
Pero, hoy aquí, en España, hay gente que no tiene presupuesto suficiente para comprar alimentos para las dos imprescindibles comidas diarias. Hay familias que, debido a la crisis actual y sus consecuencias, como el temible paro, no llegan a final de mes. Estas personas se ven obligadas a comer fuera de casa, en comedores sociales. En Cádiz, por ejemplo, la demanda de ayuda a Cáritas se ha incrementado en un 55% desde mediados de 2008.
Efectivamente, mi cocina es una de las cocinas privilegiadas no solo de este país, sino del resto del mundo. Por eso, todos los días le recuerdo que debe agradecer lo que tiene, que es una suerte poder dar de comer a toda una familia, y que precisamente por eso, debe transmitir ilusión y vivir intensamente el maravilloso mundo de la gastronomía, ella que puede.
2 comentarios:
Te doy toda la razón. A veces cuando en casa nos quejamos de los precios de los productos sin gluten, y lo seguiré haciendo, por otra parte me siento una privilegiada, porque cierto es que a mi no me supone problema comprarle a Martín todo lo que necesita y no todo el mundo puede decir lo mismo.
De vez en cuando hay que hacer reflexiones de este tipo y darnos cuenta de los afortunados que somos por lo que tenemos.
Besitos sin gluten
Cien por cien de acuerdo. Tenemos que valorar este hecho que nos parece tan normal de comer todos los días. Es un privilegio, y no sólo ahora por la crisis, sino siempre, si ampliamos el campo de visión y somos consciente del planeta entero , y de cuanta gente pasa hambre en él.
Tener un plato de comida y una cama para dormir, ya es como para estar muy , pero que muy contentos.
Besos, me gusta que estés ahí.
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