martes, 1 de junio de 2010

Entrevista a un reloj de cocina

Aquí lo consideramos una pieza imprescindible de la cocina, casi un objeto de culto. No se comienza a guisar sin consultar la posición de sus agujas, calculando así el tiempo disponible, casi siempre ajustado para cocinar el menú diario. Mientras se guisa, se le mira de vez en cuando, y al finalizar, tras apagar el fuego, se comprueba nuevamente la hora, pues tras el deber cumplido, sabremos el tiempo disponible del día para otras cosas. El reloj de cocina es un gran profesional, como éste de la cocina de comeencasa.


¿Por qué aceptó este trabajo en lugar de presidir un aeropuerto o una estación de AVE? Muy sencillo, me encanta la cocina, me encanta ver cocinar, ver recetas distintas cada día, y de cocina sana, claro; y además aquí hay más paz que en ningún sitio. Me atraen sobre todo los olores, en comeencasa además son muy naturales. Y sobre todo, siempre están pendientes de mí, por eso estoy colocado en la pared central. Me siento importante, la verdad, ése es mi salario, ahora los consultores pijos le llaman salario emocional.

¿Es cierto que Vd no tiene horario? Ya sabrá Vd. que los convenios laborales de los relojes son especiales, yo por ejemplo funciono las 24 horas, como cualquiera de ellos. En la cocina soy el único trabajador, junto con la nevera, que tampoco para un momento la pobre. Y eso que soy un reloj convencional, que funciona a pilas, nada de digital. Bueno, a veces se me agotan las pilas….

¿Pero, con tantos avisadores electrónicos, para qué sirve un reloj de cocina? Fundamentalmente para controlar la duración de los guisos, pero desde una perspectiva global, es decir, contabilizar el tiempo total diario que se dedica a cocinar. Es cierto que cada electrodoméstico tiene su propia alarma, pero yo tengo información de todos ellos, y siempre digo la verdad. Tengo la virtud de unir vida y cocina ¿le parece poco?.

¿La gente que cocina se deja guiar por Vd.? Bueno, eso depende de muchos factores: costumbres, organización de cada uno, y sobre todo, tiempo disponible para dedicar a preparar la comida. Hay quien ni siquiera entra aquí. Al menos, marco la hora de los desayunos, sobre todo de los niños de la casa, que ya es algo…pero lo normal es ver la hora que tengo y procurar maximizar los resultados, por ejemplo, ir preparando los sofritos, ir pelando ajos, cebollas, etc., es un modo de ganar tiempo. Eso se llama organización.

Entonces, se siente imprescindible.. Aquí por supuesto, pero en otras cocinas solo sería una figura decorativa, un adorno de IKEA, a juego con la pared o los muebles, porque en realidad no tienen ni idea de hacer un guiso, un estofado….y yo, la verdad, no puedo con estas cosas, porque el tiempo de la cocina es oro, es nuestra mejor inversión en salud.

¿A más tiempo mejor sabor? En líneas generales creo que sí, los tiempos son los tiempos y hay que respetarlos. Un ejemplo de ello es el arroz, cuya preparación necesita que se cumplan escrupulosamente los tiempos de cada ingrediente por separado. Yo soy de la teoría del “fuego lento”, de las cazuelas de barro, y de la liga anti-ollas rápidas, qué le vamos a hacer…Pasa igual con el amor, también necesita su tiempo, su maduración. Y he comprobado que la gente mientras cocina piensa en el amor.

¿Le cantan eso de ….”reloj, no marques las horas….”? Pues, a veces sí, sobre todo cuando se tiene prisa y queda mucho por hacer, porque a lo mejor se tienen invitados en casa y yo sigo corriendo inevitablemente…. Y veo cómo el cocinero/a se pone algo nervioso porque se le viene la hora encima. Pero son cosas de la vida. También veo la cara de satisfacción cuando se termina de guisar, se prueba, se tapan los cacharros y se apaga la cocina. Ese momento nunca me lo pierdo…a partir de ahí me relajo, pongo el piloto automático, y hasta el día siguiente.



3 comentarios:

Candela dijo...

Eres la repera!!! Lo que me he reido!!! XDDDDD

TUBAL dijo...

¡Qué imaginación, jamía!
Solo le falta decir a tu reloj...con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8...jajaja

Gabriel dijo...

Antológica entrevista.
Supongo que irías con el tiempo justo.
Que duraría lo previsto.
Que se te pasaría el tiempo volando...
Una maravilla.
Besos.