Siempre he presumido de las cosas de Cádiz. De hecho, he constatado cuanta gente se siente atraída por este rincón, sobre todo en Sevilla, a la que siempre atribuimos rivalidad e incompatibilidad. Total, que disfruto contando cosas que leo en la prensa gaditana, o que conozco por referencias orales o bibliográficas, porque aquí hay mucho que contar y de qué presumir.
Estamos ya inmersos en los preparativos –más bien que mal- de los actos para conmemorar el bicentenario de la Constitución de 1812, y diferentes historiadores y periodistas están publicando artículos sobre los acontecimientos de aquella fecha difícil aunque memorable para nuestra ciudad. Animo a todos a que sigáis estas crónicas, que nos harán conocer mucho mejor nuestro pasado.
Mi familia materna, Fedriani, venida de Génova en el siglo XVIII a Cádiz, y dedicada al comercio, tiene ya su árbol genealógico, elaborado gracias a la dedicación y constancia de un primo mío ya jubilado, que ha ido recopilando datos en los archivos parroquiales gaditanos. De hecho, conozco incluso a qué se dedicaban algunos de nuestros antepasados en los gloriosos años 1810-1812. Creo que esto sirve para explicarnos muchas cosas de nuestro presente.
Pero bueno, hoy quería referirme a un interesante artículo publicado por el escritor, historiador y gastrónomo Manuel Ruiz Torres, al que me alegro de haber conocido durante la Feria Creactiva-08, en torno a lo que era realmente la gastronomía y la propia vida cotidiana de los años constitucionales en Cádiz. Su interesantísimo informe ilustra sobre las vicisitudes económicas y sociales de una ciudad saturada de población, viviendo en primera línea los acontecimientos políticos y con la presión constante del asedio francés. El artículo está colgado de la excelente web del Grupo Gastronómico Gaditano, que es toda una referencia de historia, conocimientos y prácticas gastronómicas autóctonas. De ella también presumo constantemente.
Y para culminar esta propuesta de aventura, aquí tenéis a la Agrupación de Batallón de Voluntarios Distinguidos de Cádiz, una recreación de lo que fue este batallón de efectivos como fuerza militar constituida por ciudadanos en 1810, para defender la plaza de Cádiz contra el invasor Bonaparte. Están uniformados fielmente según la época, donde cada miembro voluntario llevaba un color acorde con la clase social de su procedencia. La Agrupación se ha fundado para dar solemnidad protocolaria a los actos relacionados con el Bicentenario, entre los que figurarán visitas de Jefes de Estado iberoamericanos.
Efectivamente, hay mucho que hablar de Cádiz. Y me alegro de que se publiquen noticias sobre esta época convulsa pero memorable de nuestra ciudad, no tan lejana en el tiempo.
2 comentarios:
Genial, Charo. El batallon esta curioso... Espero poder estar por Cadiz para algun acto del bicentenario... a lo me jor me tomo el año sabatico, jajajaj, que no me gusta perderme estas cosas... ay, mi Cai!!
Bueno, su próximo desfile está previsto para el 19 de marzo, conmemoración de la Constitución, que además en Cádiz se celebra el Día de la Provincia.
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