miércoles, 20 de octubre de 2010

El Convento Madre de Dios en Sevilla

En la sevillana calle San José, en el barrio de Santa Cruz, se encuentra el Convento Madre de Dios, habitado por monjas dominicas de clausura. El convento tuvo su primera sede en 1475, junto a la vieja puerta de Triana, pero una gran riada lo dejó en muy mal estado, trasladándose a una vivienda confiscada a un judío converso, junto a la iglesia de San Nicolás, y que le fue otorgada por la reina Isabel La Católica, donde está actualmente.

El convento de Madre de Dios es de planta rectangular, también llamada “de cajón”, cubierta con un bellísimo artesonado, y que fue costeado por Isabel Ruiz de Esquivel, dama noble de Sevilla, viuda y sin hijos. En este monasterio están enterrados diversos personajes y nobles de la época, como Doña Juana de Zúniga y Doña Catalina Cortés, viuda e hija de Hernán Cortes, en tumbas con estatuas yacentes situadas a ambos lados del presbiterio, cuyas obras sufragaron.

El presbiterio contiene el monumental retablo mayor, obra de Francisco de Barahona (1684), que sustituyó al de Jerónimo Hernández (1573). De éste se conserva la Virgen del Rosario (en la hornacina principal), el relieve de La Última Cena y el Cristo Crucificado con la Virgen y San Juan, en el ático. El techo es mudéjar, de 5 paños (dibujo estrella, lo típico), y en el presbiterio, con motivos de piñas. De arriba abajo, se sitúan imágenes como El Bautismo de Santa Rosa, Sto Tomás de Aquino, S. Pedro (de F.Baraona). En el centro, Sto Domingo de Guzmán, la Virgen del Rosario, San José y Santa Ana; y a la derecha, San Francisco de Asís (anterior), Santa Margarita, San Francisco Ferrer y San Andrés (cruz en aspa). Tiene también ángeles barrocos lampareros a ambos lados del presbiterio.

Hasta el siglo XIX, salía en procesión un “Corpus” el primer domingo de julio, junto a dos o tres pasos. En 1835, con la desamortización de Mendizábal, las monjas son exclaustradas. En el Siglo XV, las religiosas procedían de la alta sociedad, ingresando allí con su servicio doméstico y con su dote; a veces, era un modo de escapar de un matrimonio no deseado y acordado por su familia. Las hijas casadas heredaban una dote mayor que las consagradas a la vida monástica. Pero aún así, los conventos se enriquecen. Del siglo XVI al XVII, las mujeres que ingresan pertenecen a la clase media o burguesa. Por ejemplo, la hija del pintor Murillo, que llevaba con ella a su esclava y una generosa dote. No obstante, el pintor Valdés Leal –cuya hija también ingresó monja en el convento- prefirió pagar la dote en especie, aportando una obra suya. Aquí también están enterradas tres bisnietas de Colón.

El suelo de la capilla es original, de barro cocido. Las rejas que separan presbiterio y las cuatro capillitas, son todas originales del XVI. En ellas reposan bajo tierra diversas tumbas, y rodean sus altares diversas pinturas policromadas relativas a escenas de la vida de San Juan Bautista, San Juan Evangelista y a los misterios del Rosario. En una de las capillas, se sitúa la Virgen del Rosario, del siglo XVII.

Como curiosidad, la tumba situada en el centro de la capilla, y cuya losa es de relieve, algo inusual en España, y que se conserva bastante bien a pesar del tiempo transcurrido. Pertenece a D. Diego Venegas, primer oidor de la Casa de Contratación.

Actualmente el convento Madre de Dios está habitado por una docena de religiosas, que viven de la elaboración de dulces. La mitad de ellas proceden de Kenia, y cantan en su idioma y tocan instrumentos africanos en misas y celebraciones, todo ello con gran belleza y acierto. En cierta ocasión, tuvimos la suerte de presenciar la profesión de una novicia, ya convertida en monja, a cuyo acto asistieron otras monjas keniatas procedentes de otros tantos conventos sevillanos. Recuerdo que sobre su hábito, las africanas llevaban superpuestos unos pareos multicolores, y así, fueron cantando y escenificando una especie de suave danza tribal desde la zona del público hacia el altar, en actitud de adoración. Aquello fue inolvidable. Hoy la comunidad pasa por serios problemas económicos, al carecer de recursos para mantener el edificio, declarado Bien de Interés Histórico Artístico desde 1971.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me interesaría saber quienes fueron los escultores autores de las esculturas de Doña Juana viuda de Cortés y su hija Catalina y en que época o año fueron terminadas y colocadas. Mucho agradeceré su amable respuesta.
Heberto González de Matos
e-mail: glezdematosheberto@gmail.com.mx