Sobre la alimentación deportiva y concretamente en montaña hay mucho escrito, con diferentes puntos de vista. Alejandro del Moral, de la empresa dedicada a la aventura, Aires Creativos, nos explica su dieta en alguna de sus escaladas de montaña.
No hay ley fija en la elaboración de la dieta para cualquier actividad montañera. Dependerá de: a) la duración de la actividad (fin de semana, con bocadillos o gran travesía de 4-5días). b) dificultad técnica de la actividad (carga o peso a llevar, incluyendo cacharros y hornillo). Y c) dificultad física de la actividad, que exigirá más precauciones.
Existen dos tipos de comida durante una expedición a una alta cumbre: las consumidas en el campo base, con tiempo, descansando, que suelen ser más copiosas, mejor elaboradas y condimentadas, con suficiente menaje…deben ser comidas reparadoras. Y las que se hace durante la ascensión (que puede durar varios días) o la preparación de campos de altura intermedios. Estas son las que llamamos comidas de altura o de ataque.
Hay resaltar que la altura y el esfuerzo físico disminuyen el apetito. Por ello, la comida debe ser rica en hidratos y azúcares, y algo que nos guste mucho, evitando discusiones y malestar entre los montañeros. Esta comida se asimila rápidamente, por lo que se necesita mucha agua. El cuerpo no asimila los nutrientes hasta que se ha producido el vaciado gástrico, con lo que un bocata de tortilla –por ejemplo- tardará mucho en aportarnos energía, pero nos dará pesadez. Son necesarios, sobre todo para los almuerzos, comidas de rápida absorción, como barritas energéticas, azúcares naturales (dátiles, pan de higo, ciruelas deshidratadas….etc.) Luego cada montaña tiene sus propias peculiaridades.
Alejandro cuenta, que al alternar subida con recuperación en el campo base, podrían repetirse las comidas sin cansarse. Por supuesto, es preciso medir el peso, pues merma mucho el estado físico. Se necesita mucha agua para hidratarse, porque el mal de altura es muy fuerte en la montaña. Además, gran parte del gas se destinaba a derretir nieve.
No hay ley fija en la elaboración de la dieta para cualquier actividad montañera. Dependerá de: a) la duración de la actividad (fin de semana, con bocadillos o gran travesía de 4-5días). b) dificultad técnica de la actividad (carga o peso a llevar, incluyendo cacharros y hornillo). Y c) dificultad física de la actividad, que exigirá más precauciones.
Existen dos tipos de comida durante una expedición a una alta cumbre: las consumidas en el campo base, con tiempo, descansando, que suelen ser más copiosas, mejor elaboradas y condimentadas, con suficiente menaje…deben ser comidas reparadoras. Y las que se hace durante la ascensión (que puede durar varios días) o la preparación de campos de altura intermedios. Estas son las que llamamos comidas de altura o de ataque.
Hay resaltar que la altura y el esfuerzo físico disminuyen el apetito. Por ello, la comida debe ser rica en hidratos y azúcares, y algo que nos guste mucho, evitando discusiones y malestar entre los montañeros. Esta comida se asimila rápidamente, por lo que se necesita mucha agua. El cuerpo no asimila los nutrientes hasta que se ha producido el vaciado gástrico, con lo que un bocata de tortilla –por ejemplo- tardará mucho en aportarnos energía, pero nos dará pesadez. Son necesarios, sobre todo para los almuerzos, comidas de rápida absorción, como barritas energéticas, azúcares naturales (dátiles, pan de higo, ciruelas deshidratadas….etc.) Luego cada montaña tiene sus propias peculiaridades.
Alejandro cuenta, que al alternar subida con recuperación en el campo base, podrían repetirse las comidas sin cansarse. Por supuesto, es preciso medir el peso, pues merma mucho el estado físico. Se necesita mucha agua para hidratarse, porque el mal de altura es muy fuerte en la montaña. Además, gran parte del gas se destinaba a derretir nieve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario