. El obrero que dice la noticia salió envuelto en llamas era mi tío abuelo, Félix Barrios González, nacido en Cerrazo, término de Torrelavega, Santander, y domiciliado en la Plaza de las Viudas; éste, a consecuencia de las heridas recibidas, padeció graves úlceras en las extremidades inferiores con peligro de gangrena, sufriendo la amputación de ambas piernas. No volvió a trabajar nunca más. Mi tía recuerda aún las curas extremadamente dolorosas a la que tenía que someterse.

Los otros dos obreros, se llamaban Fernando Candanero (que murió al poco tiempo) y el tercero en salir como pudo fue mi abuelo, Francisco Barrios González, hermano del primero, domiciliado en la calle Juan Fernández Camacho. A consecuencia del humo tóxico inhalado, éste quedó con los pulmones muy dañados. Era entonces uno de los hombres de confianza de la dirección. Murió, un día de la Virgen del Carmen (16 de julio), suponemos que dos o tres años después, a causa de la complicación de una neumonía.

Me cuentan que mi abuelo, tras el accidente, siguió trabajando, aunque ya su extraordinaria salud y vigor mermaron considerablemente, pues pasaba temporadas de asfixia e incapacidad. Pero tenía claro que amaba su trabajo por encima de todo. Mi abuelo Francisco –Quico como le llamaban en casa, o -Don Francisco según el vecindario- fue un enamorado de su trabajo, y un empleado fiel hasta las últimas consecuencias. Mi padre, su hijo, también recibió este don como herencia. Hoy ninguno está con nosotros, pero mis hermanos y yo siempre tuvimos claro que de ellos tenemos las ganas de pelearnos en el tajo cada mañana. Hoy quiero completar esta noticia casi olvidada con estos comentarios familiares para que así perviva en la red.

domingo, 28 de junio de 2009

Garbanzos aliñados

Ingredientes: 100 g. de garbanzos (un puñado por persona), 2 tomates, 1 pimiento verde,1 cebolleta, dos huevos duros, varias lonchas de jamón, sal, vinagre y aceite, dos zanahorias, 1 hoja de laurel y un puerro.

Los garbanzos se dejan en remojo la noche anterior. Al día siguiente se cuecen con sal, dos zanahorias, la hoja de laurel, un puerro y algo de aceite. Con algo más de una hora estarán tiernos. Hacemos los huevos duros.

Los garbanzos se escurren y se sacan sin la verdura; en una fuente alargada vamos colocando por el borde las lonchas de jamón y el huevo duro troceado. Por último aliñamos los garbanzos con el pimiento, los dos tomates (de ensalada), la cebolleta, la sal, el vinagre y un buen chorreón de aceite. Al día siguiente estarán geniales. Nosotros ya los hemos probado y los recomendamos, porque van directamente de la nevera a la mesa, y van perfectamente con un buen gazpacho de entrante.

Platos de verano y platos de invierno

Demasiado calor cuando llegas a la mesa al mediodía durante estos meses. Casi se te quita el apetito. Este tiempo acaba incluso con la buena voluntad del cocinero familiar, que por otro lado lucha por mantener la dieta más decente posible. Y es que ahora pucheros y potajes parecen fuera de lugar, de ahí que los paquetes de legumbres se condenen al rincón de los muebles de cocina. Y los gazpachos y aliños se convierten entonces en los auténticos protagonistas de la mesa, al fin y al cabo, prácticamente todos los productos son compatibles con un consumo en frío, acompañados de un buen aceite de oliva virgen.

Pero los meses estivales, al menos en las grandes ciudades del interior, llevan otra dificultad añadida en lo que a la cocina se refiere: el cierre por vacaciones de las pequeñas tiendas, o en el mejor de los casos, la apertura solo en horario de mañana. En resumen, cocinar en verano en las ciudades se vuelve muy complicado: fatiga del cocinero, falta de proveedores disponibles, corta duración en los productos a consecuencia de las temperaturas, y para rematar, menor apetito de los comensales. Lo ideal es irse cuanto antes de vacaciones y cambiar de aires, porque llevar trabajo y cocina por delante con el calor requiere algo más que buena voluntad y disciplina.

Todo esto me ha servido para llamar la atención sobre las ventajas del aliño de las legumbres, que siendo productos tradicionales de invierno permiten, en frío, contar con excelentes nutrientes pero sin añadir más temperatura de la normal; son platos que se elaboran el día antes y al otro ya han mejorado de sabor y textura. Los recomiendo.

jueves, 25 de junio de 2009

El encanto de la Salina San Vicente

Formadas durante el plioceno, unas ciento sesenta salinas tenía la provincia de Cádiz hace tres mil años. Hoy solo quedan seis. Son terrenos con lodo impermeable aunque sin consistencia, y constituyen un recurso natural de la bahía. Su principal producto, la sal, se ha utilizado tradicionalmente no solo como condimento, sino como conservante alimentario. Seis gramos de sal diarios se considera la dosis ideal en la dieta humana.

El agua que entra a los esteros, pasa de un lado a otro por el propio desnivel y de manera escalonada, gracias a la instalación de compuertas, llamadas periquillos. Este flujo permite además alimentar a la fauna propia del lugar. Cuando alcanza 20º de salinidad, al cristalizar, el agua del mar tiene toda la tabla periódica de minerales y los metales pesados caen por su propio peso; con un 98% de sodio y solo 2% de minerales, constituye todo un depurador natural. (Por contra, la sal obtenida industrialmente hay que lavarla). Entonces, se produce la evaporación, hasta quedar en 8-10 cm. de sal, y se va recogiendo en las balsas.

Actualmente, se está dedicando una cada vez mayor extensión de esteros a la llamada flor de la sal, hoy la más rentable y con menor porcentaje de sodio, siendo la ideal para los hipertensos. La sal se emplea para limpieza y mantenimiento industrial, para cocer marisco y para curar el jamón.

La salina solo funciona en invierno, con las primeras lluvias; por ello, en verano, el agua del estero se tira, conteniendo peces que entraron a buscar aguas más cálidas así como gran diversidad de crustáceos. Al quedar el pescado en el hoyo, se extrae con red, descartando los pequeños ejemplares por su tamaño: éste es el llamado despesque. Con esta labor se celebraba la terminación de la temporada de salina, en el llamado despesque, obteniéndose también las plantas autóctonas como la salicornia, que actualmente se está cultivando en otros países, conocidas sus excelentes propiedades para la alimentación humana.

