martes, 19 de agosto de 2008

Las uvas de mi ira

Yo sigo con mis nostalgias gastronómicas; recuerdo que llegado el verano mi madre compraba uvas frecuentemente, siendo una de nuestras frutas favoritas. Y a nuestra mesa llegaban en dos variedades: palomina y moscatel. La primera era redondita, transparente, tenía un sabor suave y procedía de Chiclana. La segunda, supongo que vendría de la comarca de Jerez y era más verdosa, alargada, de mayor tamaño y más brillante, y estaba riquísima.

Pasó el tiempo, y lógicamente han ido desapareciendo algunas variedades de frutas y otras menos conocidas han arribado a los mercados, ampliando la oferta frutícola. Pero el consumidor normalmente tiene o debería tener su propio archivo de sabores en la memoria, e inevitablemente compara lo nuevo con lo ya conocido. Eso me pasa a mí con la que llaman uva moscatel y que procede de Almería, que cuando la probé me llevé el gran berrinche (por no decir algo más ordinario), teniendo la sensación de que me estaban tomando el pelo.

No pretendo censurar a priori un producto originario del poniente español, ejemplo de actividad económica creadora de riqueza en la zona, pero sí creo que no deberían calificarse los productos con adjetivos ya conocidos y que llevan a la confusión y al olvido de las auténticas variedades existentes en el pasado y que fueron todo un referente en determinadas zonas del país.

Tal vez ya no sea rentable cultivar la uva para la variedad moscatel en la provincia gaditana por ejemplo, pero esta reflexión la hago extensiva a muchos otros productos, que de calidad más o menos dudosa, se anuncian como excelentes. Desde luego el consumidor necesitaría una mayor información, porque vamos perdiendo cosas buenas y nadie se ocupa de contarlo.

2 comentarios:

Candela dijo...

La moscatel me encanta, muy dulca. Nosotros nos traiamos en verano uvas de Galicia, porque por aquel entonces mi abuelo vivia y aun tenia muchos viñedos. Ahora mis padres las siguen trayendo cuando van, porque las tierras las tiene ahora un primo de mi padre y siguen haciendo un vinioto excelente!

Anónimo dijo...

Que suerte!. Lo mío con lo de las uvas es puro cabreo; no soporte las uvas que me venden en los centros comerciales...