miércoles, 12 de noviembre de 2008

Dos veleros en Cádiz

Lo siento. No todo el mundo puede tener un puerto metido en la mismísima ciudad, o una ciudad mirando al puerto. Ese lugar era mi favorito para pasear de pequeña, cogida de la mano de mi padre. El pasado fin de semana, no uno sino dos bellos veleros, buques escuela, nos visitaron.

El primero, el Gorch Fock, buque escuela de la marina alemana, es ya conocido del muelle gaditano, pues participó en la regata celebrada con motivo del 50 aniversario de la ISTA celebrada en el 2.000. Fue todo un acontecimiento tenerlo en Cádiz. Junto a otros grandes veleros, como el bellísimo Amerigo Vespucio (italiano) y el Juan Sebastián Elcano (el nuestro), se encontraban atracados en el muelle ciudad. Solo diré que en la salida de Cádiz, el Gorch Fock dio ejemplo de disciplina, coordinación y perfección, al realizar las maniobras de desplegar las velas con una total sincronización por parte de los miembros de la marinería, cosa que no todos pudieron cumplir. En fin, la puntualidad alemana, ya se sabe.

A bordo del Gorch Fock llegaron a Cádiz 85 experimentados cadetes, que serán sustituidos por otros tantos para, tras un curso teórico acelerado, zarpar nuevamente del puerto gaditano, con el propósito de adquirir conocimientos náuticos durante la travesía. La salida está prevista para el próximo 19 de noviembre. Con una tripulación de 200 personas, con algo más de un 30% de mujeres, tiene previsto atracar en Canarias el próximo año.

El Christian Radich, segundo velero atracado en nuestro muelle, es otro buque escuela, de bandera noruega y de clase A. Se construyó en 1937, realizando su primer viaje en 1938. Su escala en Cádiz responde a una parada oficial dentro de su ciclo de viajes. De 62 metros de eslora, tiene una altura sobre la línea de flotación de 33,62 metros.

Con motivo de la visita de los dos buques escuela, vimos algún que otro alemán paseando por Cádiz. Y como curiosidad, comentar que, este fin de semana, hubo crisis de vasos, de mesas y de camareros en los bares y restaurantes de alrededor del puerto. Y eso sí es una buena noticia para la ciudad. Nosotros encontramos, de casualidad, mesa para comer en Casa Castillo (calle Zorrilla), a base de raciones, y aquí va el maravilloso plato de judiones preparados por Mercedes, que no tiene desperdicio, y que ciertamente se apetecía con el ponientito que soplaba al mediodía.

3 comentarios:

Elphaba dijo...

El Gorch Fock también estuvo en la regata del año 92, la más espectacular.
No se me olvida su salida del 2000, porque yo estaba en primera fila, y fue la mejor con diferencia ese año. Una preciosidad. Creo que por aquí también anda la camiseta que vendían y una foto tomada dentro.

Anónimo dijo...

Es cierto. Pero por una serie de circunstancias no pude ver esa regata, que fue efectivamente la mejor. Bueno, al menos disfruté las otras dos.

Anónimo dijo...

¡ .. y cómo llovía ese Domingo 7 de Mayo del 2000...!
Pero luego salió el sol y los Reyes despidieron al Elcano.

:-))