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viernes, 3 de septiembre de 2010

Atún en el puesto de Coucheiro

En el mercado de abastos de Cádiz, en agosto, aún ha seguido entrando el atún de almadraba, el rojo, el mejor. Me atendió –como siempre-  Fernando Coucheiro, un puesto de esquina. Al estar yo sola en ese momento, aprovecho para preguntarle por el pasado y la situación actual de la pesca en nuestras almadrabas, porque es algo que me interesa, que me atrae, que valoro, y porque siento adoración por su larga historia, su implicación en nuestra cultura costera, su influencia positiva en el medio ambiente, el mantenimiento de puestos de trabajo y las pasiones que conserva.…

Pero también Fernando me contó su historia, la de su padre, hoy fallecido. Llega de Galicia aún pequeño, trabaja en tiendas como tantos otros niños-hombres, de chicuco, y a los doce años ya es encargado del establecimiento. Pero tiene sueños, proyectos, y se hace armador, compra barcos de pesca, -de madera entonces- y se hace importador de pescado y marisco, y monta nave en Cádiz como almacén. Todo un maestro de la industria del mar. Vibra con la pesca y crea una plantilla estable, la de Hermanos Coucheiro.

Pero los años, la salud, quiebran lo emprendido y a veces los otros no dan el cariño que las cosas requieren, y por eso vienen los fracasos, y las deudas, y la ruina. Pero, incluso con las dolencias, él se levanta, y da la cara, y mientras llora, decide y planifica cómo salir de eso, y liquida, paga y cumple. Y hoy, solo su hijo menor Fernando vive junto al atún, como minorista del Mercado Central de Abastos de Cádiz, el llamado Mercado de la Libertad.

Me tira el mercado, me atraen sus buenas mercancías, las conversaciones con los tenderos y más aún las historias con peso, con años de trabajo, de esfuerzo, de honradez y de cariño, que al fin y al cabo es lo que hace levantar las cosas, a pesar de que entonces nadie presumía de la lucha que llevaba por delante.

El atún que está sobre el mostrador de Fernando no es solo un cacho de pescado –fresco o congelado-, es algo más, por eso sus manos lo acarician, lo miman y lo ofrecen al cliente sabiendo que tiene una joya entre los dedos.

Atún, barcos, naves, levantás en almadrabas y en el destino de los hombres, que mueren con la tarea hecha, como el túnido, que en su plenitud puede ser capturado en las redes que le llevarán a otra vida, ya eterna. Y hombres que dejan su curriculum impecable para que la historia milenaria del atún continúe sin mancha.

Gracias, Fernando.

Ganó la Tapacai del Lumen

Finalizó la novena edición de la Ruta del Tapeo en Cádiz. El Restaurante Lumen (Parque de Varela, antiguos Cuarteles), se llevó el premio a la mejor Tapacai, bajo el nombre de “Ostiones gratinados con mahonesa de apio y frutos secos”.

Para quien no lo sepa, la Tapacai, según las bases de la Ruta del Tapeo gaditano, es la tapa más gaditana y puede ser la más original, la mejor tapa caliente y la mejor fría. Esta tapa va con una bebida (Tierra Blanca seco o semi dulce o Viña Lucía Tinto. También se puede ofrecer una bebida sin alcohol) al precio de 2,50 euros (IVA incluido).


Tuve ocasión de probar estos Ostiones gratinados, realmente exquisitos. Su elaboración es todo un arte y un riesgo, por lo delicado de la materia prima, resuelto con sobresaliente. Pero es que además, por si no se dice, el ostión es uno de los productos más gaditanos y tradicionales de nuestra costa. Aún recuerdo haberlo mariscado de pequeña, en la bajamar de la playa, con la ayuda de una pequeña navaja, y luego tomarlo crudo, regado con el zumo de limón. Hoy esto es imposible, pues la seguridad alimentaria no lo permitiría por la contaminación de nuestras aguas, y por ello hay que acudir a la acuicultura.

