Con el biberón crecemos a cuarto de kilo por semana y la leche es el primer huésped de nuestro paladar. La bebida de cola fomenta nuestra curiosidad por descubrir y sentirnos mayores. El alcohol supuestamente nos sube a lo más alto de nuestro ego social y económico, mostrándonos después nuestra pobre realidad. A los cincuenta comprendemos lo privilegiados que somos por haber podido amar, asumimos nuestros fantasmas y nos arrepentimos sinceramente del tiempo perdido y de las muchas veces que hicimos el ridículo; el agua es aquí nuestro cómplice. Por último, el suero suaviza el momento cruel de dejar de ser. Cinco maneras de liquidar la vida.
viernes, 2 de octubre de 2009
La vida en cinco botellas
Con el biberón crecemos a cuarto de kilo por semana y la leche es el primer huésped de nuestro paladar. La bebida de cola fomenta nuestra curiosidad por descubrir y sentirnos mayores. El alcohol supuestamente nos sube a lo más alto de nuestro ego social y económico, mostrándonos después nuestra pobre realidad. A los cincuenta comprendemos lo privilegiados que somos por haber podido amar, asumimos nuestros fantasmas y nos arrepentimos sinceramente del tiempo perdido y de las muchas veces que hicimos el ridículo; el agua es aquí nuestro cómplice. Por último, el suero suaviza el momento cruel de dejar de ser. Cinco maneras de liquidar la vida.
Buenísimo, buenísimo!!!
ResponderEliminarJa, ja,ja...si que está bien!
ResponderEliminarEsta es una preciosa imagen simbólica que nos aclara la historia de nuestras vidas.
ResponderEliminarPero yo me paso el día rodeado de jóvenes y pensando en ellos tengo la impresión de que la tercera botella ha pasado al segundo lugar. O, quizás, que el tiempo transcurrido entre la primera y la tercera se ha reducido muchísimo.
La imagen de tu post transmite un cierto equilibrio, un ritmo armónico. No sé si la imagen de hoy estaría en muchos casos escorada a la izquierda. Y tampoco me iamgino si la parte derecha quedaría igual.