Y hablando de encanto, no solo el lugar lo tiene y mucho, sino que merece la pena hablar de la familia Ruiz, propietaria de la salina, -que ya en dos generaciones- vive desde hace tiempo e intensamente este paraje desde la óptica física en su percepción, técnica en su explotación, medioambiental en su respeto, innovadora en su investigación, lúdica en su uso compatible y gastronómico como riqueza añadida, haciéndola sostenible. Y, quiero hacer una mención especial a Regla, esposa del dueño, que escribe poemas a la belleza única de este lugar, dedicados al diálogo de la sal, los vientos gaditanos y las estrellas del cielo. Aquí es imprescindible ser un romántico. Enhorabuena a la familia Ruiz.

Cenar en un despesque

Con un ligero viento de levante, justo para disfrutar, asistimos al tradicional despesque que celebramos anualmente con nuestros compañeros de la provincia de Cádiz, una vez más en la histórica Salina San Vicente, situada junto al Caño de Sancti Petri, en San Fernando. Lo peor, que me puse demasiado tacón para andar por el terreno.

El despesque –palabra poco conocida tierra adentro- es la extracción del pescado existente en los esteros naturales de las salinas, que deben vaciarse anualmente una vez finalizada la temporada de lluvias. El despesque viene a ser el equivalente a lo que es la matanza en el campo. Tradicionalmente se han venido realizando los despesques como la fiesta que cierra la cosecha, dándole el sentido de celebración social, protagonizadas por el pescado –doradas, lubinas, lisas- a la brasa o a la sal, el vino fino y el pan de pueblo, comido a pellizcos.

En la actualidad, la producción de sal en salinas como éstas ha dejado de ser rentable económicamente, por la competencia de las grandes productoras salineras. Por ello, las primeras sobreviven gracias a nuevas líneas de cultivo –como la flor de sal, considerada la “pata negra” de las sales-, la producción tradicional de sal para usos domésticos e industriales, y sobre todo, a eventos turísticos como la celebración de despesques y acontecimientos sociales –bodas, almuerzos y otros acontecimientos festivos, para lo cual salinas como ésta tiene montada su infraestructura.

El despesque comenzó con la exposición del dueño de la salina, Manuel Ruiz, quien tras aludir a la larga historia de esta explotación, describió el proceso natural de producción de la sal en este entorno natural, cuya actividad continúa con las técnicas artesanales, con el consiguiente respeto al medio ambiente (flora, fauna del hábitat salinero).

Tras contemplar en primera línea la extracción de los brillantes peces del estero, dimos buena cuenta de la cena preparada por la salina: tortillitas de camarones, pescao frito, un excelente salmorejo y las valiosas doradas de la bahía a la parrilla, de un sabor exquisito.
El despesque fue sin duda una ocasión no solo de encuentro con amigos y compañeros, sino también una oportunidad única para conocer más de cerca nuestros espacios naturales, que sobreviven como en este caso gracias a una explotación responsable y a actividades didácticas y gastronómicas.

miércoles, 24 de junio de 2009

Tomate frito, versión dos

En la cocina hay que ser flexibles, estar dispuestos a admitir sugerencias, siempre que no afecten a nuestros principios. Puede ser interesante sustituir algunos ingredientes, aplicar nuevos tiempos, realizar nuevas combinaciones, utilizar algún otro artilugio innovador, cambiar el horario de guisoteo o incluso modernizar nuestro delantal de toda la vida. Pero si la variación afecta a algo tan importante como el tomate frito, el esfuerzo se justifica por sí mismo. Pocos productos dan tanto juego en el menú semanal como la salsa de tomate, y mucho más si nuestro digno objetivo es utilizar uno que sea casero, nuestro, sano, en una palabra.

Después de llevar años y años haciendo igual el tomate frito, herencia de mi madre, probé este nuevo método que lleva algunas modificaciones, propuesto por la magnífica página www.directoalpaladar.com

Se trata de una receta muy sencilla, ni demasiado larga en el tiempo de preparación ni demasiado rápida para desconfiar de ella.

Ingredientes: 1,5 kg de tomates (maduros, por ejemplo de pera o de rama), una cebolla, un ajito, 2 hojitas de laurel, 2 zanahorias medianas, un puerro o cebolleta, tomillo y aceite.

Pelamos los tomates mediante un escaldado (agua hirviendo, unos tres minutos en total desde que se echan hasta que se sacan). En un perol con aceite, pochamos en sofrito y troceados la cebolla, el puerro, las zanahorias y el ajo. Cuando estén, añadimos los tomates ya pelados, el tomillo y la sal, y dejamos a fuego medio 30 minutos. A continuación, pasar por el pasapuré.

Esta salsa de tomate está riquísima y además tiene un excelente aroma.

martes, 23 de junio de 2009

Noticias positivas

El primer derecho: no pasar hambre.-

El pleno del Parlamento balear aprobó a primeros de este mes, la Ley de Servicios Sociales que establece que todo ciudadano tendrá garantizados unos mínimos de comida, ropa y techo y que, en el actual marco de crisis económica, prevé la protección de las personas que se encuentran en una situación de dificultad.

Es la primera vez que una comunidad autónoma de España aprueba una ley de estas características. Tal vez en España estos mínimos estén garantizados para todos sus habitantes, pero sería de desear que otros países, supuestamente ricos por sus recursos naturales, sean capaces de administrar con justicia y sentido común, para que ninguno de sus ciudadanos se encuentre en situación de pobreza.

El café, bueno para muchas cosas.-

Otra noticia positiva es la que habla de que el café podría disminuir el riesgo de padecer diabetes mellitus de tipo 2, así como prevenir del riesgo de demencia y alzheimer en la tercera edad e incluso de padecer la enfermedad de párkinson, si se consume diariamente de forma moderada. Estas conclusiones fueron presentadas hace poco por miembros del comité de expertos del Centro de Información Café y Salud en un encuentro promovido y organizado por la Federación Española del Café, con el objetivo de dar a conocer los beneficios del consumo moderado del café para la salud.

Cambio climático: no siempre se cumple lo peor en el campo
Hay que decirles a los pesimistas y agoreros, que el cambio climático no ha provocado cambios en el campo; en contra de las frecuentes noticias divulgadas en los últimos años sobre que el aparente aumento de las temperaturas esté provocando serias alteraciones en los cultivos y en su distribución geográfica, resulta que la experiencia, contrastada con multitud de técnicos y expertos a pie de campo, señala que apenas pueden encontrarse indicios de altibajos en tal sentido. Quienes dependen de la meteorología para producir y vivir dicen saber perfectamente que esto no es cambiante de una temporada a otra, y más aún si se miran las diferencias a muchas décadas vista.

domingo, 21 de junio de 2009

La Hija del Sol

Posiblemente no le enseñaron esta cocina, cuando aquel 14 de febrero del año 1779, la recibieron en la puerta principal del convento para quedarse allí. Al fin y al cabo los fogones estaban lejos del claustro y de las celdas, y además, a ella le permitían llevar de cocinera a su fiel criada. La Hija del Sol venía con algunos de ricos objetos personales -muebles y cuadros- y una selección de sus libros, y sobre todo el permiso de su marido –ratificado ante notario- para convertirse en monja concepcionista calzada del Convento de Santa María en Cádiz.
El marqués del Mérito describía en un soneto la llegada de esta bellísima dama al convento:… “Ya en sacro velo esconde la hermosura/en sayal tosco garbo y gentileza/la Hija del Sol, a quien por su belleza/así llamó del mundo la locura”.