Desde aquí mi enhorabuena a Lumen, por el acierto en la elección. Está claro que su cocinero ha despuntado sobre los demás.

lunes, 2 de agosto de 2010

Salpesca, profeta en su mar

La empresa existe desde los años 40 en Barbate (Cádiz), alcanzando ya su tercera generación. Fundada como Salpesca desde 1983 y con nuevas instalaciones, vende bajo la marca “La Chanca”. Estuvieron en los terrenos del antiguo Consorcio Nacional Almadrabero hasta 1988; poseen actualmente 4.000 metros cuadrados con la tecnología más actual, y sin abandonar la elaboración artesanal, como desde hace 3.000. Su gerente, José Luis Gómez, habló de su empresa y de sus productos en el Taller de Gastronomía Gaditana, impartido por la UCA a principios de julio.

En Salpesca se trabaja el atún, que llega entero, mediante las clásicas tareas de ronqueo: cortar primero la cabeza del túnido, y luego las zonas pegadas a la espina, las menos grasas. Hoy tiene una nueva línea de conservas con platos preparados. Producen la salazón (antes varias horas en sal, lavar, y al secadero) pero esto lo prohíbe hoy Sanidad. Al variar la temperatura ambiente, se utilizan secaderos, con el tiempo necesario, sin acelerar el proceso.
Se produce mojama, hueva de atún, hueva de atún de almadraba, melva, bonito y sardina arenque. También semiconservas, con sal y azúcar. En salmuera con un tiempo, maceración en vinagre: banderillas de atún, atún de íjar, palometa , paté de mojama, sarda, y otros como anchoa, bacalao, etc..Elaboran conservas en aceite de oliva, huevas de atún de almadraba, atún de almadraba, ventresca de atún, y por último el atún en manteca. Se buscan siempre los productos capturados en la misma costa para que sean lo más frescos posibles.

En 2003 se abre una línea que empezó activa en 2009, con cocina, puesto en bandeja, con una caducidad de un año. Hay ocho platos distintos en el mercado: solomillo de atún al pan frito, lomos de atún en tomate, lomos de atún a las finas hierbas, etc., en frío y en caliente, aprovechando siempre las diferentes partes del atún. Y lo último, el lomo de atún con pimientos.

Se produce: salsa más atún, como en casa, y al autoclave, para eliminar posibles bacterias (p.e. daditos de atún al ajilo). Muy indicado para personas que viven solas, parejas que ambos trabajan, etc., con menor tiempo para cocinar. En breve saldrá el llamado almuerzo marinero, con atún de almadraba. El resto, con yellow fish.

Las salazones vienen con mojama de atún rojo y normal, huevas de atún y de maruca (Norte de Europa). De Marruecos se trae el bonito, la sardina arenque, el pez volador, el marrajo, etc. El boquerón, llega al puerto de Cádiz, la melva de La Línea o de Marruecos.

Aunque no estoy segura, los productos marca La Chanca -de alta calidad, me consta- solo los encuentro en La Alacena. Por cierto, Salpesca acaba de lanzar dos nuevos productos: atún en salsa de setas y atún a las finas herbas. Espero probarlos esta misma semana y ya lo contaré.

jueves, 1 de julio de 2010

Altacazuela te da de comer en casa

Conocí hace cosa de un año el famoso bar Casa Juanito, de Jerez de la Frontera. Sus famosas alcachofas, una tapa con más de 60 años de vida, logró el premio nacional de tapas en la década de los noventa. Ahora, estas mismas alcachofas, se pueden degustar en casa, gracias al proyecto iniciado por esta empresa jerezana.



Para ello, Juan Rodriguez, hijo del fundador del señero establecimiento fundado en 1943, ha construido una planta de elaboración de platos tradicionales de la cocina andaluza en el Parque Tecnológico Agroalimentario de Jerez, que ha supuesto una inversión de un millón y medio de euros. Está prevista la creación de entre 15-20 puestos de trabajo. La planta está ya casi a pleno rendimiento.
La comercialización se realiza bajo la marca ALTACAZUELA (www.altacazuela.com) que precisamente resume la idea de la empresa de poner a disposición del consumidor platos tradicionales de la cocina andaluza, guisados como en casa y con productos naturales, y además con un riguroso control de calidad.



Ya están comercializándose las alcachofas guisadas y al natural, la berza jerezana, la carrillada de ternera en salsa, la cola de toro, las albóndigas de atún, el pisto de verduras o las patatas con chocos. Pueden adquirirse los productos de ALTACAZUELA en hipermercados como Carrefour, Hipercor y nuestra tienda especializada favorita (www.laalacena.net).



