El martes 10 tuvo lugar en la sede de la Fundación IDEHS en Sevilla (Plaza de Molviedro) un seminario sobre los “trastornos del comportamiento alimentario TCA”. Organizado por el Instituto Tomás Pascual, contó con tres ponencias médicas, además de la exposición realizada por una joven antigua paciente, y ya curada de la enfermedad.
Ponencia del Doctor Ignacio Jaúregui: psiquiatra e investigador de la Hniversidad Pablo de Olavide. habló sobre “TCA: conceptos fundamentales antecedentes, etiología, epidemiología y complicaciones médicas. Se refirió el doctor Jaúregui al gran aumento actual de estos trastornos dentro del espectro de comportamiento alimentario. Se estima que actualmente hay un 15-20% de la población en riesgo, sobre todo adolescentes. Hacer demasiado ejercicio o beber mucho, llevan a tener síntomas aunque no son todos los trastornos alimentarios.
Son significativos los aspectos biológicos, (el 70% de los factores son genéticos) hay predisposición; también influyen la autoestima, el perfeccionismo, etc., pero son trastornos muy sociales y eso influye. (imagen, presión social, estética corporal, delgadez, factores socioculturales, sicosomáticos, etc.). Entre los síndromes clínicos ahora se habla más de la obesidad y antes de la anorexia y la bulimia, etc.
Hay en la historia ejemplos de personajes con trastornos alimentarios. Por ejemplo, en la Edad Media, Santa Catalina de Siena, con distintas motivaciones (mortificaba su cuerpo, realizaba ayunos, padecía desnutrición, consumía hierbas para vomitar, ausencia de regla. Al parecer su confesor contó todo. En la antigua Roma también se dan estos trastornos.
En cuanto a la incidencia de los TCA, hasta los años 80 están en aumento. Desde los 90, la incidencia y prevalencia es estable; actualmente siguen los trastornos atípicos o incompletos. Se da en el 90% de las mujeres y 10% de los hombres. La edad, de 12 a 25 años, y el 75% antes de los 25 años, con lo que estos jóvenes arruinan su adolescencia. El nivel socioeconómico influye en la tendencia a la homogeneización (presión por alcanzar el éxito). Y se da una incidencia transcultural por la inmigración.
En cuanto a la epidemiología, la bulimia es la más frecuente entre las mujeres jóvenes. Pero las investigaciones dan un “pico” entre los adolescentes de 12 años, superando a las mujeres. De hecho el 23% de los chavales de 12-18 años puntuaban en situación de riesgo. Estudios posteriores confirman el descenso de riesgo en niñas y el aumento en chicos.
Los factores predisponentes –entre otros- son 1) las dietas (imprescindible para el trastorno, saltarse comidas…) y 2) tendencia al perfeccionismo, que es el peor. Estos factores determinantes precipitan el momento de la enfermedad (comentarios sobre el cuerpo, cambios psicológicos, aumento de la actividad física, contactos sexuales, adelgazamiento, dietas en grupo, separaciones o pérdidas…. Hay amenaza de pérdida de autocontrol y/o amenaza de pérdida de autovalía, con refuerzo social. Volviendo a los factores biológicos, está claro que se hereda la vulnerabilidad: modulación neuroquímica del comportamiento alimentario, por ejemplo en los niveles de serotonina.
Tras la liberación de los campos de concentración en la Alemania nazi, se comprobó que aunque los presos estaban esqueléticos seguían trabajando, pero que tenían muchas manías (experimento de Minnesota años 50). Años después, se pidieron voluntarios para hacerles pasar hambre, que adelgazaron, perdieron la regla y tuvieron cambios de carácter. En el aspecto sicológico se produce una insatisfacción con el cuerpo y los temores fóbicos irracionales: peso, comida…
En general no hay modelos familiares que influyan para determinar los TCA (ricos, pobres, cultos o ignorantes…). Pero SÍ hay un modelo que podría influir: LAS FAMILIAS CON GRAN CULTO A LA IMAGEN, que luego los hijos imitan.
Síntomas de los TCA: cansancio, debilidad muscular, digestiones lentas, estreñimiento, mareos, frío, amenorrea y pérdida de peso, disminución de la grasa, piel seca, se cae el pelo y se rompen la uñas. También aparece el lanugo (vello), taquicardia, tinte amarillo en la palma de la mano.
Y en cuanto a las complicaciones: osteoporosis, trastornos en corazón, digestivo, etc, esofagitis, neurológicas, daños corteza cerebral, anemias, retrasos crecimiento, sintomatología depresiva, etc., sensación de frío, pérdida de sensibilidad en la piel, etc.
Y en cuanto a las complicaciones: osteoporosis, trastornos en corazón, digestivo, etc, esofagitis, neurológicas, daños corteza cerebral, anemias, retrasos crecimiento, sintomatología depresiva, etc., sensación de frío, pérdida de sensibilidad en la piel, etc.
Cuando en mujeres mayores (postmenopáusicas) se dan TCA es que éstas empezaron con 15 años, pero también puede darse antes o después de la menopausia y sobre todo si aparecen otros conflictos (el problema de envejecer). En caso de anorexia y diabetes, éstos pacientes son mucho mejores, pues están más entrenados, y tienen mejor pronóstico.
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