María Gertrudis Hore Ley, llamada la Hija del Sol por su excepcional belleza y erudición, nació en la cosmopolita y libertina Cádiz de 1742, cuenta el escritor Francisco Arias Solís. Hija de un rico comerciante irlandés afincado en esa ciudad, poseía una esmerada educación y una amplia cultura, además de pertenecer a los distinguidos círculos sociales y literarios de entonces. En 1762 contrajo matrimonio con Esteban Fleming, de El Puerto de Santa María, con quien tuvo un hijo que al parecer murió pequeño.
Según Cecilia Böhl de Faber que escribió sobre ella, ausente su marido en La Habana La Hija del Sol tuvo amores con un brigadier. Parece que una noche éste fue apuñalado en el jardín de la casa de María Gertrudis, pero tras deshacerse del cadáver, al día siguiente ella lo ve desfilar al frente de los marinos, y cree volverse loca. Tras el impacto, escribe a su marido para confesarle la culpa y le suplica le permita retirarse a un convento, concediéndole la licencia el 1 junio de 1778.

Antes de ser monja, María Gertrudis fue visitante asidua de las tertulias literarias de Madrid y Cádiz, como también de la tertulia gaditana del científico Jorge Juan. Sus poemas fueron publicados en el Correo de Madrid y el Semanario de Cartagena. Desde la clausura, la Hija del Sol también siguió cultivando la poesía, apareciendo varias composiciones en el Diario de Madrid, firmadas con las iniciales de su apodo: H.D.S. María Gertrudis Hore Ley. En plena epidemia de fiebre amarilla, falleció de madrugada en el convento de Santa María el 9 de agosto de 1801, donde durante muchos años desempeñó el cargo de secretaria.
Considerada entre las cuatro mejores escritoras españolas del siglo XVIII, y una de las primeras poetisas románticas, fue contemporánea aunque algo mayor que Cadalso y
Meléndez Valdés. En sus poemas, María Gertrudis cultivó el soneto, la décima, la anacreóntica, las endechas y el romance, dedicándose fundamentalmente a la poesía religiosa, y también a la traducción de textos en latín.

Me hice con el libro “Una poetisa en busca de la libertad”, de Fredérique Morand (Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz), volumen dedicado a la vida y obra de esta culta mujer gaditana que vivió a caballo entre el mundo del opulento Cádiz del XVIII y la clausura conventual, bastante abierta al primero como se ha demostrado. De él he seleccionado este fragmento de un poema suyo dedicado a las labores de la cocina, aludiendo a la vida cotidiana del convento. La Hija del Sol me ha conquistado con su historia y su personalidad.

Tiende ese mantelillo/que de limpio blanquea/ aquí en la tierra, y luego/ de rosquillas llena./Pon también la ensalada, aliñada y compuesta/con la blanca cebolla/y la borraja fresca./El rubí del tomate/y la esmeralda bella,/del pimentillo dulce/ hojitas de pimienta/. Del ámbar del pepino/que nada escasa venga,/y el orégano ostente/fragante competencia….

jueves, 18 de junio de 2009

Pimientos del piquillo caramelizados

Ingredientes:

- Pimientos del piquillo.
- Azúcar.
- Vinagre y agua.

Medir las proporciones: (imprescindible un medidor)

Por ejemplo:
Si los pimientos (escurridos) pesan 100 gramos, se le añade 50 gr. de azúcar (después se mide en un vaso para medir lo demás), de lo que mida el azúcar se echa la mitad pero de agua, y de lo que mida el agua se echa la mitad de vinagre.

Elaboración: En este caso, los pimientos pesaban 210 g escurridos, por ello, tomamos 105 de azúcar, 50 de agua y 25 de vinagre.

En una olla se colocan los pimientos escurridos y troceados, el agua, el vinagre y el azúcar. Se cuece a fuego lento hasta que se consuma y quede en un almíbar. Tardará alrededor de una hora.

Puede servirse encima de panecitos previamente untados con queso tipo San Millán (para contrarrestar el sabor dulce y salado). Está riquísimo.


Esta receta me la dió mi amiga Victoria, de Jerez, y es sin duda muy original.

¿Qué ocurre en la menopausia?

Afortunadamente en nuestra sociedad cada vez hay más cincuentonas atractivas y en excelente forma física, tanto que por la calle parecen más jóvenes que sus maridos (yo quiero ser como ellas); posiblemente porque ellos no se tiñen el pelo y se dejan la barriguita cervecera. Maridos del mundo, ¡cuidaos!

En el Seminario de la Fundación IDEHS “Alimentación en diversas patologías”, se le dio también un repaso a la menopausia, como una época de especiales características físicas y del propio metabolismo, y por lo tanto de especiales necesidades. Dicen que es una etapa más de la vida, ¡no una enfermedad!...cesa la ovulación y las hormonas se mueven a su antojo, las pocas que quedan...

Sofocos, sudoraciones, ansiedad y posible depresión son síntomas más o menos normales, o no, pero lo que sí es seguro es que disminuye el metabolismo (su ritmo) y aumenta la grasa. (Eso no impide que podamos hacerle frente). La descalcificación ósea es un riesgo evidente, la llamada osteoporosis, por la normal pérdida de calcio dada la dificultad en su absorción. (Hay que guardar calcio por anticipado). Y no hay que olvidar que desaparecen los estrógenos, hormonas protectoras frente a los riegos vasculares, pero también esto tiene arreglo.

Son muchos los factores a tener en cuenta para cuidar la alimentación en la menopausia, pero también los bebés o los adolescentes tienen sus pautas para comer. Es decir, cada edad tiene sus necesidades nutricionales. Y en la menopausia, éstas deberían ser (según el seminario):

Complementar la dieta con el ejercicio físico. Una actividad física cuatro veces por semana serviría para frenar en gran medida la descalcificación ósea. Para eso está el gimnasio, la bici o la vulgar caminata. ¿por qué no bailar?

Disminución total de calorías diarias. Es lo razonable, dada la ralentización del metabolismo. Hay que comer de otra manera, tal vez con platos más pequeños y más a menudo.