El producto conseguido tiene una gran calidad. Las cazuelas comercializadas son el equivalente a dos raciones. Concretamente hemos probado en casa las albóndigas al oloroso y están exquisitas. Los platos tienen una caducidad de dos meses a una temperatura de 4-5º C.



ALTACAZUELA es sin duda una apuesta seria para platos preparados, de gran calidad, variedad y de excelente elaboración, basado en técnicas artesanas y conservación gracias a técnicas innovadoras. Es la opción ideal para llevar a casa y consumir con toda tranquilidad, disfrutando al máximo de su sabor. Además, supone una vía para difundir la buena gastronomía tradicional jerezana, que no es poca.



Solo me queda felicitar al valiente emprendedor Juan Rodríguez por el lanzamiento de la marca Altacazuela, que poco a poco irá haciéndose un hueco en el mercado de la buena gastronomía.



(Aún me queda probar las albóndigas de atún, que según comentarios están exquisitas).



domingo, 8 de noviembre de 2009

Canapés: relaciones públicas de la gastronomía.

Gastronomía que se presenta en sociedad en su formato minimalista, acompañando y fomentando las primeras frases entre quienes acaban de conocerse. Tras un acto oficial o un evento cultural, el servicio de catering con bebida y bocaditos añade cierto interés al momento.

Acabó la presentación del libro, quedó inaugurada la exposición de pinturas, llegó el descanso en la celebración del congreso, o tal vez fue el comienzo del banquete de boda, cuando empiezan a aparecer camareros y camareras uniformados con bandejas llenas de cervezas, vinos y coca-colas, justo en el momento en que empezamos a saludarnos. Entonces arrancan las conversaciones mirándonos a los ojos, que no es lo mismo.


Las empresas de catering prestan un gran servicio, ya sean en desayunos, almuerzos o cenas, todas ellas con la gente de pie, facilitando las conversaciones por las ideologías. Lo cierto es que traen alegría al ambiente, animación y ganas de alargar la velada, a pesar de que a veces los zapatos de tacón nos estén matando, y son cada día más creativas en sus presentaciones.


Coincidí con este servicio de Catering y felicité al encargado por la excelente calidad de sus canapés y por la buena presentación de sus elaboraciones. Me contestó que su forma de trabajar pasaba por hacerlo absolutamente todo desde el principio: comprar, cocinar, elaborar y presentar. Indudablemente esto se nota en el resultado final.


El trabajo de catering es duro, antes y después de servir, y no obstante las camareras siempre ponen buena cara. Quiero homenajear desde aquí a un trabajo que lleva incorporada la sonrisa como requisito para la excelencia en el servicio. Gracias por la manera de servir, de ofrecer y de atender.

(Los canapés llevaban bizcocho, queso de oveja y tiramisú; estaban riquísimos).

lunes, 10 de noviembre de 2008

Una mañana en el mercado

Este fin de semana tocó hacer la compra en el mercado de abastos de Cádiz. El puesto de frutas y verduras estaba de maravilla, con los productos propios del mes de noviembre, o de Tosantos como decimos aquí. Iba equipada con mi carrito, por supuesto. También había algunos turistas en el mercado encargando pescado para llevarse.

Compré manzanas aragonesas (variedad reinetas), poco corrientes en los mercados últimamente; pero eran las preferidas de mi abuela, y no me extraña, son deliciosas. Me llevé 2 kg. De naranjas clementinas, de San Martín del Tesorillo (Cádiz), muy dulces. También escogí dos magníficas chirimoyas, procedentes de la costa granadina, las auténticas según dicen, gracias al clima tropical de la zona. Todavía quedaban melocotones de Calanda (bajo Aragón), dónde pude observar que algunos seguían estando cubiertos por un papel de seda, tal como venían del árbol, pues de ese modo se les protege frente a plagas y otras agresiones climáticas. Las peras de agua, que también llevé, eran de categoría, de Lérida, claro.
En el capítulo de verduras, pedí pimientos rojos de Conil, que son más pequeños y tienen la piel más fina. Compré apio, perejil y no pude resistirme a llevar níscalos, setas que nunca había cocinado y con los que preparé un riquísimo revuelto. Eso sí, me aconsejaron que no los mojara, sino que los limpiara con mucho cuidado con un paño limpio. ¡Ah! y me sorprendió encontrar ya los primeros guisantes de temporada (de Conil también). Ya los tengo pelados y congelados para su posterior uso. Nada como los guisantes frescos.


