martes, 27 de octubre de 2009

Boletín de pequeñeces

Viniendo por la autovía A-92, cerca de Sevilla, encontramos en una venta unas magdalenas alargadas: se llaman Valentinas, y las hacen en la localidad de Aguadulce (Sevilla). Están riquísimas y valen un euro. Me gusta contar estas cosas.

Aprendí en un libro del gran Arzak algo tan sencillo como que los pimientos se asan en el horno a 180º. Así lo hice la última vez y desde luego quedaron mucho más sabrosos, pues antes los ponía a la máxima temperatura.

Mi cuñada había leído que podemos recuperar una sartén deteriorada poniéndola al fuego con sal y dejándola cocer, limpiando y reponiendo más sal hasta que la sartén queda como nueva. Seguro que esto le servirá a alguien, porque ella lo ha comprobado.

En una promoción del supermercado, he conseguido entre otras, esta pequeña sartén del tamaño del huevo frito. Espero preparar en ella huevos al plato con guarnición variada. Pero me pregunto para qué tantos cacharros si la gente cada vez cocina menos en casa, ¿o no?.

Fruta por un tubo, como se dice vulgarmente; eso es lo que tenemos ahora en casa. Se trata de la fruta de invierno, la de Tosantos, que decíamos en mis tiempos. Es fruta de mayor duración debido a la suavidad de las temperaturas: plátanos, melocotones (últimos de la temporada), peras de agua, manzanas y sobre todo las riquísimas naranjas clementinas . Hay que comer mucha fruta.

4 comentarios:

Candela dijo...

Pues te dire, que ademas de encantarme toda la informacion que me has dado, te digo que el comentario este de "para que tanto cacharro si la gente cocina/come cada vez menos en casa". Jay empezo un nuevo trabajo el lunes pasado y nunca he pasado tanto tiempo cocinando (que me encanta) como desde entonces. Te preguntaras que por que, que si antes no comia... Jay come por 3, doy fe. Ya ahora por 4, porque vienen canino.
El motivo es que antes yo me llevaba mis ensaladitas o comida que se pudiera recalentar, como mucho en un micro. Ahora lo sigo haciendo, y cuando llego a casa de noche, pues algo al horno ligerito, y Jay se solia hacer su cena porque le gustan mucho sus comidas irlandesas. A mediodia, comia en la cantina de su curro. Pero a donde ha ido a trabajar ahora no tienen cantina, solo una habitacion con tetera y microondas, por lo que le cocino una suculenta cena para cuando llega a casa y algo contundente que llevarse en un tupper al dia siguiente, o de lo contrario, viviría en sandwiches y guarrerias.
Eso si, mis magdalenas caseras le encantan, asi que hoy saco una nueva hornada que solo le quedan 2 de la semana pasada...

Charo Barrios dijo...

Está claro, Candela, que los hábitos laborales condicionan nuestra alimentación. ¡Viva la comida casera y vivan las magdalenas de Candela!

zer0gluten dijo...

Pues me ha gustado mucho el truco de la sartén y sobre todo lo de los pimientos, que yo también lo hago a temperatura muy alta. La próxima vez los hago a 180 a ver qué tal.
Besitos sin gluten y gracias por estos post cargados de información y ánimo de compartir.

Dolo dijo...

Bueno, lo de la suavidad de las temperaturas, espero que se haga realidad, como la Naturaleza y las estaciones mandan.
Besos!!
Por cierto, qué ricas tienen que estar esas magdalenas...