El calcio tiene un especial interés: alrededor de 2000 mg. Diarios es lo aconsejable. La leche nos lo aporta, o tres raciones diarias de lácteos (mejor semidesnatados).

Las legumbres y hojas verdes (oxalatos) son muy aconsejables. Está claro que las comidas de cuchareo nunca pasan de moda, pues aportan todo lo necesario. Es cuestión de cocinarlas con poca grasa y mucha verdura.

El sol, nos aporta vitamina D. Eso sí, cuidado cómo se toma. Mi esteticista –mujer de gran experiencia y profesionalidad- me ha comentado más de una vez que el sol de 9 a 11 horas de la mañana es muy beneficioso para nuestros huesos y salud en general. Los rayos del mediodía son perjudiciales –eso lo sabemos todos y por eso hay que tomar precauciones con cremas protectoras- y que el sol de la tarde es absolutamente indiferente.

Y como sugerencias, evitar el exceso de café, té o colas, (pues aceleran la descalcificación) e incluir la soja (fitoestrógenos que producen isoflavonas). Éstas parece ser que minimizan el riesgo de cáncer de mama. Por cierto, el kéfir (ahora muy de moda en los restaurantes orientales) es mejor incluso que la soja: yo lo recomiendo para desayunar, con un poco de miel.

Es una suerte poder envejecer, y lo es más en un país como el nuestro, con una gran esperanza de vida. La menopausia hay que pasarla, pero hay que hacerle frente de alguna manera para suavizar sus efectos e impedir un vulgar aumento de talla en la ropa. Ejercicio, alimentación y esfuerzo por ser optimistas son tres cuestiones que pueden alegrar nuestra vida social y sobre todo, la de los demás.

miércoles, 17 de junio de 2009

Luces y sombras en la cocina

Preparar la comida para la familia –mucha gente lo hace a diario en el mundo- tiene condicionado el éxito o fracaso final por muchos factores. Tal vez el principal sea el estado anímico y/o físico del cocinero. Pero se da también la influencia de la calidad de los ingredientes y por supuesto la calidad de los mismos. Y por último, siempre hay un factor suerte, sobre todo para la primera vez que se elabora una receta cualquiera, en el que se lo juega uno todo a una sola carta.

Hoy en casa he tenido un éxito y un fracaso. El primer plato –rape con guisantes- ha causado sensación entre los comensales. Llevaba un buen sofrito de ajo y cebolla, con su vasito de vino blanco y un excelente caldo de pescado, enriquecido con el hueso del rape y con las cabezas de las gambas –compradas frescas- que yo tenía congeladas. Los guisantes también eran frescos. El resultado, repito, de buenísima nota.

Pero el segundo plato era un experimento, que evidentemente llevaba sus riesgos. Lo aclaro: pretendía hacer una ensaladilla con productos de Conil –las patatas ecológicas que compré el otro día allí- y las habichuelas pías autóctonas. La mayonesa, de bote para ahorrar tiempo y riesgos. El caso es que esta ensaladilla la puse a probar bajo el nombre de conileña. Pero a la misma, le faltaba algo. Creo que podría ser la cebolleta, que se me olvidó, y se me ocurre que tal vez unas aceitunas negras. Pero está claro que aún no puedo presentar esta ensaladilla en la sociedad bloguera. La receta la medio saqué de la web www.directoalpaladar.com

La cocina, como todas las cosas de la vida, tiene altibajos. Y ya he dicho muchas veces que intentar cocinar bien supone esfuerzo y dedicación. En este caso, tengo pendiente perfeccionar este dichoso plato hasta que mi familia me conceda notable ó notable alto. Por cierto, ahora mismo estoy experimentando otro plato muy original, poco visto, ya os contaré en cuanto se pruebe. Moraleja: cocinando día a día uno llega a aceptar sus limitaciones.

martes, 16 de junio de 2009

La vuelta al mundo del atún en cinco platos

Cuando comenzó en Cádiz la I Ruta de la Tapa –creo que fue en 2002-, algún columnista metepata opinaba que la iniciativa estaba indicada solo para turistas y visitantes de la ciudad, porque al gaditano de toda la vida no le iba eso de ir de bar en bar en busca de las tapas más o menos novedosas, y que lo que realmente le gustaba era tomarlas todas en el mismo bar, preferiblemente en la misma mesa o en el mismo rincón de la barra. Vamos, con el mínimo esfuerzo.

Evidentemente, después de tantos años de no vivir en la Tacita de Plata, se me ha pegado algo de turista-visitante seudogaditano, y me apunto a todas las rutas gastronómicas que puedo, incluso a la Senda de las Maritatas recientemente finalizada.

Pero en esta ocasión nos lo pusieron muy fácil. Enterada por mi amigo Mariano de que la Venta Melchor –de la pedanía conileña de El Colorado- ganó el concurso de la última Ruta del Atún, aprovechamos la fiesta local en Sevilla y allá que fuimos dispuestos a enfrentarnos al duro placer de probar los últimos modelos de la temporada del túnido; la diseñadora, Petri, un encanto de cocinera y de señora, casada con Juan Carlos. Ambos regentan la Venta Melchor, un local ordenado, bien decorado y equipado.

Un paté de atún abrió el desfile. Su llegada fue discreta, como entrante sin muchas pretensiones. Pero le dimos la máxima puntuación, en sabor, textura, presentación y calidad en sí mismo. Un paté de categoría sin duda. En estos casos se echa de menos tener a alguien más en la mesa, para poder comentar estas cosas. Pero ya os lo he contado a vosotros...

Petri –que hacía de selecta camarera también- esperó el final del paté y puso sobre la mesa la segunda propuesta, en este caso la ganadora del VI concurso gastronómico Ruta del Atún de Conil, bajo el nombre de “Timbal de atún marinado con base de arranque” (salmorejo de Rota). El timbal estaba relleno de verduritas mimadas, un primor. El plato ganador también cayó.

Flor de calabacín relleno de atún, con guarnición de crema de calabacín, en frío. Esta tercera elaboración nos impresionó, pasado por una suave tempura. El emplatado –creo que se dice así- era de profesional de alto nivel, cuya contemplación ayudaba sin duda antes de la degustación. Esto se ponía cada vez más interesante.

Pero había más: unos pimientos asados con atún en escabeche (en rodajas cuadraditas) nos devolvió a la realidad con un sabor completamente distinto, con el que no contábamos. Junto a nuestra mesa, un grupo de madrileños –siempre tan vitales ellos- elogiaban también este mismo plato. El escabeche rompió moldes.