Pasé por el puesto de especias, donde me enteré de que España es una potencia mundial en la producción de azafrán, por su calidad. Ya hablaremos de eso.

Como Maruja que soy a media jornada, y de lo que me siento muy honrada, comentar que hace ya tres semanas que tengo arreglados los armarios con la ropa de invierno, y que ahora, las temperaturas hacen que la ropa tarde casi dos días en secarse, por lo que debo cambiar la planificación de la plancha. Las estaciones cambian nuestras costumbres. También la alimentación debe adaptarse a la climatología otoñal. Urge empezar con los pucheros, potajes y platos más calentitos.

jueves, 23 de octubre de 2008

El valor de una buena frutería

Hoy me he pateado el centro de Sevilla. Y he visto muchos comercios vacíos, tristes, con las dependientas de pie, en la puerta. En los cristales de los escaparates, rótulos con ofertas, con descuentos, o con “Liquidación Total”, y en algunos locales, ya cerrados, con “Se Vende o Se alquila”. Está claro que el consumo se ha retraído, se ha asustado y no se ve a nadie con bolsas por las calles, toda una prueba de la crisis.

Pero mi tema de hoy era una especie de conquista, que llevo mucho tiempo buscando: una buena frutería. Pues sí, esto es más difícil de lo que parece. Aquí la tenéis, en la calle Baños de Sevilla. Resulta que, a pesar de que vivo en una zona muy céntrica, no tengo cerca dónde conseguir frutas y verduras por la tarde, pues la cercana plaza de abastos cierra al mediodía; solo quedan pues, los supermercados, que, la verdad, en cuestión de frutas y verduras no son demasiado aconsejables, bien por lo deteriorados que exhiben sus artículos o bien porque con buena apariencia, suelen durar muy poco.

Y claro, conseguir un buen frutero es para contarlo. En una de mis visitas a la tienda pregunté directamente al vendedor cómo lograban traer unos productos de tan buena calidad y tanta variedad. La respuesta fue muy simple: hay que estar en Mercasevilla (la lonja) antes de las cinco de la mañana para conseguir los mejores artículos.

Es decir, que el negocio de la frutería requiere un gran sacrificio por parte de sus trabajadores, pues a esa hora, comienza la actividad: comprar, cargar, transportar, descargar, clasificar y exponer los productos debidamente, de tal modo que la tienda esté en perfecto estado de revista lo antes posible.

Además, las fruterías, si quieren tener un horario de comercio de mañana y tarde, necesitan contar con varios empleados. Hay que tener en cuenta también lo perecedero de estos productos, que exige estar constantemente pendientes de ellos. Se trata de una actividad muy dura.
Hace algunos años hice amistad con los dueños del mejor puesto de frutas y verduras de una plaza de abastos céntrica, un matrimonio de cierta edad y con un hijo adolescente. Recuerdo que Dolores, la señora, me contaba cómo se levantaba a las 4,30 de la madrugada, para lo que se iba a la cama sobre las 9 de la noche. Y que, cuando tenía plancha, se ponía en pie a las 3.30 horas. Todo ello, para poder llegar pronto al “Merca” y preparar el puesto debidamente. Solo de escucharla me agobiaba, porque comprendía que llevaban una vida dura, sin tiempo libre y sin apenas vida social. Eso sí, vendían productos de primera calidad. Se jubilaron y aún los echo de menos.

En la Frutería Faustino, de calle Baños en Sevilla, hoy he comprado peras de tres clases, naranjas clementinas, tomates rama, kiwis de oro, judías verdes, berenjenas, calabacines, plátanos de Canarias, pimientos del piquillo envasados, y un par de boniatos que habrá que preparar para hacer honor al mes que vivimos. Una buena frutería es un placer para el visitante, casi como una buena librería, es cuestión de cultura.

domingo, 19 de octubre de 2008

De compras por Gades

Germán Garbarino, gerente de la Empresa Monumentos Alavista, concesionaria del yacimiento arqueológico Casa del Obispo, ha recreado en su local de calle Sacramento, 24, una tienda que hace 2000 años estaría entre las más exclusivas.

