lunes, 15 de febrero de 2010

Croquetas en el Carrusel de Coros de Puerta Tierra

Eran de pollo y jarrete (carne de ternera del puchero), como viene ya siendo tradicional estos últimos años. Porque el carrusel de Coros de Puerta Tierra, que lleva celebrándose algunas ediciones, supone una pequeña organización gastronómica para nuestra familia. Esta fiesta, una más del programa de actos de Carnaval de Cádiz, está organizada por la Asociación de Comerciantes de Puerta Tierra, es decir, fuera del circuito oficial del Patronato de Fiestas del Ayuntamiento gaditano. No obstante, en las calles cercanas a la Segunda Aguada, se congregan con este carrusel de coros miles de personas. Son catorce coros los que han participado este sábado dia 13 en la fiesta, que por cierto respetó la lluvia.

Nuestras croquetas tenían un tamaño ideal, y se frieron media hora antes de salir de casa; de eso se encargó mi cuñada. En cuanto a los bocadillos, mi marido, que es muy detallista, preparó montaditos pequeños de todos los embutidos que teníamos en la nevera. Dos buenas fiambreras para llevar todo esto y un par de bolsos de colgar, y hacia el Carrusel….

Daba gusto ver las carrozas con tanto colorido en lo alto. Y daba gusto ver la alegría de los coristas sobre ellas, ya en la calle, menos encorsetados que en el escenario del Falla, a su aire, disfrutando, llevando en la mano el típico vasito de manzanilla, o el montadito de queso o jamón. Mientras, cientos de personas tomaban imágenes con cámaras más o menos sofisticadas o incluso con los móviles. Y aplausos a las letras de los tangos.

Bajó de su carroza José Luis, un miembro del coro "El Clan de los Mac Coca", con falda escocesa, para pedir una cerveza a nuestro lado, así que aproveché para preguntarle qué comían los coristas en días como éstos, en los que desfilan y cantan de pie durante casi ocho horas. Y la respuesta fue que en realidad no comen nada, es decir, nada caliente, solo bocadillos, cervezas y manzanilla. Y de ese modo se mantienen en lo alto de la carroza, durante los días que dura el Carnaval. Hay mucha gente en Cádiz que toma vacaciones en febrero, sobre todo los que participan directamente en las fiestas, cantando en las agrupaciones. Pero para eso te tiene que gustar mucho el carnaval.

Para nuestra familia ya es una cita tradicional el Carrusel de Coros de Puerta Tierra. Cada grupo lleva su avituallamiento y en los bares de la zona se compra la bebida, amén de alguna que otra ración de choquitos fritos o de tortillita de camarones, que nunca vienen mal. Además, por allí pasan viejos amigos, antiguos vecinos y hasta compañeros de trabajo. El caso es que la comida -sea propia o del bar- se comparte con quien tienes al lado, lo conozcas o no. Total, que aquello nos deja un buen sabor de boca. Este año la discusión ha sido sobre cuál debería ser el objeto de las críticas de las agrupaciones de carnaval, por ejemplo la dudosa o torpe gestión de los políticos, en lugar de los defectos físicos de personajes o personajillos. El Carnaval es siempre polémica, y eso es bueno. Y las croquetas volvieron a tener el éxito de siempre.

5 comentarios:

Comodoro dijo...

Las croquetas buenísimas, y la tortilla, los empanados, los chicharrones ... y sobre todo, el buen ambiente.
La manzanilla me quitó el frío que llevaba.
Lo peor: que con tanto "material" para entretenerme apenas escuché cantar a los coros.

Candela dijo...

Espero que no estuvieras cerca de donde cayo la famosa ventana!! Siempre me han dado panico esos cierros!!

Charo Barrios dijo...

Estaba algo lejos, aunque sí escuché los gritos de la gente cuando ocurrió. Fue un buen susto, con dos heridos que fueron directamente al Hospital.

Anónimo dijo...

Yo tambien hubiera ido al hospital, pero por una indigestión de croquetas. "Que pinta madre mía".Dmomblona

Para Leernos dijo...

Asumo la jornada. Y sobre la ventana, enviada al vacío para que no se estropeara, debo decir que es una muestra más de la generosidad gadita: Se tira la casa literalmente por la ventana.
Además, decir que las sucesivas oleadas familiares encargadas de la intendencia evitaron tanto el hambre como el atracón, dado el ritmo con que se aportaban los bocadillos a los huecos de los caídos, ventana aparte.