Y para volver al origen, el quinto plato: atún encebollado tradicional. Confieso que éste me picaba la curiosidad pues lo suelo preparar muy a menudo y necesitaba comparar el de Petri con el mío. El de la campeona llevaba vinagre en lugar de vino (al igual que nuestro gran bloguero cocinero Juan Ramón González Higuero) y tenía una base de patatas cocidas en rodajas. Pues para ser un plato muy visto, aquello también nos dejó sorprendidos. ¡Cómo cocina esta señora!
Solo éramos dos para la degustación; y nos quedó pendiente el atún con tomate, que habrá que dejarlo para la siguiente ocasión. No fuimos capaces de tomar postre, solo un café. Juan Carlos y Petri tienen planeado participar en jornadas gastronómicas relacionadas con otros productos conileños –hortalizas por ejemplo- de fama en la provincia. Y nos encantaría estar presentes en estas iniciativas.

Cinco platos, cinco sabores, cinco experiencias nos llevaron de la mano a recorrer el maravilloso mundo del atún de almadraba, una de nuestras señas de identidad en la costa andaluza. Juan Carlos y más directamente Petri, fueron unos expertos guías en este periplo gastronómico. Nuestro agradecimiento a ambos.

domingo, 14 de junio de 2009

Conil, huerta de la provincia

Este año hemos repetido la visita verdulera a Conil. Buscando nuevamente las habichuelas perdidas, reservamos 4 kilos de las llamadas habichuelas pías, una especie autóctona, antigua, hoy recuperada gracias al gastrónomo conileño Paco Vázquez. Paco tiene un puesto en la plaza de abastos municipal que atiende junto a su familia. Da gusto ir a verle, porque te va explicando las características de cada producto, con lo que la compra se convierte en una clase magistral y cercana de lo que ocurre en el campo, que a todos nos viene bien.

Os cuento: compramos de casi de todo: tomates de pera para el imprescindible gazpacho de esta época, peritos de mayo (los desconocíamos), ciruelas oscuras pequeñas pero riquísimas, y unas patatas rojas ecológicas, autóctonas, de la variedad respondia o algo así. Nos advierte Paco que este tubérculo va muy bien para cocer y aliñar, pero no en estofados, eso sí, para fritas son geniales (que tomen nota los enganchados).

Y el producto estrella, las habichuelas pías, ya están en mi congelador. Siguiendo las instrucciones de Vázquez, recorté las puntas y luego dividí por la mitad, y así las puse a congelar. Espero poder hacer con ellas varias cosas. Estas habichuelas son mucho más tiernas que las otras, con diez minutos de cocción tienen de sobra. Por cierto, nos llevamos las últimas de la temporada. (Se cuecen congeladas, con agua hirviendo).

El viaje a Conil me trajo recuerdos de mi niñez. Mi madre compraba –entonces un día sí y otro no, a falta de nevera- en una frutería regentada por un matrimonio conileño –Virtudes y Alfonso- que llegaban a diario a Cádiz con la mercancía en su furgoneta. Lógicamente, todo era de calidad, pero echo de menos aquella uva moscatel o aquella de variedad palomina tan rica. ¡Qué tiempos aquellos, en los que solo había que pedir que los productos estuvieran frescos, porque lo demás se daba por supuesto!

Tres homenajes, tres

Aunque mi afición bloguera viene por cocinar y comer en casa, hay veces que siento ampliado el sentimiento gastronómico casero también en bares o restaurantes, con platos que, por su sencillez podrían formar parte de nuestros menús familiares. Quiero hablar de tres platos –elementales- degustados fuera de casa y que nos han emocionado. (Y que no tengo más remedio que contarlo).

Filete de pez espada con patatas fritas.- Fue en Punta Umbría, Bar Antonio, un clásico frente al mercado de abastos. A esta variedad de pescado allí le llaman aguja palá; (dice mi amigo Mariano que es algo menor en tamaño que el pez espada de esta parte de la costa). El caso es que estaba fresquísimo y su punto a la plancha merecía toda clase de elogios. Y las patatas fritas, auténticas, con buen aceite, completaban el conjunto. El plato lo tenía todo. Un saludo a las cocineras Mari y Yolanda. Con mantelito de papel y mobiliario de plástico playero, el sitio es todo un lujo, verano e invierno.

Arroz a la Huerta en La Pepa.- Ya estamos en el gaditano Paseo Marítimo, con un excelente arroz con verduras gracias a un buen fondo (fumet). Llevaba chícharos (guisantes en Cádiz), alcachofas frescas y habitas. Para mí fue una sorpresa, pues estoy harta (harta, sí), de comer en playas arroces con sabores artificiales, potenciados a base de ingredientes agresivos, que disfrazan los sabores de toda la vida. Con este arroz disfrutamos como en casa. Enhorabuena al establecimiento. Platos como éste pueden tomarse en casa con un poquito de oficio y mucho cariño, y vienen bien a toda la familia. ¡Ah! Y la parrillada de verduras, magnífica.

Salmorejo en Zapata.- Este bar de Cádiz tan familiar, donde todos nos sentíamos como en casa, se ha trasladado hacia dentro de la calle con el mismo nombre. En el local, ahora se distinguen dos zonas: la amplia barra y mesas de restaurante. En ambos lugares estás muy a gusto, con el espacio del que antes carecías. El caso es que pedimos varias raciones, de entre las que destacamos este salmorejo riquísimo, servido en tazón de barro. Inolvidable. Un entrante clásico sobre una decoración de mantel de cuadros que le añade cercanía.

viernes, 12 de junio de 2009

Una talega profesional: entrevista en vivo

El Club de la Talega en Comeencasa nació con muy buenas intenciones pero con total amateurismo. Por ello, en la entrevista de hoy traemos a una bolsa de tela que hace su trabajo de manera profesional, bajo un nombre registrado en la tienda de comercio justo “La Huerta de San Miguel”, situada en la calle del mismo nombre en Cádiz. Esta talega –con un contrato de trabajo indefinido- goza ya de personalidad y prestigio propios entre los clientes de la tienda, pues allí es imprescindible.

Díganos: ¿desde cuándo trabaja aquí?
Pues me contrataron en el año 2005, al poco de abrir esta magnífica tienda de productos ecológicos, tan necesaria para ir abriendo camino y concienciando a la gente sobre otras alternativas de consumo responsable. La Huerta de San Miguel” fue el segundo establecimiento de este tipo abierto en Cádiz, y aquí estoy muy contenta. Todo el mundo me conoce como la talega de La Huerta de San Miguel, y eso me llena de orgullo. Yo trabajo con mucha calidad de vida. Y el día menos pensado saco una chirigota callejera con el nombre: “ponga una talega en su vida”…

¿Cual es su función en la tienda?
Por supuesto ahorrar las bolsas de plástico que tanto están dañando el planeta. Por ello, quien viene a comprar conmigo se beneficia de un descuento del 5% sobre el total de su compra; pero si trae otra bolsa cualquiera –nunca de plástico-, también se le hace una rebaja, en este caso del 2%. Como verá, la filosofía ecológica va por delante del interés comercial. A ver si entre todos evitamos tener tantos plásticos vacíos estorbando en medio de la cocina, que a veces ni siquiera acaban en el contenedor amarillo de los envases para ser reciclados…

Pero además, puedo presumir y presumo de que mi trabajo traspasa la frontera de Cádiz, pues en mi precio de venta hay una cantidad destinada a un proyecto solidario en Bangladesh, a través de la Fundación IDEAS, y en colaboración con Cáritas. La ecología y la solidaridad son conceptos universales, globalizados como se dice ahora…


¿Cuáles son los productos que Vd. suele transportar en esta tienda de Huerta de San Miguel?
Bueno, mis clientes compran de todo, algunos a diario. Pero yo llevo en mi interior productos alimenticios sobre todo: verduras, legumbres, lácteos, alguna botella de vino –ecológico claro-, así como yogures y productos infantiles. Aquí hay mucha variedad de artículos, como utensilios de cocina hechos sin teflón, para evitar residuos tóxicos al recalentarse, o incluso las llamadas bolas ecológicas para la lavadora, que ahorran detergente más o menos biodegradable. Aquí están en todo.

¿Qué consejos daría al ciudadano de a pié?
Pues que deben concienciarse de que practicar hábitos más saludables para cuidar de nuestro planeta es necesario y urgente, gestos que además son fáciles y baratos; hay que acostumbrarse, a usos tan básicos como llevar siempre encima una bolsa doblada para la compra. Detallitos como éste, contribuirán a cuidar el medio ambiente y ahorrar residuos. Pero incluso si me utilizan como bolso de calle, tampoco desmerezco por mi atractivo y funcional diseño, no hay más que verme….

¿Qué le diría a talegas como la de Comeencasa, creadas fundamentalmente para llevar el pan nuestro de cada día?
Por supuesto felicitarla por su iniciativa, y apoyarla incondicionalmente. A ver si cunde este ejemplo tan saludable. Estoy segura de que El Club de la Talega puede ser el principio de una gran amistad hacia el planeta. Me encantaría que esta simpática bolsita viniera a verme, pues podríamos compartir experiencias y alguna que otra anécdota; los sábados son un buen día para reunirnos, pues aquí en la tienda mis jefes ofrecen una degustación gratuita a eso de la una de la tarde, con una copa de vino y una tapa. He podido comprobar que el vino ecológico pone a la gente tan alegre como el otro y además es más sano.

¡Ah! Y avíseme por favor de cuando vaya a salir este reportaje, porque me gustaría pasar antes por la peluquería para la foto, plancharme un poco, y, por supuesto avisar a mi jefa, María, para que se sienta orgullosa de mí; al fín y al cabo, de no ser por ella, a mí no me conocería nadie.

miércoles, 10 de junio de 2009

A vueltas con el estrés....en la cocina

Canta la chirigota callejera gaditana Guatifó Intelligence Agency (GIA), del Carnaval 2009, sobre el estrés en la cocina. O mejor dicho, sobre el compaginar el trabajo de la cocina y del resto de la casa que tienen que practicar muchas amas de casa. Va como simpático homenaje hacia ellas, aunque ya no estemos en carnaval.

"Mi mujer mientras que hace el café siempre pone una lavadora,
hace cinco o seis cosas a la vez, mientras limpia el bidé
hace bechamel con la batidora
Quita la plancha, fríe tomate
y al mismo tiempo viste a los niños y hace pilates
y aunque en la cama le pone ganas,
está pensando que va a poner de comer mañana..."


martes, 9 de junio de 2009

Batido anti-estrés

Esta receta está especialmente indicada para la thermomix, pero supongo que también puede elaborarse en cualquier otra batidora que sea potente.

Ingredientes: 1 zanahoria, 1 kiwi, 1 naranja de mesa o de zumo, 2 yogures naturales, 2 cucharadas de miel y 6 cubitos de hielo.

Elaboración: pelar la zanahoria, el kiwi y la naranja (sin nada de piel blanca) y poner todo dentro del vaso del robot. Añadir los yogures, la miel y los cubitos de hielo. Triturar programando 30 segundos, velocidad progresiva 5-10 y 30 segundos a velocidad 10. Hay que servir inmediatamente. Puede añadirse más miel si se prefiere más dulce.

El efecto anti-estrés se consigue gracias a la vitamina C y a la miel. Es ideal para la cena.

Garbanzos con chocos que devuelven la visita

Me declaro representante legal de los garbanzos con chocos. Si alguien los quiere, tiene que hablar antes conmigo. Cuando tengo que preparar algo para un grupo numeroso, ahí estoy yo echándole valor a este clásico de los platos marineros; también compré una cacerola tamaño cuartel, en Bazar Victoria naturalmente, dónde me aseguraron que la marmita tendría capacidad para 15 personas como mínimo, y no se equivocaron, como era de esperar.

Se trataba de devolver la visita al Círculo de Arte Vivo, grupo de amigos unidos por la gastronomía en Sevilla, que la vez anterior nos agasajaron con una maravillosa berza a mi jefa y a mí. Ahora tocaba corresponder. Lo ideal hubiera sido preparar in situ los garbanzos, pero la jornada laboral no me lo permitía; así que dejé listo el potaje en la flamante olla, a falta de sal y de especias picantes al gusto. Eso sí, a pesar de haber usado guantes para limpiar los chocos, las uñas se habían puesto algo negras… riesgos del directo.

De camino al local, voy con la olla en coche, conduciendo mi hijo a cambio de un plato de garbanzos, impuesto revolucionario que no tuve más remedio que pagar. Llego al Círculo, dónde se entra por la cocina, en la que una maravillosa mesa de madera muy rústica acerca a los invitados, que intercambian pan de pueblo troceado con embutidos variados. Yo, a lo mío, a ir calentando y poniendo a punto mis garbanzos. Pero caen dos cervezas fresquitas, no puedo negarme a alternar.

Llega el momento de la verdad. Y soy la encargada de servir los platos con el contenido de mi olla fantástica. Los habitantes del Círculo sacan un botellón –por el tamaño- de buen vino tinto. Mientras, se repasa la actualidad política, y de paso, los cotilleos de la prensa rosa, frivolidad inevitable.

Los comensales proceden de distintos ambientes, pero también de la Universidad, uno de ellos fue profesor mío. Y las conversaciones surgen de la nostalgia musical: rock and roll, música francesa de los 70, cantautores españoles como Paco Ibáñez o Sabina, y un canto de una servidora dedicado a Benedetti: "Si te quiero es porque sos…" decía la letra,y nos damos cuenta de lo que hemos vivido y de cuánto hemos cantado durante tantos años, puretismo sentimental, justificado eso sí, porque sale a la superficie y lo escuchan los y las que son más jóvenes. Hay que envejecer con glamour….

