Según mi amigo Pepe Monforte, había en Cádiz dos dobladillos famosos. Se entiende que son bocadillos de caballa o melva + mayonesa (Ybarra olé, olé) + pimiento morrón (pimientodel piquillo en versión pija). Este último se puede variar por tomate. Los famosos, que eran de melva con pimiento morrón y mayonesa y servidos con dos rodajas de pan de manolete eran el de La Punta de San Felipe, y el del Bar Terraza, en la plaza de la Catedral.
Ya después hay varianzas. A Pepe le gusta mucho uno de sardinillas de Barbate con un alioli y un poquito de tomate de Conil cortado en lonchitas finas. El pan que él utiliza es el de pulguita, pero no le va mal tampoco una chapatita de estas
pequeñas que venden en el Mercadona.
Esta receta de dobladillo gaditano va dedicado a Candela, que está en Irlanda, un poco lejos de Cádiz. La poesía se la encargué a mi hermano.
Sin azúcar ni canela,
no un postre: una tapa fría
me solicita Candela.
Ni de fondo del bolsillo,
ni pantalón descosido
aunque diga “Dobladillo”.
Se come en Cádiz, tranquilo,
poniendo tomate,
atún y mayonesa hasta el filo
entre panes, apretando
las manos por no pringar;
y hasta la espalda doblando.
Que en Cádiz, lo de doblar…
las esquinas, paseando
para buscar otro bar.
5 comentarios:
Ay que me he emocionao! Un poema al dobladillo! Madre ia, yola primera vez que lo comi fue en la Punta, debajo de ese "mini faro" como yo lo llamaba, o mirador, que no era mas que eso. Ay, graciasssssssssss
Aquí cada vez hay más arte.
Me acerco por aquí para decirte que me a encantado el comentario que has dejado en mi blog. Y que yo, pese a haber escrito Unicornio, también pienso así, es cierto lo que dices.
Gracias.
Que buena la poesía y que buenos los dobladillos.
Y que bonitas las esquinas de Cádiz, con sus cañones y esas aceritas estrechas de casco antiguo de verdad.
Que bonito es Cádiz cuando llega el carnaval.
Besitos
Soy sevillana de nacimiento pero gaditana de corazón porque uno no es de dónde nace sino de dónde se siente y yo me siento de Cádiz porque el arte, el color y la alegria de esta ciudad no tiene igual y su gente, la mejor. Un olé como la copa de un pino para ese poema.
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