Dejo el salmón descongelado por la mañana para hacerlo esta noche, aunque no sé cómo. Expreso mi inquietud a mi peluquera, y ésta me propone una receta sencilla y más que aceptable. Tras el peinado, sigo el protocolo acostumbrado de pasar por la frutería que hay enfrente, donde el frutero me cuenta que le han cobrado indebidamente el IBI de una finca que no posee –un error informático de la Administración, como casi siempre-, y mientras tanto me despacha naranjas de zumo estupendas, peras de agua, plátanos, limones y unos pimientos rojos de los pequeños que son muy dulces.
La siguiente visita es a mi librería favorita, donde me tienen reservados un par de libros de cocina, para variar, más una novela ambientada en el Cádiz de 1812, para variar también. Entre libro y libro, no quiere que me vaya sin probar una especie de mazapán que ha traído de la comarca de La Axarquía, en Málaga, más espeso de lo habitual, pero muy rico. Y me regala otra receta para hacer ensalada de lechuga, muy original, ya la contaré.
Olvidé el carrito y vuelvo a casa andando con dos bolsas enormes de fruta y verdura, un desastre…pero llego con tres recetas en la memoria.
El pasado martes estuve en un curso de formación. Al terminar, en la despedida, se vuelve a hablar de cocina y me facilitan dos recetas muy originales. Ya están apuntadas para hacerlas a la primera oportunidad.
La cocina está de moda por todas partes. Es fácil encontrar proveedores de gastronomía.
La cocina está de moda por todas partes. Es fácil encontrar proveedores de gastronomía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario