lunes, 24 de mayo de 2010

Historias lejanas del castillo de San Sebastián

En el verano de 2003, en unas visitas guiadas y gratuitas al castillo de San Sebastián, en Cádiz, organizadas por el Ayuntamiento, pudimos conocer el recinto por dentro y algunos de sus encantos: el faro, el conjunto de casamatas –ya entonces en mal estado de conservación- el conjunto almenado, edificios de oficinas y una pequeña ermita de piedra ostionera que albergaba la Virgen del Buen Viaje, una imagen pequeña de alabastro, de origen italiano y cuya historia nos refirieron el grupo de animación que nos enseñó el castillo (por cierto geniales).
Para quien no lo conozca, aquí tenéis información sobre el castillo. Dicen que en la isla estuvo el templo de Kronos, una torre-atalaya musulmana y en el siglo XVI una ermita dedicada a San Sebastián, en honor al cual se celebraban romerías.
El caso es que –según nos refirió Animarte y he podido leer después-, allá por el siglo XV se refugió en el islote una nave veneciana con la tripulación enferma de peste. Ante lo contagioso de la enfermedad, los gaditanos, no permitieron su bajada a tierra, sin embargo, les facilitaban a diario y a las horas de bajamar, en mitad del camino, agua potable y alimentos, que ellos recogían de inmediato. El agua del mar al subir limpiaba el lugar cada día. De este modo, los venecianos lograron curarse, y antes de continuar su travesía y como agradecimiento, dejaron en la isla su mayor tesoro: la Virgen con el Niño de alabastro, Nuestra Sra. Del Buen Viaje, en una pequeña ermita que al parecer levantaron ellos mismos. Dice un artículo de internet que reconstruyeron la torre e incluso se labraron las armas de la ciudad de Venecia, en reconocimiento a la hospitalidad gaditana (en 1700 aún existía esta piedra).

A la pequeña estatua le faltan los pies del Niño, que al parecer cortó un marinero en venganza por no poder hacerse con la imagen, que tenía fama de proteger a los navegantes.

Desde el saqueo inglés al mando del Duque de Essex en 1596, Felipe II mandó construir allí un castillo, añadiéndose los servicios de faro en el siglo XVII. Las baterías de casamatas son de 1860.

Actualmente el castillo está en obras, para convertirse en el año 2012 en un gran espacio cultural para los actos del bicentenario.

El castillo es sin duda un espacio de gran valor histórico y sentimental para la ciudad de Cádiz. Siento no haber conseguido ninguna imagen del interior en aquella visita, pero aconsejo realizar el paseo por esa carretera, sobre todo con marea alta.

Aquí tenéis más información encontrada en internet Y también propongo leer al agustino Fray Gerónimo de la Concepción.

4 comentarios:

Candela dijo...

Excelente post, Charo. Y cuantas veces habre dado la vuelta por fuera cuando era niña (¿cuantas? una o dos, que yo era mu cagueta con mis chanclas), pero del puente si me he tirao en mas de una ocasion siendo ya no tan niña!!

Anónimo dijo...

Querida Charo: Una mezcla de sentimientos me han embargado al leer tu artículo, orgullo, tristeza y también curiosidad. Orgullo por saber que mi abuelo fue además de muchas otras cosas, farero del que es para mí uno de los lugares más emblemáticos de Cádiz; tristeza por no haberle podido conocer, ya que me imagino subiendo con él las escalinatas del faro y contándome los entresijos de su profesión y la curiosidad de enterarme de datos que desconocía, como el nombre de nuestro bisabuelo y su profesión. Enhorabuena por este “peazo” artículo que he leído como un enamorado cuando recibe carta de su amada. Dmomblona.

Charo Barrios dijo...

Me alegra que te haya gustado. Los faros siempre han estado unidos a nuestra familia. Y estas historias deben quedar para el recuerdo.
Un abrazo.

Carlo Zola dijo...

La virgen se encuentra actualmente en el despacho de la Alcadesa, según apunta este blog:
http://cadizilustrada.wordpress.com/