En su “Diario inédito de un relator apócrifo”, la historiadora Hilda Martín repasó el pasado 26 de diciembre en Diario de Cádiz los precios de los productos existentes en los mercados del Cádiz de 1810. Se trata sin duda de una información de gran interés para conocer algo más de la vida cotidiana de una ciudad que desempeñó un papel relevante en dos años de asedio junto a cambios políticos y sociales.
Quiero pensar que incluso con el asedio, los mercados de la ciudad de Cádiz en 1812 tenían de todo o de casi todo, gracias a su especial situación como puerto de mar, que le permitía recibir toda clase de mercancías, burlando las limitaciones impuestas por el ejército invasor.
Por ello, quiero llamar la atención sobre la breve lista de productos que estaban a la venta, -en comparación con los existentes hoy día- y todos ellos con un mínimo procesado: azúcares, 12 diferentes especias, atún, quesos, 8 variedades de carnes, 13 tipos de cereales y legumbres y 4 especialidades de pan. Todos ellos con precios en cuartos y reales de vellón.
Según Hilda, en Cádiz existían por entonces 185 tiendas de comestibles con despacho de vino, 50 tiendas llamadas de montañeses, 1 matadero, 2 carnicerías, 76 tahonas, 4 panaderías públicas, 168 puestos de frutas y verduras, 115 tiendas de vinos y licores (no está mal), 24 bodegones y tiendas de comidas, 29 confiterías y 5 pastelerías.
(La imagen es de La Voz de Cádiz)
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