A finales de mayo, visitamos la localidad gaditana de Conil. El oscuro objeto de nuestro deseo era para variar, gastronómico, concretamente su plaza de abastos, y en ella conocer a Paco Vázquez, cocinero profesional, ahora con un puesto de frutas y verduras, y del que teníamos referencias como conocedor del campo.
Fue fácil encontrar a Paco Vázquez, por el rótulo de su negocio, y en él hicimos la compra de la semana. Paco es un hombre encantador, profesional y entendido, pues la verdura que vende es de su propio huerto. Me gustó su modo de despachar, con útiles comentarios sobre lo que nos iba pesando.
Pero el producto estrella eran las habichuelas pías, antigua verdura casi desaparecida del campo y cuyo cultivo se recuperó en Conil gracias a Paco. Estas habichuelas verdes son mucho más tiernas y suaves de sabor que las otras. (Bastan 10 minutos de cocción). Su temporada acaba a finales de mayo. Me llevé 2 kilos, que luego en casa congelé, despuntándoles previamente y cortándolas por la mitad. Paco nos aconsejó cocerlas en agua hirviendo congeladas.
En resumen, una visita verdulero-cultural. Creo que todos deberíamos volver la mirada al campo, a través de los hombres sabedores de su importancia. Ciertamente salimos de allí satisfechos por la buena compra realizada, la valiosa información recibida, y aparte por las maravillosas tapas de atún encebollado, tortillitas de camarones, papas aliñás, y la cervecita fresca junto a la playa. Nos gustó Conil, un pueblo precioso, y este blog es una excelente excusa para contaros cosas que aquel día nos hicieron disfrutar.
Fue fácil encontrar a Paco Vázquez, por el rótulo de su negocio, y en él hicimos la compra de la semana. Paco es un hombre encantador, profesional y entendido, pues la verdura que vende es de su propio huerto. Me gustó su modo de despachar, con útiles comentarios sobre lo que nos iba pesando.
Pero el producto estrella eran las habichuelas pías, antigua verdura casi desaparecida del campo y cuyo cultivo se recuperó en Conil gracias a Paco. Estas habichuelas verdes son mucho más tiernas y suaves de sabor que las otras. (Bastan 10 minutos de cocción). Su temporada acaba a finales de mayo. Me llevé 2 kilos, que luego en casa congelé, despuntándoles previamente y cortándolas por la mitad. Paco nos aconsejó cocerlas en agua hirviendo congeladas.
En resumen, una visita verdulero-cultural. Creo que todos deberíamos volver la mirada al campo, a través de los hombres sabedores de su importancia. Ciertamente salimos de allí satisfechos por la buena compra realizada, la valiosa información recibida, y aparte por las maravillosas tapas de atún encebollado, tortillitas de camarones, papas aliñás, y la cervecita fresca junto a la playa. Nos gustó Conil, un pueblo precioso, y este blog es una excelente excusa para contaros cosas que aquel día nos hicieron disfrutar.
1 comentario:
Y es que no hay nada como la fruta y verdura de huertecitos particulares. Una diferencia inmensa con lo que venden normalmente en nuestros comercios. Los tomates incluso saben a tomates.
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