Reproducciones Arqueológicas HERAKLES, ofrece copias de restos encontrados en las diferentes excavaciones realizadas en Cádiz y provincia, tanto procedentes de museos públicos como de colecciones privadas. Ánforas, estatuillas, monedas, metopas, caretas, todo ello con la mayor fidelidad a los originales, ofrecen una agradable visita comercial teñida de cultura y buen gusto.

Las ánforas que cuelgan de las paredes consiguieron su envejecimiento gracias a un proceso casi artesanal, que consiste en tenerlas sumergidas en el mar de Almería durante tres años, pasándolas más tarde por corrientes de agua caliente para acelerar el acabado, de tal modo que parecen recién rescatadas de un pecio.
Tengo que confesar que además de todo, me llamó la atención la colección de pulseras, anillos, collares, monedas y brazaletes de gran belleza y acabado, todos ellos magníficas reproducciones de joyas
y adornos que llevaron las romanas de hace dos milenios, y que me parecieron ideales para regalar.

Y para rematar el ambiente, un pequeño grupo de actores animó el acto recitando fragmentos de obras de Aristófanes, cronista griego satírico (yo diría que precursor de los chirigoteros de la sociedad de entonces). El cátering servido, tuvo además un elemento muy original: el atún metido en manteca, el cual no pude fotografiar por tener las manos ocupadas con la cerveza y los canapés, pero que os aseguro estaba riquísimo. Tengo también pendiente asistir a las populares cenas romanas, de las que hablé en su día, y que deben organizarse con un grupo de amigos.

Desde este modesto blog, enhorabuena a Monumentos Alavista por esta nueva iniciativa, hecha con rigor, que viene a confirmar la vocación emprendedora de la familia Garbarino. Cádiz, como Gades, es toda una referencia cultural que debería “venderse”, más allá del carnaval y sus disfraces. Esta tienda de reproducciones arqueológicas me trae recuerdos de aquellos que muestran o mostraron el lado más profesional y elegante de esta ciudad, y del que podemos estar orgullosos.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Pamplinas útiles para la cocina

A mayor antigüedad en la cocina (no he dicho experiencia, solo antigüedad), crece mi curiosidad por conocer el mundo de los cacharros y accesorios que habitan en los fogones desde siempre. Al fin y al cabo, todos los utensilios de cocina, básicos o innovadores, sencillos o sofisticados alivian el penoso e inevitable trabajo de cocinar a diario.

Siempre pienso (con mentalidad de maruja), que la cantidad y variedad de los cachivaches de una cocina cualquiera deberían guardar relación con el trabajo desarrollado en la misma, decir, al volumen de guisoteo albergado. He visto cocinas equipadas con lo más actual del mercado, en la que solo se calientan pizzas y sándwiches o se hacen patatas fritas con huevo. (Incluso una cocina excesivamente limpia da mucho que pensar….).

La semana pasada pasé por el escaparate del
Bazar Victoria, en Sevilla, pero esta vez estaba abierto y no pude resistir entrar, fue superior a mis fuerzas. Me gasté 11,35 euros, y salí contentísima con estas cuatro adquisiciones:

Un pelador de patatas, con diseño distinto al tradicional. Me dijo el comerciante –un señor encantador y profesional experto- que este modelo lo había traído a petición del público, que siempre lo reclama. Lo he probado y pela fenomenal. Tiene doble uso, además de pelar, corta la patata en formato patata-paja, ideal para bacalao al douro o para nido de patatas.

Los profesores de la Escuela de Hostelería de Sevilla lo llevaban en su maletí
n de herramientas: un cortador de judías verdes. Es un gran invento; colocas la judía en su interior, como si fuera una guillotina y te la devuelve sin las puntas y sin los hilos laterales.


El molinillo de queso es muy útil. El queso rallado es imprescindible en la cocina, para terminar muchos platos. El queso curado, que a veces se queda muy duro para comer, se trocea y se introduce en este molinillo, que lo deja rallado muy fino, y que luego se conserva en un bote en la nevera perfectamente siempre que el queso se haya endurecido lo suficiente.

Y por último, un chisme sencillo pero que también tiene su momento: el separador de yemas. La repostería exige en muchas recetas separar yemas de claras, y este invento lo hace fácilmente.

El Bazar Victoria es un lugar para perderse admirando sus existencias, una especie de pasarela Cibeles de la cocina. Baterías de cocina, cuchillería, abridores, planchas, cristalería, cacharros que imitan a los antiguos, etc. y toda clase de chismes maravillosos para hacer nuestra cocina más llevadera, sobre mostradores de madera añeja, que le añaden un especial encanto.

