martes, 9 de diciembre de 2008

Berza en La Viña, gastronomía sin fronteras

El compositor Germán Álvarez-Beigbeder (Jerez 1881-1968), puso música al villancico "Del que llevó al Niño las cosas que más quería”, sugiriendo: un caballo cartujano, un vino generoso, una bulería o la mejor fritura de la costa gaditana…. todo de la provincia. Ésa es mi Cádiz, que en gastronomía, unida, jamás será vencida…. Y es que mezclando pescados y aliños de la bahía, conservas del Campo de Gibraltar y quesos y cuchareos de La Janda, tendremos un conjunto gastronómico-artístico de primera división.

Y fiel reflejo es la cocina de Casa Tino, establecimiento de la calle Rosa, en pleno barrio de La Viña, donde preparan de vez en cuando una olla de berza de lo más provinciano (en el más selecto sentido de la palabra). Así que por la confianza que tenemos en la Casa, reservamos mesa con derecho a berza colectiva. El experimento salió a hombros. Creo que es de las mejores que he comido en mi vida. Además, con la espera de un local a rebosar, unas almejas espectaculares y unas papas aliñás con langostinos, dignas de la mejor gastronomía en la Champion, junto con los postres.

Casa Tino, con sus rincones cofrade, rociero, taurino, carnavalero, de prensa y de la gente del barrio, es un claro ejemplo de lo que cabe en Cádiz, e invita a que vayan cayendo todos nuestros muros de prejuicios culturales. A mí en la cocina me está empezando a pasar lo mismo: en breve voy a gestionar el cerdo ibérico, antes vetado en el fogón familiar materno-gaditano, sin aparente explicación, ya lo sé. Pero ya lo contaré más adelante.

Exposiciones en Santa Catalina, con fotos de recién casados incluida, observación del no-quiosco-adefesio en La Caleta, visita a Casa Manteca, mucha gente paseando por La Viña, y oportuno aparcamiento en Valcárcel, hacen de esta visita un clásico. Y se demuestra, una vez más, que los buenos siempre permanecen, porque son los que discurren, trabajan, se arriesgan y apuestan por lo difícil, asumiendo retos en sus negocios, que al final son apreciados y valorados.

Una berza en La Viña habría sido algo impensable hace unos años, como ser a la vez del Cádiz y del Jerez. Y es que la cocina fomenta diversificar los estilos y amplía los horizontes, los pensamientos, las opiniones y hasta las tendencias políticas, porque en la mesa todos nos entendemos mucho mejor. Berza o caballas, qué más da, es cuestión de temporada en la provincia gaditana, que tiene para todo y que para eso es la nuestra, la mejor. Así lo entendió Álvarez-Beigbeder, que era de Jerez.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La berza, uno de mis platos favoritos en un lugar como la Viña uno de mis rincones preferidos. Sin duda una invitación de lo más sugestiva para empapar el cuerpo y el alma de esencia gaditana.
Dmomblona.

Dolo dijo...

Pues haces bien, que caiga esa prohibición del cerdo ibérico, porque es "lo mejó" que hay.
Sobre todo es de la sierra de Huelva...

Dolo dijo...

Perdón, quería decir: sobre todo, el de la sierra de Huelva. Me he equivocado en una letra que cambia el sentido de la frase.
Besos,y a seguir deleitando al paladar!!

zer0gluten dijo...

Bueno, bueno. La berza uno de mis platos de cuchara predilectos. Las hay de dos tipos y las dos me gustan, la de judias verdes y calabaza y la de targarninas y cardillos. Mi abuela esta última la bordaba.
Por cierto, aquí hay una calle con el nombre del susodicho jerezano.
Besitos sin gluten.

Candela dijo...

Que buena pinta tiene ese postre! Y las berzas que a mi no me gustan, pero el resto de lo que hay en el plato me lo comeria de mil amores pero ya!