Esta simpática imagen me la envió mi primo Domingo hace algún tiempo. A través de cinco botellas se ilustra la vida de un ser humano digamos normal de hoy día y de estas tierras occidentales. La primera y última botella nos vienen dadas por un cuidador. Y las tres de en medio pertenecen a los ciclos intensos de cualquier existencia: crecer, descubrir, apurar, rectificar y ayudar a morir.
Con el biberón crecemos a cuarto de kilo por semana y la leche es el primer huésped de nuestro paladar. La bebida de cola fomenta nuestra curiosidad por descubrir y sentirnos mayores. El alcohol supuestamente nos sube a lo más alto de nuestro ego social y económico, mostrándonos después nuestra pobre realidad. A los cincuenta comprendemos lo privilegiados que somos por haber podido amar, asumimos nuestros fantasmas y nos arrepentimos sinceramente del tiempo perdido y de las muchas veces que hicimos el ridículo; el agua es aquí nuestro cómplice. Por último, el suero suaviza el momento cruel de dejar de ser. Cinco maneras de liquidar la vida.
3 comentarios:
Buenísimo, buenísimo!!!
Ja, ja,ja...si que está bien!
Esta es una preciosa imagen simbólica que nos aclara la historia de nuestras vidas.
Pero yo me paso el día rodeado de jóvenes y pensando en ellos tengo la impresión de que la tercera botella ha pasado al segundo lugar. O, quizás, que el tiempo transcurrido entre la primera y la tercera se ha reducido muchísimo.
La imagen de tu post transmite un cierto equilibrio, un ritmo armónico. No sé si la imagen de hoy estaría en muchos casos escorada a la izquierda. Y tampoco me iamgino si la parte derecha quedaría igual.
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