Recuerdo el Bazar Español en Cádiz, en la calle San Francisco, del que aún se conserva la fachada. También recuerdo alguna anécdota de él. Los bazares se van perdiendo a favor de centros comerciales (donde uno no encuentra nada) y tiendas de todo a cien (de mala calidad). Pero no es lo mismo. Me he dado cuenta de que estoy enganchada a los bazares antiguos. Ya os traerá algunas novedades. La cocina evoluciona constamente y sus utensilios también.

jueves, 26 de junio de 2008

Visita a Conil en busca de las habichuelas perdidas

A finales de mayo, visitamos la localidad gaditana de Conil. El oscuro objeto de nuestro deseo era para variar, gastronómico, concretamente su plaza de abastos, y en ella conocer a Paco Vázquez, cocinero profesional, ahora con un puesto de frutas y verduras, y del que teníamos referencias como conocedor del campo.

Fue fácil encontrar a Paco Vázquez, por el rótulo de su negocio, y en él hicimos la compra de la semana. Paco es un hombre encantador, profesional y entendido, pues la verdura que vende es de su propio huerto. Me gustó su modo de despachar, con útiles comentarios sobre lo que nos iba pesando.

Pero el producto estrella eran las habichuelas pías, antigua verdura casi desaparecida del campo y cuyo cultivo se recuperó en Conil gracias a Paco. Estas habichuelas verdes son mucho más tiernas y suaves de sabor que las otras. (Bastan 10 minutos de cocción). Su temporada acaba a finales de mayo. Me llevé 2 kilos, que luego en casa congelé, despuntándoles previamente y cortándolas por la mitad. Paco nos aconsejó cocerlas en agua hirviendo congeladas.

En resumen, una visita verdulero-cultural. Creo que todos deberíamos volver la mirada al campo, a través de los hombres sabedores de su importancia. Ciertamente salimos de allí satisfechos por la buena compra realizada, la valiosa información recibida, y aparte por las maravillosas tapas de atún encebollado, tortillitas de camarones, papas aliñás, y la cervecita fresca junto a la playa. Nos gustó Conil, un pueblo precioso, y este blog es una excelente excusa para contaros cosas que aquel día nos hicieron disfrutar.

viernes, 28 de marzo de 2008

Un pescadero de confianza es un tesoro

Hemos hablado de la necesidad de contar con buenos proveedores; sin ellos la compra no tiene la necesaria orientación, y como es lógico, se hace mucho más difícil la tarea imprescindible de cocinar con cierta calidad. Pero en el caso del pescado, dada la dificultad que supone garantizar su frescura y su calidad, el asunto es mucho más delicado y complicado. Por eso, para los que elegimos el pescado como gran protagonista de nuestra dieta, un proveedor de buen pescado es un aliado indispensable en la logística de la alimentación de nuestra familia.

Y hoy, quiero dedicar estas líneas a mi pescadero favorito, Paco-Pepe (O Paco Tigre, como le apodan en el puesto del mercado central de Cádiz): primero porque se lo merece como buen profesional y persona fiable en el que yo llamo maravilloso mundo de los mercados. Y segundo, porque acaba de pasar un pequeño accidente vascular, del que ya afortunadamente se está recuperando.

Profesionales como Paco Pepe dignifican la venta del pescado en los puntos de venta directos a un consumidor, que además sabe valorar la mercancía y disfruta con elaborar una materia prima de primera calidad y total confianza. Con él, los consumidores podemos estar tranquilos.

La receta escogida de hoy, corvina de Paco-Pepe, se la puse en su honor, aunque me la envió antes de su enfermedad. Y resulta que está tan rica, que merece la pena que la conozcáis; eso sí, la corvina tiene que estar fresca. La hicimos en casa siguiendo sus indicaciones, y triunfó en olor y sabor. Esta receta de categoría va dedicada a él, para que pronto vuelva a estar en su puesto aconsejándonos y vendiéndonos el mejor pescado de la bahía de Cádiz.

martes, 25 de marzo de 2008

Un buen proveedor en Sevilla, en el Mercado de Triana

Confieso que a pesar de los excelentes comentarios de la gente sobre el Mercado de Triana tras su rehabilitación, aún no me había pasado por allí, porque es cierto que me pilla un poco lejos, y solo podría ir algún que otro sábado. Sin embargo, este Mercado sevillano tiene entre otras ventajas el poder contemplar mientras se compra, los restos arqueológicos del que fue el castillo de San Jorge. Y además, tiene un aparcamiento público enfrente.

