En la sección “Estilo de Vida” del diario Negocio he encontrado algunos apuntes más sobre cómo cuidar la dieta durante el periodo navideño, facilitados por el Instituto Médico de Obesidad. En concreto habla de que es sinónimo de empezar el año 2011 con buen pie.
Para despertarse el día 1 de enero en forma aceptable, se propone un menú de fin de año completo, pero ligero, compuesto por productos como endibias, aceitunas, guisantes, espárragos y naranjas, jamón de pato, rape en salsa verde con cebollitas confitadas y helado de café. Para el día de Reyes se puede introducir algo de carne con setas, queso de cabra, huevos, sidra natural, harina y perejil, almejas, solomillo de ternera y sorbete de mandarina con granada.
No olvidar que quien acumula colesterol no debe tomar polvorones, pero sí turrones y mazapanes. Lo mejor es consumirlos a media tarde, con un café, zumo o infusión. De este modo las calorías serán las mismas pero la digestión será menos pesada. Igual que si se comen dulces por la noche.
Se aconseja ser razonable y hacer una concesión por comida. Si el consumo de dulces típicos de estas fechas es moderado, no tiene por qué eliminarse de la dieta.
Con un entrante graso y calórico (ensaladilla rusa o fritos variados), hay que escoger de segundo pescado a la plancha o al horno con ensalada o verduras y de postre, fruta fresca. Pero si el segundo es carne o pescado en salsa, se debe comenzar con un plato ligero como sopa de cocido, crema, ensalada especial o menestra de verduras, y terminar el menú con fruta para facilitar la digestión y una infusión digestiva.
Si se ha “pecado” demasiado, se puede uno apuntar a esta dieta exprés para después de las fiestas. Para desayunar y merendar, café, infusión con leche o yogur descremado. A media mañana y a media tarde, un quesito con cero der materia grasa y un yogur desnatado. Y para comer y cenar, combinación de verduras cocidas y dos lonchas de jamón de pavo y queso fresco con filete de trucha al horno y ensalada de tomate por ejemplo.
Es recomendable beber dos litros de agua al día fuera de las comidas y terminar cada comida principal con una fusión de té verde.
En cuanto al alcohol, el IMEO dice que hay que ingerir bebidas alcohólicas con la mayor restricción posible, pues aporta calorías sin nutrientes. Y como práctica guía:
Elección de alimentos: cortes magros de carne (solomillo si ternera); en el caso del cerdo, lomo, solomillo o pernil. Para pescados, frescos con aspecto firme, elástico y húmedo. Comprobar que el olor no es fuerte.
Técnicas de cocina: lo mejor es cocinar al vapor (sobre todo para las verduras), al horno (siempre), y en papillote o a la plancha.
Dulces recomendados: el turrón, los mazapanes y los guirlaches, que son energéticos pero llevan grasas buenas por su elaboración (miel, azúcares y almendras). Los polvorones son menos saludables por su contenido de manteca de cerdo o mantequilla, con grasas saturadas.
Otros consejos: los dulces, a media tarde, para merendar; al terminar de comer o cenar, optar por la fruta fresca o un lácteo. Y una opción interesante es consumir la fruta desecada, como las pasas, los frutos secos o las nueces.