

El horno se calienta al máximo. Mientras tanto se trabaja sobre las bases de pizza, que se irán descongelando solas a temperatura ambiente. Lo primero es extender el tomate frito, y a continuación los demás ingredientes. Es importante el sentido estético en la colocación. Y por último, el queso rallado.
Con el horno a media potencia, se van introduciendo las bases, ý así no se pondrán duras. ¡Ojo!, que la base que esté arriba se quemará antes. El tiempo de cada pizza no deberá exceder los 10-15 minutos, eso sí, siempre bajo nuestra observación.
A esta pizza creo que ni siquiera es necesario añadir ninguna especia, pues su sabor natural convence. Ya que hacemos una pizza propia, conviene lucirse, usando buenos productos, de confianza. Y también es muy importante para ambientar la elaboración que el cocinero/a se encasquete la gorrita roja de pizzero.