Pero mi amiga Pilar, que además de valenciana es trianera (cosas de la vida), me habló de uno de los puestos de frutas y verduras, con productos realmente únicos. Se trata del puesto num. 15, llamado “La Alegría de la Huerta”, regentado por Conchi y Manuel, que se anuncia como especialistas en setas y productos de Chipiona, y reparten a domicilio, pues ya no abren por las tardes.

Ciertamente me sorprendió la gran diversidad que ofrecen de fruta, pero también de verdura en todas sus variedades, y sobre todo, y esto es lo más original, en lo relativo a setas, capaz de complacer a todo el pijerío aficionado a ellas.

Tomates Raff y rama, espinacas envasadas o no, frutos secos, ñoras, distintas variedades de cebollas, patatas de chipiona, y no sé cuantas cosas más. El caso es que contemplar aquel puesto es un auténtico placer para los cocinillas.

La amabilidad y profesionalidad de los vendedores y sus conocimientos sobre la elaboración de los diferentes productos, hacen de este puesto trianero un buen proveedor en Sevilla, y por eso os lo tengo que contar. Y habrá más.

*Pulsar en la imagen para ver más grande.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Un buen proveedor en Cádiz


Situada en la calle Cristóbal Colón de Cádiz, frente a la Casa de las Cadenas, lleva abierta muchos años la Mantequería Miña Terra. Allí se ofrecen jamones de bellota o de bodega, (cortados con maestría), toda clase de embutidos y los mejores quesos, así como el más exquisito dulce de membrillo clásico.

Podemos encontrar también el mejor bacalao, marca Supermar, en sus variedades de lomo y desmigado. Yo solo utilizo este bacalao y precisamente con él hoy he hecho unas exquisitas croquetas. Una gran variedad de legumbres, son también la especialidad de la casa, y en concreto las fabes. Por cierto, tengo varias recetas que os encantarán.

Y, por último, una de las cosas que más le demando son los tacos de jamón ibérico, que me sirven para muchas cosas, y los huesos de jamón, de los que ya os he hablado, y que me solucionan los caldos base para muchos de mis platos, y que conservo en el congelador. Los taquitos y los huesos de jamón son un auténtico fondo de cocina, imprescindibles para planificar algunos guisos y potajes.

Aprovecho el blog para transmitir información que me parece interesante y útil, y sobre todo, como defensa del pequeño comercio, que siempre ofrece una atención más personalizada, y seguro que mejores precios. Pero también quiero subrayar la importancia de la compra, operación que debe realizarse con cariño y preparación. Ya hablaré de buenos proveedores en Sevilla y en Huelva....

Se necesitan buenos proveedores, razón aquí

Un buen proveedor es aquel que sabe atenderte, vendiéndote lo que necesitas, te gusta y te soluciona, aconsejándote sobre tus dudas e indecisiones, facilitándote buenos productos y continuando siempre con la misma línea de honradez.

De ese modo, te ayuda al hacer la compra, en una relación de confianza mutua, garantía y lealtad, que luego te encargas de transmitir boca a boca. Yo siempre he buscado tener buenos proveedores. De hecho suelo investigar en las tiendas que considero idóneas, y luego, poco a poco, voy estrechando la relación.

Mis buenos proveedores suelen ser autónomos, aunque también los he tenido en las grandes superficies. Y digo que los he tenido porque a veces han cambiado de residencia o de centro de trabajo y los he echado de menos. Pero en general, mis buenos proveedores son independientes.

Se trata de un contrato verbal de auténtica exclusividad mercantil, que pienso favorece a ambos y por supuesto, a mi familia, que luego disfruta los buenos productos. Es comprar con fundamento, y de paso enriquecernos en lo comercial y en lo humano, aunque pueda parecer algo pasado de moda, por la tendencia a la prisa que como ya dije nos corroe a todos.

De hecho, no me importa el esfuerzo ni el tiempo a la hora de conseguir los productos que me gustan para mi cocina. Lo mío es una especie de
vocación romántica. Y cocinar sano lo es.