domingo, 23 de agosto de 2009

Cursos de Verano (II)

La teoría del curso “Menús sanos, económicos y divertidos en casa” de la Fundación IDEHS fue pasando revista a las funciones de las fuentes alimentarias y su contribución a las necesidades nutricionales del individuo. Habíamos visto en la entrega anterior el caso de los hidratos de carbono. Ahora tocan los lípidos o grasas.

Tienen una importante función energética a largo plazo los lípidos o grasas, y su aporte debería ser un 30-35% de la ingesta calórica total diaria. Se clasifican en Saturadas (grasas animales, embutidos, vísceras, mantequilla), aceite de coco y palma), Monoinsaturadas (aceite de oliva y frutos secos) y poliinsaturadas (Pescado azul, aceite de semillas y frutos secos). Los tres grupos aportan las mismas calorías, -por cierto más que los hidratos de carbono- aunque se debe dar preferencia a las dos últimas, siempre sin abusar.

Aquí surge inevitablemente la cuestión industria versus nutrición, en el caso de las grasas
hidrogenadas, ya que se les inyecta un proceso químico y las hacen saturadas, pasando de ser saludables a no saludables, buscando su estabilidad, como en el caso de la margarina. Sin embargo, en el aceite quedan muchas sustancias que no se llegan a refinar y por eso sigue siendo la mejor fuente de grasas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No habrás querido escribir margarina por mantequilla?. Creo que son las primeras las que llevan la diabólica "grasa trans".

Charo Barrios dijo...

Es cierto. Ha sido un lapsus.Corregido está. Muchísimas gracias.