No paran prensa y televisión de hablar del libro y declaraciones de un tal Santi Santamaría (autor de La cocina al desnudo), en el que arremete contra los gurús de la nueva cocina creativa, pero no solo por sus tonterías mediáticas (que las tienen), sino acusándolos de utilizar en sus platos una serie de aditivos y pijadas supuestamente poco saludables, e incluso tóxicos.
Y en esto, la prensa catalana contraataca, publicando una de las recetas incluidas en el libro de Santamaría, que presume de mu sana, en la que también utiliza uno de esos ingredientes extraños. Total, que este señor ha perdido también credibilidad como cocinero.
Yo desde luego no me fío de ninguno de los dos grupos de cocinillas. Los “creativos” por excesivo exhibicionismo y los “supuestamente mediterráneos” por creerse los abanderados de la cocina sana, poseedores de la verdad absoluta, cuando todos ellos van a la suyo, además de desprestigiar la cocina profesionalizada, de la que viven muchas personas, haciéndonos desconfiar de todas ellas.
El mérito es la constancia en alimentar, a veces sin un “qué rico” a cambio, y lo otro es buscar la gloria de un día. Nos invade la cocina superficial, y no solo la rápida, barata y basura, sino también de listas de espera para una mesa y 140 euros el cubierto-espectáculo.
Y después de este rollo que he soltao, no voy a tirar la primera piedra, porque aquí dónde me veis, después de tanto hablar de la comida sana y en casa, tampoco estoy libre de culpa: os confieso avergonzada que utilizo la mayonesa de bote. Y os lo cuento antes de que alguno se entere y lo publique en la prensa catalana. Nadie es perfecto.
Y aquí tenéis la opinión publicada en Diario de Cádiz, sección “La Azotea”, sobre el caso Santamaría:
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