Envuelta en una bolsa de tienda elegante, salgo con mi megaolla, en la que aún quedan tres o cuatro platos de garbanzos, todo eso por el impresionante Paseo Colón (¡qué fuerte, con una olla junto al río!); parece que he pasado la prueba, ¡qué bien!. Subo al taxi y el chófer me pregunta por el contenido del cacharro, como si fuera normal viajar con una olla llena de garbanzos; él también es un apasionado de la cocina, y comprende esta pequeña aventura gastronómica que llenó un momento de varias personas.

Sobremesa de conversación, de recitado de versos, de recuerdos, de música de otro tiempo, junto a personas de distintas edades y condición, forman un vintage emocional intenso e interesante, yo lo recomiendo como remedio contra la intolerancia, que eso fue nuestra transición: lo que conseguimos y lo que dejamos atrás por imposible. Y el testigo, una olla de garbanzos con chocos que hablan por sí solos.


(Los ingredientes: 1,100 kg de garbanzos de Escacena, 5,5 kg de chocos de trasmallo, ½ kg de tacos de jamón serrano ibérico, 2 huesos de jamón, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, 1 kg de tomates pelados y triturados –en casa-, dos cabezas de ajo, dos cebollas grandes, sal y pimentón dulce, y especias picantes opcional).

domingo, 7 de junio de 2009

Cata de mayo en Sopranis (D.O. Jerez)- (II)

Me queda contaros lo relativo a la cata de los dos siguientes vinos: amontillado y Palo Cortado. A medida que transcurre la sesión de cata nos vamos encontrando más a gusto, y surgen los comentarios sobre esos productos o recuerdos gastronómicos, o sobre bares y restaurantes gaditanos algunos casi olvidados. El gusto de comer no se olvida nunca.

Viene el tercer vino, amontillado Antique, de la Bodega Fernando de Castilla, de la fermentación completa de mostos de uva palomino. Es un vino singular, fruto de dos tipos de crianza, la biológica y la oxidativa, lo que le da complejidad e interés. Tras una fase inicial bajo velo de flor, al desaparecer ésta provoca una segunda fase –oxidativa- que oscurecerá paulatinamente el vino dándole concentración y complejidad. Tiene 16 -22º, y debe servirse a 13-14º C. Es ideal para acompañar sopas y consomés, carnes blancas, pescado azul (atún), setas y queso semicurados. Va perfectamente con verduras.

Fase visual: más intenso que el anterior, color ámbar claro, muy elegante. Fase olfativa: es más punzante, con un olor a “ebanistería”, intenso, largo. Fase gustativa, al pasearlo por la boca, a su temperatura, es intenso, recuerdo largo, amargo; es cálido, pero sin acidez. Se nota su gran concentración, tiene personalidad. Por algo ha tenido 20 años de crianza, con dos fases oxidativas.
Maridaje: Pulpo a la gallega. El pulpo, también de Conil. Este plato nos encantó, estaba riquísimo; la carne del pulpo muy suave, jugosa, y el aliño en su punto. Esto último es mérito del Restaurante Sopranis. (Ramón, me debes una cerveza).

El cuarto y último vino, Palo Cortado. Bodegas Sanchez Romate, Jerez, procede de mosto extremadamente fino, uva palomino, al principio encabezado a 15ºC, identificado inicialmente con un “palo” o raya oblicua. Al terminar la fase de sobretabla, al ver los catadores determinadas características muy específicas en algunas de las botas con velo de flor, determinará su clasificación como potenciales palos cortados (ilustrando en las botas con la raya que corta el palo original). Suele tener 17ºC, reconduciéndose así hacia la crianza oxidativa. El tiempo dirá con los años si esas características se confirman. Contenido alcohólico, entre 17 y 22º. Debe servirse a 13º-14º C.

Maridaje, es ideal para su degustación, los frutos secos y el pescado.

Fase visual: color ámbar dorado, intenso, acaramelado, olor a fruta de otoño, dátil, es intenso, muy largo, elegante. Fase olfativa, huele a licor, a frutos secos, a Brandy, y tal vez a madera vieja. Fase gustativa: con mucho peso de alcohol, es amargo, largo, con sabor a brandy. Este vino puede dejarse con esa oxidación natural, producto de la casualidad, o incluso de la situación de la bota. De su fermentación en madera toma los olores y sabores, evolucionando por sí mismo.
El maridaje, borriquete frito; un pescado –creo que nunca lo había probado- que suele pesar unos 5 kg, criado en las piscifactorías de Conil, riquísimo, y frito como debe ser.

Al terminar la cata, los “jartibles” de la gastronomía continuamos nuestras conversaciones en la calle, para no molestar a los clientes recién llegados al Bar Sopranis. Felicitamos a Pedro Pérez, sumiller de cabecera, por el éxito de esta segunda cata, y por supuesto a Ramón, por su buen hacer como anfitrión y apoyo de cocina. Parece que se va abriendo la caja de Pandora de nuestra gastronomía. Y es que hacen falta cocineros –clásicos e innovadores- y grupos que compartan la pasión gastronómica, o lo que es lo mismo, cotillas, muchos cotillas para contar todo lo que se va friendo en las cocinas de Cádiz. ¡Ah! Y gracias a Pepe Monforte como líder espiritual de estas fantásticas movidas.

jueves, 4 de junio de 2009

Potaje de judiones verdes

Ingredientes: (4-5 raciones). ¼ judiones verdes, 1 kg.de calamar o de choco, 1 litro (algo menos) de caldo de pescado casero, 1 tomate maduro, 2 pimientos verdes de freir, aceite, una cebolla mediana, dos ajitos, medio vaso de vino blanco, dos cucharadas soperas de vinagre de Jerez, sal y algo de comino, y 300 g de gambas frescas y peladas.

Dejar los judiones en remojo la noche anterior. Por la mañana, tirar el agua y ponerlas a cocer con el caldo de pescado, una hora y media, aproximadamente, añadiendo agua fría un par de veces, y a fuego medio.

Mientras tanto, pelamos y cortamos los tomates y los pimientos. Ponemos en un perol a pochar los pimientos primero, y a los cinco minutos añadimos los tomates y pochamos también. Este sofrito se añade a los judiones (deben estar cubiertas de caldo), bajamos el fuego y dejaremos unos 15 minutos más.

