Los preparativos en Cádiz para la conmemoración del bicentenario de la constitución de 1812 –entre ellos los de tipo gastronómico- son cada día más evidentes. Y como prueba, las Jornadas Gastronómicas, que han tenido lugar entre los días 10 al 13 de febrero, organizadas por la Escuela de Hostelería de Cádiz.
Con tal motivo, la Escuela ha ofrecido –solo en horario de almuerzos- dos menús degustación elaborados con productos gaditanos. Entre ellos, almondiguillas de bacalao, pepitoria de carnero y menudillos de ave, corvina con habas o torta de natillas, que son recetas de principios del siglo XIX, del Cádiz de las Cortes, de 1812. Los profesores de la Escuela se han ocupado del diseño de los menús, en colaboración con el investigador gaditano Manuel Ruiz Torres, especialista en la cocina del siglo XIX.
En Sevilla, un compañero mío, Ángel Medina, participa desde hace muchos años en la organización de actividades para la asociación de vecinos a la que pertenece. Impartió no hace mucho unos cursos de buenos modales, protocolo y relaciones sociales, que incluían varios aspectos: el vestir, la conversación, las nuevas tecnologías, higiene y sobre todo educación en la mesa, dedicado a niños y niñas.
Esto último me pareció una idea estupenda. Pues últimamente parece que los padres y madres están deseando que el niño aprenda los modales de la mesa en el comedor del colegio, y no debería ser así, sino llevarlo sabido de casa. Pero las comidas rápidas, la falta de regularidad en los horarios y de organización en las familias no ayudan a los niños a saber comportarse en la mesa.
El Club juvenil de la Fundación Cajasol de Huelva, tiene entre sus diversas actividades -aventuras, excursiones etc.-, una dedicada a la gastronomía. Se trata de un taller en el que los niños, a la vez que aprenden a cocinar también conocen los principios básicos de higiene, nutrición y colaboración (cómo se hace un menú equilibrado, la pirámide nutricional, la comida basura, las calorías, las vitaminas, la importancia de una alimentación sana, etc.). Los menús elaborados se los llevarán luego a casa para degustarlos con sus padres.
El Taller, que se llama “Hoy cocino yo”, preparó algo especial con motivo del Día de los Enamorados, un plato llamado “empanadillas risueñas de San Valentín”. Ahí queda eso….
En Sevilla, un compañero mío, Ángel Medina, participa desde hace muchos años en la organización de actividades para la asociación de vecinos a la que pertenece. Impartió no hace mucho unos cursos de buenos modales, protocolo y relaciones sociales, que incluían varios aspectos: el vestir, la conversación, las nuevas tecnologías, higiene y sobre todo educación en la mesa, dedicado a niños y niñas.
Esto último me pareció una idea estupenda. Pues últimamente parece que los padres y madres están deseando que el niño aprenda los modales de la mesa en el comedor del colegio, y no debería ser así, sino llevarlo sabido de casa. Pero las comidas rápidas, la falta de regularidad en los horarios y de organización en las familias no ayudan a los niños a saber comportarse en la mesa.
El Club juvenil de la Fundación Cajasol de Huelva, tiene entre sus diversas actividades -aventuras, excursiones etc.-, una dedicada a la gastronomía. Se trata de un taller en el que los niños, a la vez que aprenden a cocinar también conocen los principios básicos de higiene, nutrición y colaboración (cómo se hace un menú equilibrado, la pirámide nutricional, la comida basura, las calorías, las vitaminas, la importancia de una alimentación sana, etc.). Los menús elaborados se los llevarán luego a casa para degustarlos con sus padres.
El Taller, que se llama “Hoy cocino yo”, preparó algo especial con motivo del Día de los Enamorados, un plato llamado “empanadillas risueñas de San Valentín”. Ahí queda eso….
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