Pero lo que no me esperaba era encontrarme a Manu metido en la cocina preparando cual profesional y concienzudamente la guarnición de la lubina para hacerla al horno, y al estilo más clásico: poniendo una cama de aceite de oliva, patatitas y aros de cebolla. Y sobre el pescado, rodajas de tomate equidistantes unos de otros. ¡Qué cosa!
Está claro que a Manu le gusta y sirve para la cocina, aunque no sea de meterse mucho en ella, que para eso está su madre. Ahí tenéis la chulísima lubina preparada por él. Además, se encargó también de diseccionarla y servirla.“¿Lo dirás en el blog no?” -Me preguntó mi hijo. Por ello, no tengo más remedio que rendirle un pequeño homenaje, porque además de cocinar y bien (cuando le da la gana, claro), es un gran catador de mis platos y de los que le pongan por delante, capaz de distinguir sabores, variedades y preparación de los alimentos. Sin olvidar que es el informático de comeencasa.org. Ayer domingo no tuve motivos para quejarme. Se trata de transmitir la cultura de la cocina familiar.
2 comentarios:
Está muy bien esto de valorar que llegues a un sitio y te espere una comida (y tan buena comida) hecha y hecha con ganas.
Este artículo tiene más importancia de la que parece y, salvo inevitables moralejas, deben valorarse algunos aspectos. Entre ellos, destaca que una generación casi virtual, de tipos preparados pero con aspecto distante, se venga a charlar con sus padres, les prepare una comida y les invite a su tiempo, afirmando, por fin, que estos tiempos no son tan raros como parecen.
Y todo empezando por un detalle: Comer, juntos, en casa.
Gracias por tu valoración.
Publicar un comentario