Al parecer en la provincia de Sevilla existían a finales del siglo XIX alrededor de 300 cortijos, que dejaron de ser rentables para explotaciones agrícolas y ganaderas, debido a la mecanización del campo. Hoy quedan unos 125 aproximadamente, algunos llenos de historia y belleza, que se han reconvertido en lugares ideales para celebraciones o como alojamiento.
Este es el caso de la Hacienda de Medina, cortijo del siglo XVIII, situado junto a la campiña de Carmona, cerca de la capital sevillana, y con un paisaje de olivos centenarios. La hacienda ha venido perteneciendo a la familia de la empresaria sevillana Carmen Moreno, y estaba dedicada a explotación olivarera. El grupo empresarial del mismo nombre, es ahora su propietario. Carmen Moreno, marca textil propia, con varias tiendas y franquicias en España, recaló en el mundo de la hostelería con la explotación de un palacete dieciochesco convertido en hostería. Este proyecto fue decisivo para emprender un camino en Hacienda de Medina.
Una minuciosa rehabilitación del edificio, con la recuperación del bello conjunto, así como de su antigua maquinaria –por ejemplo el molino de aceite- confirma la solera y el esplendor de Hacienda de Medina añadiendo belleza al ambiente.
Estuvimos en la inauguración de esta bella hacienda, con un excelente servicio de catering y una decoración exquisita tanto del inmueble como de los exteriores. Detrás de aquella puesta en escena había trabajo, mucho trabajo.
Llevo tiempo deseando publicar este post sobre nuestra estancia en Hacienda de Medina por la agradable sensación que nos dio conocerlo. Es cierto que hay muchos cortijos reconvertidos en lugares de celebraciones en la provincia de Sevilla y en el resto de Andalucía. Pero en esta ocasión, me ha servido de excusa para hablar de su promotora, Carmen Moreno, una mujer empresaria singular, ejemplo de trabajo, tesón, imaginación, buen gusto, preocupación por el detalle y sobre todo respeto por los demás. Por su actividad ha recibido numerosos premios y distinciones procedentes de entidades públicas y privadas en Sevilla y fuera de sus fronteras.
Hay una palabra muy de moda, la excelencia, que define aquello que se ejecuta con un nivel de calidad por encima de la media. Y para ser excelente es necesario el cariño, cariño en todo lo que uno hace, porque detrás está el trabajo duro y continuado. Son muchos años de amistad y de relación textil y personal en su tienda de Sevilla. Pero sobre todo, nunca olvidaré que Carmen bordó personalmente mis guantes de novia, como el regalo de una amiga, y eso no se olvida nunca. ¡Mucha suerte en el nuevo proyecto, Carmen!
Este es el caso de la Hacienda de Medina, cortijo del siglo XVIII, situado junto a la campiña de Carmona, cerca de la capital sevillana, y con un paisaje de olivos centenarios. La hacienda ha venido perteneciendo a la familia de la empresaria sevillana Carmen Moreno, y estaba dedicada a explotación olivarera. El grupo empresarial del mismo nombre, es ahora su propietario. Carmen Moreno, marca textil propia, con varias tiendas y franquicias en España, recaló en el mundo de la hostelería con la explotación de un palacete dieciochesco convertido en hostería. Este proyecto fue decisivo para emprender un camino en Hacienda de Medina.
Una minuciosa rehabilitación del edificio, con la recuperación del bello conjunto, así como de su antigua maquinaria –por ejemplo el molino de aceite- confirma la solera y el esplendor de Hacienda de Medina añadiendo belleza al ambiente.
Estuvimos en la inauguración de esta bella hacienda, con un excelente servicio de catering y una decoración exquisita tanto del inmueble como de los exteriores. Detrás de aquella puesta en escena había trabajo, mucho trabajo.
Llevo tiempo deseando publicar este post sobre nuestra estancia en Hacienda de Medina por la agradable sensación que nos dio conocerlo. Es cierto que hay muchos cortijos reconvertidos en lugares de celebraciones en la provincia de Sevilla y en el resto de Andalucía. Pero en esta ocasión, me ha servido de excusa para hablar de su promotora, Carmen Moreno, una mujer empresaria singular, ejemplo de trabajo, tesón, imaginación, buen gusto, preocupación por el detalle y sobre todo respeto por los demás. Por su actividad ha recibido numerosos premios y distinciones procedentes de entidades públicas y privadas en Sevilla y fuera de sus fronteras.
Hay una palabra muy de moda, la excelencia, que define aquello que se ejecuta con un nivel de calidad por encima de la media. Y para ser excelente es necesario el cariño, cariño en todo lo que uno hace, porque detrás está el trabajo duro y continuado. Son muchos años de amistad y de relación textil y personal en su tienda de Sevilla. Pero sobre todo, nunca olvidaré que Carmen bordó personalmente mis guantes de novia, como el regalo de una amiga, y eso no se olvida nunca. ¡Mucha suerte en el nuevo proyecto, Carmen!
1 comentario:
Hace algún tiempo que leo tu blog, me parece muy interesante ... también vivo de Cádiz (beduina)y me he decidido hace poco a abrir un blog culinario ... te añado a mi blogroll y enhorabuena.
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