Mientras, picamos la cebolla y los ajos y los ponemos a pochar en el perol con aceite. Cuando estén, añadimos el choco o calamar limpios y picados, rehogamos y vertemos el vino blanco, y las cucharadas de vinagre. Dejamos reducir todo esto y corregimos de caldo, añadiendo el resto del mismo. Con dos hervores será suficiente, y entonces volcamos este preparado a los judiones, removiendo y bajando el fuego, y ponemos también las gambas.


Con diez minutos de cocción suave serán suficientes. Rectificar de sal.
(El potaje está exquisito)

¿Robar para comer?

La crisis dispara los pequeños hurtos en los supermercados. Numerosas periódicos y páginas en internet tratan esta noticia por toda la geografía española, pues el hecho se ha podido comprobar generalizadamente en la difícil situación actual. Si antes el perfume y la ropa eran los objetos sustraídos en las galerías comerciales, ahora son productos de alimentación, concretamente embutidos envasados al vacío, quesos, y paquetes de galletas.

Siempre ha habido gente que presumía de apropiarse de artículos en los centros comerciales, sobre todo estudiantes de clase media que se encaprichaban de alguna cosa, como atractivos artículos de regalo. Pero también se hablaba de chicas que se llevaban a casa alguna prenda puesta, tras habérsela probado. Todo eso se controló a través de los dispositivos de seguridad pinchados en la ropa, y parece que la medida dió buen resultado.

Ahora las tiendas de alimentación declaran que los hurtos (no robos, dada su pequeña cuantía) producidos en lo que llevamos de año se han multiplicado, tanto que ya suponen el 1% de la facturación total. Y afirman que ha cambiado el perfil del “ladrón”, que a veces es un ama de casa, en un hogar corto de ingresos a consecuencia del paro y agobiado de deudas.

Independientemente de aquellos que nunca han tenido reparo en pillar mercancías en las tiendas, me pongo a pensar en la cantidad de personas mayores con pensiones ridículas, o de padres y madres de familia que apenas pueden asumir la compra semanal o mensual. Para ellos solo queda pedir ayuda a otros familiares o acudir a comedores sociales. Pero estas situaciones llevan a la gente a modificar sus conductas, y yo diría que hasta sus principios.

Me contaron hace poco el caso de una familia –padres e hijos pequeños- que actualmente y por su situación económica desesperada, se están viendo obligados a comer diariamente en un centro asistencial. Los pequeños, extrañados de ver el “peculiar” ambiente del comedor social preguntaron a sus padres por qué había allí tanta gente. Ellos respondieron que se debía a lo bueno que era el “restaurante” y que por eso todos iban a comer allí. Como en la película, “la vida es bella”.

Pero robar no está bien, no está justificado, aunque el hecho se banalice y se haya estado tolerando durante muchos años, como consecuencia de la pérdida de valores. Ahora seguramente se deberá a la justificada pérdida de autoestima que da el paro y la falta de horizontes.

martes, 2 de junio de 2009

Tablón de anuncios

En Sevilla, el Aula Activa de Crecimiento organiza, entre otras actividades, el curso “Dieta Sana”, impartido por Blanca Giménez Reillo, Educadora para la Salud, Dietista, Licenciada en Farmacia y Fisioterapeuta. El curso incluye dietas para cuatro semanas, tratamiento básico para un mes, asesoramiento profesional (dietética y tratamientos opcionales y charlas semanales para aprender a comer de forma saludable. La matrícula y primera semana cuesta 30 euros y 10 euros las tres semanas siguientes. El curso se desarrollará en la Casa de las Columnas-Triana.

El Aula Activa de crecimiento tiene por objeto colaborar a mejorar la salud y el bienestar, físico y psíquico de la población en general; y contribuir a educar y difundir información sobre los problemas que afectan al bienestar y la salud de las personas; así como apoyar las actividades que realicen instituciones, personas jurídicas del sector público o privado, y personas físicas, en su beneficio. Más información en 954.335 197-654.444.162 y en el e-mail aula-activa@hotmail.e

El próximo 27 de junio (sábado) tendrá lugar en Cádiz el Festival Benéfico que organiza la entidad AFANAS (Asociación de Ayuda a Minusválidos Físicos de Cádiz y su Provincia), con el fin de recaudar fondos para sus actividades. Como viene siendo habitual, contará con las actuaciones de diversas agrupaciones carnavalescas. Las entradas se venderán al precio de 5 euros en Discos El Melli y en la misma sede de AFANAS. La Asociación viene trabajando desde 1964 –sin finalidad de lucro- en el fomento de la asistencia, recuperación y enseñanza de los niños y adultos discapacitados intelectuales.

A partir del 19 de junio comenzarán las II Jornadas de Cenas Romanas en Cádiz, en el tradicional escenario del yacimiento arqueológico de La Casa del Obispo, en la Plaza Fray Félix. Las cenas tratan de rememorar aquellas noches de banquetes en los que Julio César degustaba los más ricos manjares. Los placeres de las mesas romanas según el recetario de Marcus Gavius Apicius. La entrada a la cena incluye visita guiada al yacimiento dentro del horario de atención de éste. A los asistentes se les caracteriza con una túnica romana. Información en www.monumentosalavista.com . Las entradas se venden en la Casa del Obispo, de 10.30 a 19.30 (Plaza Fray Félix, callejón Arquillo del Obispo), y en el teléfono 956. 46 37 34.
cenasromanas@monumentosalavista.com

Post número 400-Día de la Nutrición

Qué mejor modo de celebrar la entrada número 400 en este blog -no sé cómo he sido capaz de escribir tanto- que con la celebración del 8º Día Nacional de la Nutrición, este año bajo el lema “Hoy no como en casa”, que tuvo lugar el 28 de mayo.

La FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética) busca con esta iniciativa concienciar a la población de la necesidad de comer una dieta sana y equilibrada incluso comiendo fuera de casa, evitando así la comida basura o precocinada.

Según datos obtenidos, el español dedica casi un tercio de su presupuesto a comer fuera de casa, por motivos laborares o sociales.

Comeencasa ya habló en su día de que se estaba poniéndose de moda nuevamente la archiconocida fiambrera, interesante artilugio doméstico que permitirá transportar la comida que hemos preparado en casa con calidad y variedad.

Pero este Día, celebrado en España, no puede hacernos olvidar que la nutrición es el gran problema de mil millones de habitantes del planeta, que sobreviven en condiciones de extrema pobreza, y que no pueden acceder de manera habitual al agua potable y a los alimentos básicos y variados.
La nutrición para nosotros es un recordatorio de que debemos cuidarnos, a modo de responsabilidad o disciplina a interiorizar. Para ellos, los más pobres, es un sueño inalcanzable, sujeto a circunstancias fuera de su control.

Tal como están las cosas, nosotros, los que podemos comer, no tenemos ninguna justificación si no nos cuidamos.