lunes, 5 de julio de 2010

Empanadas con la Roja

La hora del partido de la selección permitía: compras, siesta, abastecimiento y organización de la cena futbolera. Y se nos ocurrió hacer un pequeño recorrido por la ciudad antes, durante y después del comienzo del encuentro, aunque pensé que eso de las rutas es muy turístico pero muy poco gaditano. Aquí la gente se mueve lo imprescindible, y está claro que soy una mezcla de turista agobiante, exiliada activista y forofa mediopensionista de Cádiz.
El pasado sábado a las 19 horas abría el Rastrillo Nuevo Futuro, dedicando la primera hora al público infantil, hasta la hora del fútbol, en que instalaría una pantalla gigante. Situado en el Baluarte de la Candelaria, acogía tiendas de artesanía y antigüedades en las casamatas, todas con vistas al mar, todo un lujo. Había barra de bar, imprescindible, un escenario para actuaciones y atracciones para los niños. Y como contrapunto, en la puerta ondeaba una maxi bandera de la CNT con una pancarta alusiva a una trabajadora de la organización Nuevo Futuro, que denunciaba sus condiciones laborales. A pesar de estos contrastes, recorrimos las casamatas y compramos varios libros.

Salimos del Baluarte paseando por la Alameda en una tarde calurosa pero todavía soportable, adentrándonos en la plaza de Mina. Allí, en uno de los bares esquina a calle Tinte, la gente seguía el partido recién comenzado en las sillas del establecimiento, en los bancos de la plaza o sobre las vallas de unas obras cercanas. La Cruzcampo abundaba alegremente por la zona y la plaza tenía su punto, su alegría. Igual ocurría, aunque en menor medida en la plaza Candelaria, en que el Divino Bar había colocado en el centro una pantalla gigante.

Pero nos quedaba pasar por el local de los Scouts de la calle San Juan, junto a la plaza de la Catedral, que también habían organizado lo suyo; el salón para ver el partido de España, junto a una barra con refrescos y tapitas de tortilla y garbanzos, y allí estuvimos. La sede de los escultistas tiene para mi familia mucha historia, pues allí regentó mi tío Manolo la llamada Bodega San Juan. (Ya hablaré del inolvidable olor a barriles y a vino). También la asociación Scout puede presumir de antigüedad, pues aunque nacida con el permiso gubernamental en los años 70, recogió el testigo de la primera organización escultista que hubo en España, con el ideario de Lord Baden Powel (Patrulla Kanguros). El local estaba lleno de chavales y de lo más animado.



Era hora de regresar a casa. Allí, además de otras viandas, habíamos encargado dos magníficas empanadas de La Alacena –de dátiles, la más vendida, y de espinacas, mi favorita-. El caso es que cuando mi hermana y yo entramos por la puerta, comenzó el minuto de oro de la selección, gol anulado, penalti parado y el gol de verdad. Las empanadas estaban riquísimas, cayeron 4-5 litronas entre hermanos, hijos y sobrinos veinteañeros, novias, cuñadas y cuñados, y la tía Adela, que en ese rato olvidó su soledad; y a mi hermana y a mí nos dio tiempo de todo, incluso de ver la victoria de España, y eso que no somos turistas...



2 comentarios:

Susana dijo...

que bonito reportaje Charo.... me ha encantado.

Charo Barrios dijo...

Hola Susana. Me alegro de verte por aquí. Ya ves que el sábado dio para mucho....